jueves, 14 de noviembre de 2013

EVENTOS EXTREMOS, CAMBIO CLIMÁTICO Y ACCIÓN

MÚSICA: SCHILLER, RÉVERIE (OPUS)


SAQUEOS EN LA CIUDAD FILIPINA DE TACLOBAN. El suministro eléctrico y las comunicaciones han sido dañadas, y los aeropuertos y las carreteras están bloqueados (La Vanguardia). "Filipinas es el segundo país más vulnerable por el cambio climático, con 22 tifones anuales de media, algo insostenible que genera constantes daños imposibles de sufragar", decía llorando Yeb Sanõ representante de Filipinas en la cumbre del clima en Varsovia (del 11 al 16 de noviembre de 2013, coincidiendo con los efectos del tifón Haiyan). Polonia es uno de los países más contaminantes del mundo y acoge esta semana la cumbre del clima mientras patrocina otra sobre la industria del carbón. Varias organizaciones ecologistas denuncian una cumbre "secuestrada" por intereses empresariales. Mientas tanto Yeb Sanõ pide "justicia climatológica" para su país al que las ayudas llegan con cuentagotas. Pero el soliloquio de la ONU sobre el Cambio Climático, al que son tan ajenos los tifones y los grandes episodios sísmicos continuará; al mismo tiempo que se gastan ingentes cifras en ese debate, millones de personas se ven y verán arrojadas en todas las partes del mundo al hambre, la enfermedad y las catástrofes... 


Puede que el aumento de la temperatura no importe tanto, pero se necesitaba un parámetro para que todos nos entendiéramos. 

Lo que verdaderamente importa es lo que le está pasando al clima, y ya lo estamos viendo: vivimos eventos extremos que hasta hace bien poco (y hablamos de un par de años) la comunidad científica aún dudaba si pudiera ser una consecuencia del denominado “cambio climático”, o no…

Ahora lo que nos deja atónitos es la intensidad y la frecuencia de los eventos climáticos extremos, lo que han aumentado. Y eso sí está muy claro: catástrofes y concatenaciones de respuestas climáticas que se daban cada cien años ahora están ocurriendo cada cinco o diez.


1. INTRODUCCIÓN

Varios millones de personas se ven y verán afectadas cada año más por eventos extremos del clima: tormentas, huracanes, tornados, olas de calor, sequías, las inundaciones o terremotos climáticos (climatequakes), entre otros. Pero el verdadero cambio ya viene de largo. Ahora el ser humano está acelerando y amplificando el problema.

Durante los últimos 20.000 años, la asombrosa cifra de 52 millones de kilómetros cúbicos de agua fueron redistribuidos por el planeta desparramándose, como un gran continente sólido que se funde, las capas de hielo se derritieron y los niveles globales del mar previamente agotados aumentaron más de 130 m compensando así la distribución del peso de las enormes masas de hielo. 

El rápido calentamiento global, del orden de 6°C, se tradujo en una nueva circulación atmosférica con nuevos patrones mucho más dinámicos y no tan ceñidos a movimientos preferentes, mucho más caóticos y cambiantes para dar cabida a condiciones más o menos cálidas y húmedas. Ello ha traído como consecuencia una modificación de las tendencias más importantes del viento y una reordenación completa de las zonas climáticas. Pero éstas no fueron las únicas consecuencias de la dramática transformación post-glacial de nuestro mundo. Ahora el proceso está más que reactivado.

La parte sólida de la Tierra participa también en semejante y acelerado cambio, la litosfera (la frágil capa exterior de nuestro planeta que comprende la corteza y el manto superior) tuvo que soportar cambios tensionales como nunca había experimentado y amplias zonas corticales siguen sometidas a importantes reajustes en respuesta a los cambios masivos que supuso toda la carga o descarga en forma de agua y hielo. 

Los resultados incluyen grandes reajustes isostáticos, movimientos corticales, terremotos en regiones anteriormente cubiertas de hielo en altas latitudes y un espectacular aumento en el nivel de la actividad volcánica de varias zonas al disminuir la presión del tapón que suponía el soportar tan ingentes cantidades de sólido, por ejemplo en Islandia

La respuesta, se expresa principalmente a través de la activación, el ajuste o la modulación de una gama de procesos tectónicos y superficiales que incluyen la desestabilización de zonas recientemente hidratadas, de la existencia de gas metano lanzado a al atmósfera, también con formación de deslizamientos submarinos y continentales, ocurrencia de nuevos flujos de materiales abandonados por el cemento que supuso el hielo que los unía, grandes inundaciones repentinas en amplias zonas antes inaccesibles a un agua líquida que no existía, y una nueva actividad volcánica y sísmica fruto de la descompresión, como cuando a una botella de champán se le quita el corcho. 

La adopción de un enfoque uniforme que contemple los cambios atmosféricos y los telúricos en estrecha relación, es ya una mirada emergente cada vez más presente y necesaria entre los científicos que contemplamos los procesos naturales concatenados. El reconocimiento de las diferencias de potencial, tanto en ritmo y en escala del período de calentamiento post-glacial es también una visión que explica muchos de los enigmas de la dinámica terrestre. 

De ello se deduce asimismo la posible influencia del cambio climático antropogénico en relación con una serie de características geológicas y geomorfológicas peligrosas a través de una variedad amplia de ajustes ambientales que afectan tanto a la atmósfera como a la hidrosfera y también a las zonas profundas que sustentan nuestras ciudades y por lo tanto nuestras relaciones personales, culturales, afectivas...

La relación entre los océanos y el cambio climático es indiscutible, no solo porque los océanos son el motor tanto del clima como de las condiciones atmosféricas, sino porque estos son los mayores capturadores de CO2 de nuestro planeta.

Los sistemas marinos y costeros sustentan algunos de los hábitats más productivos y valiosos del mundo, como estuarios, humedales costeros, playas, bosques de manglares, praderas de hierbas marinas, arrecifes de coral, montañas marinas y áreas de corrientes ascendentes. El cambio climático ha venido a aumentar el riesgo de estos ecosistemas ya degradados por múltiples factores humanos y puede impedir la capacidad de recuperación.

TACLOBAN, FILIPINAS, NOVIEMBRE DE 2013, UN PUEBLO QUE PIDE AYUDA

2. EL PAPEL DE CADA UNO DE NOSOTROS SIENDO CONSCIENTES DE NUESTRO HOGAR

Todos y cada uno de nosotros somos decisivos para disminuir el calentamiento global. Nuestras actividades diarias son las principales causantes del cambio climático, pero también podemos ser parte de la solución. Estar sensibilizado sobre el cambio climático y sus consecuencias aumenta nuestra disposición para actuar.

Cuando intentamos adelantarnos a la evaluación potencial de una respuesta de la Tierra como un sistema, parece prudente considerar que en breve, niveles de calentamiento de 2°C van a ser inevitables, las consecuencias empezamos a verlas en forma de aviso violento o catástrofe. El análisis de 66 estaciones repartidas por ambas vertientes de la cordillera pirenaica muestra que las temperaturas han aumentado 1,2 grados de media desde 1950.

El calentamiento global es real y la mayoría de los escenarios climáticos futuros predicen un planeta cada vez más caliente, en el que la frecuencia e intensidad de los eventos meteorológicos y climáticos extremos se incrementará, produciendo desastres que afectarán las poblaciones humanas y los ecosistemas.

Puede que la temperatura no importe tanto, pero se necesitaba un parámetro para que todos nos entendiéramos. Lo que verdaderamente importa es lo que le está pasando al clima, y ya lo estamos viendo: vivimos eventos extremos que hasta hace bien poco (y hablamos de un par de años) la comunidad científica aún dudaba si pudiera ser una consecuencia del denominado “cambio climático”, o no…; ahora lo que nos deja atónitos es la intensidad y la frecuencia de los eventos extremos, lo que han aumentado. Y eso sí está muy claro: catástrofes y concatenaciones de respuestas climáticas que se daban cada cien años ahora están ocurriendo cada cinco o diez.

El número de eventos climáticos extremos seguirá aumentando a raíz del cambio climático. Ello unido a la creciente vulnerabilidad humana concentrada en ciudades, está transformando los eventos extremos en desastres climáticos a partir de las manifestaciones típicas descritas ya por numerosa bibliografía y estudios dedicados.

El aumento en la frecuencia y severidad de las olas de calor (mas muertes y enfermedades en las ciudades, siendo los ancianos y niños los más vulnerables) y la contaminación atmosférica ya son estadísticas actuales. Con veranos más secos y más largos se está llevando al planeta a un mayor estrés calórico donde la fauna y la flora ya no encuentran un medio acorde a su diseño evolutivo, daños irreparables también afectan en amplias zonas del planeta a la agricultura y a las cosechas, incendios forestales y una incesante presión sobre las reservas de agua son la realidad, en España el 45% del agua utilizada es extraída ilegalmente.

De acuerdo con el Ministerio e Agricultura y Medio Ambiente español, aproximadamente 510.000 pozos ilegales operaban en España en 2006. Esto significa que cada año por lo menos 3.600 hectómetros cúbicos de agua subterránea se extraen ilegalmente, lo que corresponde al consumo medio anual de 58 millones de personas. El volumen de agua explotada legalmente asciende a unos 4.500 al año. Por lo tanto, al menos el 45 % del agua que se extrae cada año de los acuíferos españoles se realiza fuera de la ley, sin las regulaciones ni controles adecuados; este “agua ilegal” riega aproximadamente una sexta parte de los cultivos en España, numerosos campos de golf, y el desenfrenado desarrollo urbano de la última década (WWF/Adena).

Además, un cambio importante para los países cuyo principal recurso es el turismo, como es España, está siendo agravado porque en los destinos turísticos el consiguiente crecimiento paralelo en la demanda energética es cada vez más exigente.

Lluvias más intensas con aumento de las inundaciones de algunas regiones propensas ya se reportan de manera global, lo que a su vez ocasiona mayores superficies de laderas inestables, deslizamientos de tierras, avalanchas, y un aumento espectacular de la erosión del suelo. También aumento en la actividad ciclónica. El calentamiento de los océanos tropicales aumenta la frecuencia y la severidad de los ciclones tropicales en algunas zonas.

Las comunidades más pobres son las más vulnerables a estos eventos extremos. Algunas de estas vulnerabilidades son causadas por la ubicación de su hábitat: laderas inestables, asentamientos precarios, zonas costeras o tierras bajas, ramblas y riberas de ríos.

Tenemos que repensar el urbanismo del siglo XXI evitando construir en llanuras aluviales propensas a inundaciones. Tampoco en laderas inestables o de mucha pendiente. Ciudades como Pamplona por ejemplo, que engloba en su área metropolitana a 350.000 habitantes, ha vivido en lo que va de año tres inundaciones, una de ellas catalogada como “histórica”, una docena de impactos sísmicos que se pueden catalogar como "climatequakes" o sismos climáticos que despuntan de los cerca de 400 temblores iniciados en febrero después de varios meses de lluvias históricas, acompañados de una infinidad de deslizamientos en laderas que aún permanecen en movimiento.

La agricultura mundial se enfrenta en la actualidad a muchos desafíos. La degradación de los suelos y la escasez y contaminación de los recursos hídricos, generan ya serias dificultades para lograr la seguridad alimentaria de las poblaciones en crecimiento del planeta. Estas condiciones están empeorando debido al cambio climático, uno de los principales retos a los que la humanidad se está enfrentando y cuyo problema va en aumento a pesar de que nuestros dirigentes miren hacia otro lado.

Los pobres, los pueblos aislados y los que poseen tierras agrícolas son las comunidades más vulnerables. Las malas condiciones actuales para el comercio justo, una infraestructura débil, carencias en el acceso a la tecnología y la información y conflictos armados, son condiciones que harán más difícil a muchos pueblos superar las consecuencias del cambio climático. El aumento en la temperatura y los nuevos cambios en los patrones climáticos y de las lluvias, están teniendo impactos negativos en la productividad y la viabilidad de los ecosistemas agrícolas, lo cual compromete la seguridad alimentaría local y mundial.

Los efectos que se están viendo son: Perdida de cultivos por sequías y eventos extremos. Aumento en la perdida de cosechas, debido al incremento de plagas y enfermedades que afectan los cultivos. Graves alteraciones en el suministro de alimentos por los cambios ambientales y el agotamiento de suelos cultivables. Cambios de adaptabilidad de la tierra para diferentes tipos de cultivos. Pérdida de tierras debido a la creciente aridez y escasez de fuentes de agua. Reducción en los rendimientos de las cosechas de cultivos.

El clima es el principal factor que controla las pautas mundiales de la vegetación, su estructura, productividad y mezcla de especies animales y vegetales. Muchas especies animales y vegetales solo pueden sobrevivir en un limitado rango de temperaturas y los escenarios futuros prevén aumento en la temperatura de la superficie terrestre y marina.

El cambio climático ya nos está afectando y se espera afecte aún más a las diversas especies. Si la temperatura aumenta en tan sólo 3°C más los corales morirán, los peces de agua fría tendrán menos lugares donde habitar, muchas plagas aparecerán en áreas donde antes no existían, la época de reproducción se vería modificada y las especies con costumbres migratorias de largas distancias van a ver alteradas sus costumbres por la falta de alimento en sus rutas. Se espera además que el aumento en la temperatura haga que muchas especies ya estén migrando hacia los polos.

LAS INUNDACIONES DE PAMPLONA, DEL 9 DE JUNIO DE 2013 ERAN LAS TERCERAS DEL AÑO


3. ¿DISPUESTOS AL RETO?

¿Evitaremos comprar madera proveniente de bosque natural? Apoyando al mismo tiempo las campañas para la rehabilitación de ecosistemas degradados.

La sociedad actual ha hecho de la energía la fuerza vital de su desarrollo, de ella dependen la iluminación, el calentamiento y la refrigeración de nuestras casas, así como el transporte de personas y mercancías la obtención de alimento y su preparación, el funcionamiento de las fabricas, entre otros. Las principales fuentes de energía utilizadas por los países en el mundo provienen de recursos no renovables, como son los combustibles fósiles: el carbón, el petróleo y el gas.

La humanidad depende de muchas maneras de estos combustibles, sin embargo, estos son la principal fuente del calentamiento del planeta. Existen además otras fuentes importantes de energía limpia que han sido poco utilizadas, tales como: el viento, el agua y el sol.

Se nos dice que se está optando por seguir exprimiendo hasta el último recurso de las rocas por no querer afrontar un problema que tenemos delante y es ineludible: la transición de una economía basada en los combustibles fósiles, hacia sociedades con baja huella ecológica y tecnologías renovables y no contaminantes.


EL PAPA FRANCISCO PREPARA UNA ENCÍCLICA SOBRE EL CUIDADO DEL MEDIO Y NUESTRA AGRESIVIDAD (D. de Noticias)

Es necesario de una vez por todas asumir que el actual modelo energético y de explotación de recursos es insostenible y por eso los nuevos impulsos basados en la ciencia y la cultura triunfan. Sería de estúpidos no adoptarlos. Las reservas de combustibles fósiles son cada vez más escasas, y los problemas ambientales asociados a la explotación no convencional (como la fractura hidráulica o fracking) su producción y consumo son casi un suicidio. Ante todo esto, o participamos de la creación o lo hacemos de la destrucción.

La revolución industrial ha provocado un aumento en la producción y el uso de la energía, la cual se ha basado principalmente en combustibles fósiles como el petróleo y el carbón. Ciertamente el desarrollo tecnológico y el industrial, se han dado a costa de un marcado deterioro ambiental.

El petróleo es la fuente de energía más importante, pero también una de las principales fuentes de emisiones de dióxido de carbono (CO2), el gas de efecto invernadero más importante con el metano. Los productos derivados del petróleo son los combustibles utilizados en la mayoría de los vehículos y aviones, además, en las calderas, hornos y otros equipos industriales. El carbón también es productor de efecto invernadero al ser combustionado. El ahorro de combustibles y el uso eficiente y racional de energía son medias necesarias para reducir la emisión de gases de efecto invernadero.

Polonia que es uno de los países más contaminantes del mundo, acoge esta semana la cumbre del clima mientras patrocina otra sobre la industria del carbón. Varias organizaciones ecologistas denuncian una cumbre "secuestrada" por intereses empresariales. Mientas tanto Yeb Sanõ representante filipino pide "justicia climatológica" para su país al que las ayudas llegan con cuentagotas. Pero el soliloquio de la ONU sobre el Cambio Climático, al que son tan ajenos los tifones y los grandes episodios sísmicos continuará; al mismo tiempo que se gastan ingentes cifras en ese debate, millones de personas se ven y verán arrojadas en todas las partes del mundo al hambre, la enfermedad y las catástrofes...


LAS PALABRAS DEL DOLOR DEL REPRESENTANTE DE FILIPINAS YEB SAÑO EN LA CUMBRE SOBRE EL CAMBIO CLIMÁTICO DE VARSOVIA EN NOVIEMBRE DE 2013: "NO MORE DELAYS! NO MORE EXCUSES!"... ¡LA ÚNICA MANERA QUE TENEMOS PARA LOCALIZAR LOS CADÁVERES ES SU PESTILENTE OLOR!


Aprovechar al máximo la luz natural es una idea saludable y ecológica. La luz eléctrica está relacionada con enfermedades nerviosas (en especial el led azul) y trastornos del sueño y cánceres en un segundo estadio. Desconectar los aparatos eléctricos cuando se utilizan supone un ahorro cercano al 25%. La conducción eficiente permite un gran ahorro de combustible.

Las repercusiones del cambio climático en la salud ya se están manifestando. Las defunciones y enfermedades debidas a desastres naturales tales como olas de calor, inundaciones y sequías, así como la ampliación de áreas propensas a enfermedades trasmitidas por insectos y el aumento de enfermedades respiratorias, son indicios tempranos de las repercusiones del cambio climático en la salud humana.

Reciclar todo cuanto sea posible. Apoyar las campañas de limpieza de la comunidad. Disminuir el consumo de productos excesivamente empacados y adquirir productos locales y de temporada, con ello reducimos el transporte de mercancías y la necesidad de refrigeración y emisiones de productos nocivos para las capas altas de la atmósfera. Frutas y verduras que se produzcan de manera orgánica, sin pesticidas ni fertilizantes artificiales es una opción de salud personal, pero también lo es planetaria.



LA MECÁNICA DEL CARACOL (EiTB) CON EVA CABALLERO (minuto 28)