miércoles, 26 de marzo de 2014

AGUA Y FRACTURA HIDRÁULICA, UNA MIRADA CRÍTICA

MÚSICA: SCHILLER, DESERT EMPIRE VARIATION (OPUS)


POZO PARA EXTRACCIÓN DE GAS POR FRACTURA HIDRÁULICA 


Algunos científicos, después de los terremotos desatados por el llenado del embalse de Itoiz o por las inyecciones en la plataforma Castor, sugerimos que con el tiempo los gobiernos reconozcan que el daño antropogénico puede convertirse en una realidad. 

Pero lo peor es seguir obviándolo como hasta ahora, evitando así aportar fondos de investigación que deberíamos dedicar a la comprensión de esta frágil interfaz, entre la atmósfera y la hidrosfera, en la que vivimos. 



Fractura, la maldición de los recursos



1. INTRODUCCIÓN: LA FRACTURA HIDRÁULICA UNOS AÑOS DESPUÉS

El 22 de marzo, día mundial del agua, vino este año acompañado por una de las palabras más escuchadas y controvertidas en círculos tanto sociales como científicos: “fracking”. Se trata de una técnica para extraer gas no tan novedosa como se suele presentar pero que ha revolucionado durante estos últimos años el mercado energético de EEUU. La fractura hidráulica o fracking ofrece varias modalidades para romper las rocas profundas y extraer el gas inaccesible para los métodos convencionales. 

Poco a poco se fue presentando como la única y gran salida a una crisis energética mundial ávida de expectativas y nuevas estrategias; apareció entonces con una nueva orquestación, aunque no muy diferente a las anteriores, que vista en retrospectiva histórica, supuso la ostentación, auge y caída de otro fugaz producto financiero como al que ya nos tienen acostumbrados los mercados y ciertos grupos de inversión. 

Pero como todo, tarde o temprano tenía que suceder el declive, y es que algunas de las formaciones rocosas más ricas en el denominado “shale gas” (gas de pizarra o esquisto) están empezando ya a mostrar claros signos de agotamiento y bajo rendimiento, tan sólo una en EEUU, la denominada Marcellus, sigue con su producción, pero ya buena parte de la prensa y asociaciones ecologistas hacen cábalas para ver cuando comienza también su caída. 

EXTENSIÓN DE LA FORMACIÓN MARCELLUS EN EL ESTE DE EEUU.

Al mismo tiempo el desarrollo y avance de las prospecciones que entonces comenzaron a investigar el potencial gasístico encerrado en las formaciones rocosas en cualquier parte del mundo, pusieron de manifiesto que lo que se vendió como la panacea energética de un futuro cómodo y feliz no eran sino castillos en el aire. Las expectativas económicas y energéticas se reducían cada año a la mitad de la mitad. Muchos de los proyectos iniciales como los de Polonia ya han sido totalmente abandonados.

Si no hubiese sido por las subvenciones dadas a tan seductoras y políticamente inmediatas promesas, nunca se hubiese extendido una técnica “novedosa” como lo hizo la fractura hidráulica, opina la crítica prensa especializada norteamericana. Sin embargo ese efecto de alza y ahora decadencia es dudosamente extrapolable a Europa, y en especial a España.

Ni la geología, ni la distribución del territorio, ni nuestra manera de interactuar con él, de convivir con él, de desarrollar la agricultura, la ganadería o el aún incomprendido turismo científico y cultural del segundo país del planeta con más reservas de la Biosfera y lugares patrimonios de la humanidad (UNESCO), son comparables.

Es verdad que tenemos un gran problema energético, especialmente en nuestra dependiente España, pero el debate al respecto en EEUU ha sido y es abierto, el mutismo con respecto a esta técnica por parte de nuestras autoridades es cómplice del oscurantismo y la confusión que la acompaña. En su último informe, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) afirma que el fracking, o extracción de gas pizarra o gas de esquisto, por fracturación hidráulica, “podría llegar a ser limpio”, eso lo dice todo sobre lo que hay que avanzar al respecto y de la actualidad de la técnica. 

Como vimos en el debate del parlamento europeo de noviembre de 2012, harán falta códigos más estrictos para obligar a los productores a adoptar tecnologías seguras, pues aún son tanto un quebradero de cabeza como un objeto de desencuentro para gobiernos y ciudadanos. Pero la técnica en sí no está exenta de problemas y riesgos, tanto para la salud humana como para la estabilidad del medio que habitamos.


2. AGUA Y FRACTURA HIDRÁULICA

El problema más conocido relacionado con la fractura hidráulica es el desorbitado consumo de agua necesaria y su fácil contaminación con los materiales utilizados y provenientes de las rocas profundas. Se necesitan unos 20 millones de litros a alta presión por cada pozo para crear las fracturas en la roca que liberarán las burbujas de gas natural allí atrapado desde hace millones de años. 

El cómo deshacerse del agua contaminada utilizada en el proceso es la otra de las preocupaciones. La fractura hidráulica también podría contaminar, y así ha sucedido en EEUU, las reservas de agua potable y aumentar la contaminación del aire. La preocupación de que aumente la emisión de gases de efecto invernadero debido a los inevitables escapes de metano podría ser decisiva en el futuro de esta técnica, la ONU lo estudia ya en relación al cambio climático, el cual no conoce fronteras.

Según la AIE, en la mayoría de los casos el problema no es la contaminación de los acuíferos. La fractura hidráulica suele tener lugar a cientos de metros bajo ellos y en general es fácil detener la propagación de las fracturas. Para romper la roca hacen falta altas presiones. Si se deja de aplicar presión, la fracturación se detiene y no se afecta a las formaciones que contienen agua. 

En España cerca de 15 millones de personas nos abastecemos de agua de los acuíferos de manera directa. Hay algunas potenciales explotaciones mediante fractura hidráulica que están relativamente cerca del nivel de agua potable, algunas formaciones interesantes como en Cantabria o Jaén incluso inmersas en los acuíferos. Precisamente la AIE sugiere que tendría sentido prohibir el método en dichos lugares. Varias zonas del territorio nacional que se proponen ser estudiadas caerían de lleno en esta categoría. Ninguna empresa con sentido común, ningún gobierno resolutivo o ciudadano comprometido debería permitir su explotación tal y como indica la AIE.

Pero EEUU nos adelanta unas décadas y nos sirve de espejo, al menos dentro de su marco legislativo y ambiental es una referencia. Y la realidad es que incluso con las medidas más ambiciosas se han encontrado en el agua niveles significativos de metano, el principal componente del gas natural, especialmente en las reservas de agua potable situadas cerca de algunos los lugares donde se extrae gas mediante fractura hidráulica; cada vez más estudios lo confirman. 

Hay defensores del medio ambiente que sugieren que este proceso, que crea fracturas en las pizarras o en los esquistos, podría abrir un camino para que el gas natural y otros químicos alcanzasen los acuíferos superiores y se mezclen con el agua potable. La AIE afirma que es más probable que la contaminación del agua se deba a que las empresas extractoras construyen pozos inadecuados para conducir el gas natural. Los modelos geológicos utilizados para la explotación deben ser dinámicos, exhaustivos, muy detallados. La AIE da ciertas pautas para evitar una contaminación irreversible que puede manifestarse dentro de años, décadas, o puede que nunca.

Sin embargo la realidad es que una vez que los mejores lugares ya han sido determinados y luego explotados va quedando lo más difícil y caro de extraer, y por ende lo menos rentable. A medida que va pasando el tiempo el precio mínimo para la rentabilidad de la técnica está subiendo en EEUU, hasta que los yacimientos poco a poco van dejando de ser rentables y son abandonados, tal es el caso de Shell o Exxon en Polonia y varios estados norteamericanos. 

Las mejores zonas de extracción parecen haber tocado techo allí y no se recuperan desde septiembre de 2012. La promesa de la creación de puestos de trabajo se ha desvanecido con ellas, eran puestos que en realidad le quitaron a las energías renovables y frenaron el irremisible avance de la investigación en el marco de la eficiencia energética; los estudios independientes de impacto ambiental cada vez son más negativos, el agua ya no es potable en muchas zonas de EEUU, el caso más alarmante es el de Colorado.

INUNDACIONES DE COLORADO EN EL OTOÑO DE 2013, BALSAS, DEPÓSITOS, TANQUES DE ADITIVOS A LA DERIVA

En aquel estado, las últimas inundaciones del otoño se llevaron instalaciones de fractura completas, los depósitos de aditivos arrastrados con los restos de agua contaminada y químicos dispersaron los productos de desecho desde las propias instalaciones y balsas de inyección por toda la geografía afectada. 

El agua contaminada entró en la red natural de drenaje, los ríos, arroyos y aguas subterráneas tardarán siglos en volver a ser potables. Los ciudadanos denuncian ante los tribunales a las empresas e incluso a la administración. La NGSA (asociación norteamericana de suministradores de gas natural) afirma que no se ha confirmado ningún caso de contaminación de acuíferos hasta la fecha.

MAPA INTERACTIVO DE LOS ACCIDENTES DEL FRACKING EN EEUU



3. EL AGUA Y LA SISMICIDAD INDUCIDA. HIDROSISMICIDAD ANTROPOGÉNICA Y FRACKING


Otro gran peligro asociado al fracking está relacionado con la sismicidad inducida, en menor medida por la propia fractura, pero especialmente a posteriori y de manera secundaria, especialmente por la presión ejercida por el agua de desecho inyectada a grandes profundidades. Este tipo de sismicidad producida por la actividad humana, conforma ya un bien documentado campo de estudios desde hace décadas en un apartado especial para las ciencias geológicas; una cuestión que por cierto se toma muy en serio en países como EEUU. Por desgracia no se puede decir lo mismo de España. Holanda, Polonia y Gran Bretaña ya están pagando el precio de experimentarlo en su territorio.

Aunque incluso círculos de expertos en nuestro país aún miran a la sismicidad inducida como un fenómeno de ciencia ficción, los terremotos artificiales han sido una realidad durante décadas, especialmente en las últimas. En España esta cultura es demasiado reciente y contradictoria al oponer ciertos intereses sociales a los corporativos.

OKLAHOMA 2011: ABRAZOS DESPUÉS DE "EL TERREMOTO CINCO PUNTO SIETE"

Como casi siempre ocurre en nuestro país, después de un buen susto nos despertamos a su realidad; concretamente la sismicidad inducida dio el salto a la actualidad popular a finales de 2013 con la paralización de la plataforma Castor frente a Vinaròs debido a sus más de 500 terremotos inducidos, así no sólo la opinión pública se sensibilizó ante ello, también un buen número de científicos escépticos se concienciaron entonces ante semejante contundencia y tozudez: somos capaces de provocar terremotos con nuestras prácticas, pero no sabemos cómo pararlos. 

Desde hace tiempo se ha venido considerando y cada vez más entendiendo, que los terremotos pueden ser inducidos por la acumulación de agua en embalses, cambios en las condiciones climáticas o minería, pero sobre todo por la inyección de fluidos en formaciones subterráneas, y si hay fracturas afectadas por esa presión en la corteza, la sismicidad suele desatarse.

El agua utilizada y extraída para fractura hidráulica o fracking es contaminada por productos químicos y debe ser eliminada de una manera que evite la contaminación de las fuentes de agua dulce. Ya no se puede devolver a ríos o lagos. Su depuración es económicamente inviable. Así que lo más económico es forzar una suerte de rapto geológico mediante la inyección subterránea bajo los acuíferos que abastecen de agua potable. Ese agua entonces puede presionar y lubricar las fracturas que por doquier están presentes en la corteza terrestre, y aunque sean inactivas se dispara la sismicidad incluso en zonas hasta ahora catalogadas como no sísmicas o inertes. Para ello una mínima energía elástica acumulada es necesaria.

INYECCIÓN DE AGUAS RESIDUALES Y TERREMOTOS EN EL TIEMPO EN EEUU (Matt Weingarten/UC-Boulder)


Hoy, gracias a estudios americanos, alemanes, holandeses o ingleses, sabemos además que hay que contar con la influencia de sismos remotos en esas fallas previamente debilitadas por las actividades humanas. La Tierra como un todo no conoce de fronteras administrativas, en especial nos fijamos en aquellas zonas donde se realiza la comentada eliminación por inyección a cierta profundidad del agua. 

Un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad de Columbia y publicado en julio de 2013 en Science indica que fuertes terremotos al otro lado del planeta pueden desatar temblores menores cerca de los pozos de inyección en zonas no especialmente propensas a la sismicidad como ya se viene observando desde hace décadas en Yellowstone. Se explica ahora que terremotos de gran magnitud como los de Chile de 2010 (8,8 Mw), Sumatra 2012 (8,7 Mw) o Japón en 2011 (9,1 Mw) fueron responsables de otros sismos disparados en zonas tan alejadas como Texas, Oklahoma o Arkansas, otras partes del mundo esperan los resultados de estudios similares. 

LOS TERREMOTOS DE GRONINGEN DE 1996 A 2012 EN LOS CAMPOS DE GAS

Oklahoma ya ostenta el reconocido récord sísmico de origen humano de magnitud 5,7 debido a estas prácticas de inyección de agua contaminada, también en Colorado o Texas conocen el fenómeno. En Europa, aparte de los terremotos polacos o del Reino Unido asumidos por la empresa explotadora Cuadrilla Resources frente a Blackpool, en Holanda recientemente, tras miles de denuncias se han destinado cientos de millones de euros para reparar los efectos en viviendas y desperfectos urbanos de los ya conocidos como terremotos de Groningen.



Todos estos ejemplos tienen un factor común: son áreas sometidas a un alto estrés provocado por la fracturación e inyecciones de agua provenientes de la actividad petrolífera o el fracking.





4. UN FUTURO INCIERTO

En España ya son tres las autonomías que han prohibido por diferentes causas esta técnica en sus territorios, Cantabria, La Rioja y Navarra, otras están avanzando en leyes parecidas. Al mismo tiempo que se conceden nuevas y más numerosas licencias de exploración a las empresas del sector, las asociaciones ciudadanas y ecologistas que se alzan en contra de esta técnica y piden a las administraciones una reflexión se multiplican. 

El informe de la AIE de 2012 concluye que el proceso de fractura hidráulica, al igual que muchas otras prácticas de industrias que tienen que ver con productos químicos peligrosos, puede ser relativamente seguro si se legisla adecuadamente. La AIE calcula que las medidas necesarias para conseguir que el proceso sea más seguro aumentarían en un 7 por ciento el coste de un pozo medio. No se incluyen las medidas de refuerzo de edificios si algún día se considera el impacto sísmico.

En España, no hemos investigado adecuadamente este fenómeno, aún no sabemos si hemos terminado varios episodios sísmicos relacionados con cambios extremos de presión de fluidos de manera natural o artificial bajo nuestros pies. Pero ya comenzamos a ser conscientes de nuestra influencia sobre el medio que nos sustenta. Lorca, Jaén o Pamplona han sido y están siendo objeto de estudios más detallados; recientemente varios enjambres símicos en esas localidades apuntan al tan difícil de determinar papel jugado por el agua para el detonado de la sismicidad. 

Algunos científicos, después de los terremotos desatados por el llenado del embalse de Itoiz o por las inyecciones en la plataforma Castor, sugerimos que con el tiempo los gobiernos reconozcan que el daño antropogénico puede convertirse en una realidad. Pero lo peor es seguir obviándolo como hasta ahora, evitando así aportar fondos de investigación que deberíamos dedicar a la comprensión de esta frágil interfaz, entre la atmósfera y la hidrosfera, en la que vivimos. Nos hemos adueñado de ella, la hemos convertido en patrimonio natural o industrial, pero casi ni la conocemos, no sabemos cómo reacciona, y menos aun cómo la podemos controlar. La fuerza del agua sigue siendo una gran desconocida.

Por ejemplo Cantabria, la primera comunidad autónoma que prohibió la fractura en su territorio, ha concedido el estudio de viabilidad para dos terceras partes de su territorio, entre ellas la zona de los acuíferos de los que cerca de 400.000 personas se abastecen. Cantabria es prácticamente un acuífero toda ella, pero carece de estudios geológicos más allá de los 2 km de profundidad, menos aún del potencial sísmico de sus fallas, aunque como en 1938, en plena guerra civil, toda la región y sus provincias colindantes, pero en especial la capital Santander fuera impactada por un terremoto M 5,2 conocido como el terremoto de Arredondo.

La fractura hidráulica puede abrir nuevas puertas al deficiente balance energético español, pero no puede ser a costa de penalizar a otros sectores económicos que no se han sabido ni se saben explotar, tales como el turismo cultural y científico prácticamente sin desarrollar en algunas de las zonas candidatas a ser fracturadas, y lo triste es que algunas de ellas albergan patrimonios de la humanidad insuficientemente rentabilizados. Por eso el fracking y otras técnicas agresivas con el medio natural y humano que habitamos no es un problema sólo de recursos energéticos, ni siquiera una cuestión exclusivamente geológica, no acertamos con nuestro potencial económico, científico ni cultural ¿Nos tiraríamos a la piscina para comprobar si está llena? 

Las ciencias de la Tierra son vistas cada vez más como una serie de disciplinas que practican científicos cualificados y avezados para dotar a la sociedad de materias primas y recursos industriales y energéticos, pero también de armas eficientes con las que resistir los embates de la Naturaleza o sus respuestas a nuestras acciones más agresivas, adelantando propuestas efectivas para que el medio humano y la propia Naturaleza correctamente manipulada no lleguen a destruirse mutuamente; adelantándose también a los acontecimientos desde la idea de que determinados elementos del medio humano, pueden ofrecer resistencia a los efectos negativos de una catástrofe natural o inducida. 

Pero como hemos visto aún esa mirada no es suficientemente ejercitada por nuestras instituciones, empresas energéticas y científicos al servicio de la especulación con la energía. El fracking, como apunta la AIE, podría llegar a ser limpio, bien, podría ser…, he ahí el potencial y la viabilidad que deberemos debatir sin prejuicios, tarea difícil en el país sin tonalidades, el país del blanco y negro, del Madrid-Barça, del conmigo o contra mí…

iAgua Magazine nº2 pg. 36

EN EL CSIC, EL DÍA 23 DE ABRIL DE 2014.

SE PUEDEN DESCARGAR LAS PONENCIAS PINCHANDO AQUÍ

lunes, 24 de marzo de 2014

SISMICIDAD EN EL ÁREA ARCOS DE JALÓN-MEDINACELI (SORIA-GUADALAJARA)



FIGURA 1: EL CASTILLO DE ARCOS DE JALÓN: Se encuentra en estado de ruina consolidada. Se conservan algunos lienzos de la muralla y la sólida torre del homenaje, con una altura de 16 metros. Fue construido en mampostería con hileras (verdugadas) de ladrillo al más puro estilo morisco, con las esquinas de la torre del homenaje en sillería. El castillo es de planta triangular, con la puerta de acceso en el muro este, junto a la torre del Homenaje, y sobre ella aparecen los escudos de armas de los Albornoz y Luna.


Hemos tomado medidas razonables aunque todavía mejorables cerca de las zonas de conocida sismicidad histórica, pero no en aquellas donde estamos cambiando el régimen hidrológico, climático, tensional, industrial...

Hacerlo en el futuro, si se va a manipular el medio como en otras ocasiones recientes (Itoiz, YesaVinaròs, etc.), será sin duda un ahorro y una apuesta por un siglo XXI en el que el desarrollo económico se concilie con el cuidado de nuestro patrimonio natural e histórico; pero no sólo deberá ser adecuadamente custodiado, también realzado y justamente revalorizado.




1. INTRODUCCIÓN: PROYECTO CRONOS Y MEDIO NATURAL

Con motivo de la concesión del permiso Proyecto Cronos para exploración de la existencia de hidrocarburos en las formaciones rocosas entre Morón de Almazán y Alcolea del Pinar, y entre Medinaceli y Arcos de Jalón, y que afectará a un grupo numeroso de localidades de la zona, varios ciudadanos me contactaron para conocer de antemano el potencial sísmico de la zona y un poco de la sismicidad histórica, ya que habían oído decir a sus padres, abuelos y otros familiares que les precedían que se habían dado terremotos en la zona. 

Querían saber sobre la realidad al respecto y cómo las nuevas explotaciones, si algún día llegasen a realizarse, podrían provocar un incremento de la sismicidad como ha ocurrido en otras zonas propensas del mundo y también de España al realizar algunas prácticas agresivas con el medio que nos sustenta.

El motivo es que las concesiones dadas (Cronos) posiblemente iban a concluir con la técnica de fracturación hidráulica o fracking que actualmente en la sociedad española comienza a debatirse. De todos es conocido su cometido. La fracturación hidráulica o fractura hidráulica (fracking) es una técnica utilizada para la extracción de gas y petróleo del subsuelo previa rotura del macizo que lo alberga. El procedimiento consiste en la inyección a presión de algún material en el terreno, con el objetivo de ampliar las fracturas existentes en el sustrato rocoso que encierra el gas o el petróleo, aumentando la porosidad y favoreciendo así su salida hacia el exterior. Habitualmente el material inyectado es agua con arena y productos químicos, aunque ocasionalmente se pueden emplear espumas o gases.

Toda técnica industrial tiene un impacto medioambiental, el fracking también, la cuestión es la evaluación adecuada de dicho impacto y la viabilidad de la relación impacto-beneficio económico. Creo que hay que hablar de la técnica en el marco completo, energético y cultural español. Al final los criterios de compromiso social de los técnicos que trabajamos en geología no cambian mucho dependiendo de los intereses, la pobreza o la riqueza, la cultura va siendo cada vez más un bien necesario que nos dote de herramientas para decidir en qué tipo de sociedad queremos vivir y cómo vamos el conciliar el desarrollo económico con el respeto al medio, si seguimos con la degradación del mismo y por lo tanto de nosotros mismos, o nos planteamos un mejor conocimiento de la piel de toro que nos sustenta, actuando así en consecuencia.

España ya es el primer país de Europa y tercero del mundo que peor cuida su patrimonio histórico y natural a pesar de ser la segunda potencia mundial en cuanto a lugares Patrimonio de la Humanidad  y reservas de la biosfera (UNESCO); aún con tantas facilidades, el turismo cultural no se ha sabido desarrollar por unas administraciones atenazadas políticamente en intervalos de poder de cuatro en cuatro años. Ello nos ha traído décadas de especulación, pérdida de patrimonio histórico y natural y un empobrecimiento económico, social y cultural que aún estaría por determinar.

Por otro lado, desde el punto de vista de la trayectoria histórica que atañe a las ciencias de la Tierra, la proyección decimonónica de la revolución industrial hacia el futuro aún tiene mucho peso en Europa, especialmente en España; la palabra "sostenible", uno de los mejores y necesarios conceptos de la cultura del siglo XXI, no se comprende en su plenitud en círculos geológicos, se esparce de manera mucho más lenta entre las ciencias y las nuevas técnicas que los cancerígenos en el subsuelo. 

El modelo esquilmador de la cultura occidental sigue imponiéndose por encima de todo, incluso en sus formas más mediocres. Tenemos que pensarlo cuanto antes y planificar en consecuencia. Ya no podemos asumir más que no se derivará daño alguno con la reducción y cambios bruscos de las capas freáticas, su contaminación, las inyecciones cerca de fallas, la fracturación de zonas profundas sin antes conocerlas. 

Espero que con el tiempo los gobiernos reconozcan que el daño antropogénico puede convertirse en una realidad; y peor si seguimos evitando aportar fondos de investigación que deberíamos dedicar a la comprensión de esta frágil interfaz, entre la atmósfera y la hidrosfera, en la que vivimos. Nos hemos adueñado de ella, la hemos convertido en patrimonio natural que es una expresión de la modernidad, pero casi ni la conocemos, no sabemos ni siquiera cómo reacciona, y menos aún cómo la podemos controlar. 

Lo hemos visto muy recientemente en Vinaròs, sabemos cómo provocar terremotos, pero no cómo pararlos. No podemos permitir que nuestras acciones acaben con el medio natural ni que éste reaccione contra el nuestro, es decir, el medio humano. Los geólogos nos hemos preparado como científicos cualificados y avezados para dotar a la sociedad de armas eficientes para resistir los embates de la Naturaleza sobre las ciudades (vistas éstas como unidades estructurales de la sociedad del siglo XXI) y viceversa, adelantando propuestas efectivas para que ambas no lleguen a destruirse mutuamente; adelantándose también a los acontecimientos desde la idea de que determinados elementos del medio humano, pueden ofrecer resistencia a los efectos negativos de una catástrofe.

En Pamplona, 24 de marzo de 2014
Antonio Aretxabala Díez


2. MARCO GEOLÓGICO Y TECTÓNICO

FIGURA 2: MARCO GEOLÓGICO DE LA ZONA, EL CUADRO ES EL ÁREA DEL PERMISO CRONOS. AL NORTE EN COLORES AMARILLOS LOS MATERIALES TERCIARIOS NEÓGENOS DE LA CUENCA DE ALMAZÁN. AL SUR EN COLORES AZULES , VERDES Y ROSAS LOS MATERIALES TRIÁSICOS Y CRETÁCICOS. ARCOS DE JALÓN SE SITÚA EN EL ENCUENTRO DE AMBOS AMBIENTES GEOLÓGICOS.

La zona estudiada se encuentra entre dos grandes dominios geográficos y geológicos: la cuenca terciaria de Almazán con materiales detríticos y carbonatados del Neógeno por un lado y la rama castellana de la Cordillera Ibérica con sus relieves estructurales en sus materiales del Triásico al Cretácico, por otro. Ambas zonas se muestran separadas claramente por un borde tectónico activo. Es también una prolongación del anteriormente estudiado en la zona de Daroca y de Jiloca con sus terremotos históricos asociados. El siguiente extracto de la hoja geológica del IGME nos detalla el tipo de movimientos que a gran escala actúan en la zona.

FIGURA 3: EXTRACTO DE LA HOJA  435 DEL MAPA GEOLÓGICO DEL ÁREA DE ALMAZÁN-ARCOS DEL JALÓN

La realidad es que la complejidad de los esfuerzos corticales que actúan en la zona aún no es del todo comprendida, si bien los esfuerzos compresivos N-S dominantes pueden derivar en distensiones E-O. Ello ha quedado grabado en la sucesión sedimentaria de tipo tectónico (UTS) con claras discordancias en la sucesión y ajuste de los materiales.

FIGURA 4: EL CORTE ENTRE RADONA Y MONTE MOEDO MUESTRA LA EXISTENCIA DE ESFUERZOS DURANTE EL TERCIARIO A TRAVÉS DE LA SUCESIÓN DE LAS UNIDADES TECTOSEDIMENTARIAS (UTS) SEPARADAS POR DISCORDANCIAS.

Al menos durante el Tericario la actividad tectónica se muestra muy activa, no obstante, los referidos materiales detríticos del Neógeno han sellado parte de los materiales más antiguos que hoy siguen mostrando actividad sísmica. La zona ya ha sido objeto de campañas de análisis geofísico para hidrocarburos en varias ocasiones, muchos de los conocimientos geológicos que tenemos se los debemos a este hecho.

FIGURA 5: EXTRACTO DE LA HOJA  435 DEL MAPA GEOLÓGICO DEL ÁREA DE ALMAZÁN-ARCOS DEL JALÓN


3. SISMICIDAD HISTÓRICA

Al igual que en otros casos, tales como Sangüesa con las inestables obras de Yesa amenazando, o como en el caso de Lugo con Monforte de Lemos y los terremotos olvidados, la geohistoria en España es una práctica casi inexistente, ello nos ha llevado a olvidar una realidad que nos ha acompañado siempre y que tan sólo nos ha dado una tregua histórica en la última modernidad (llevamos una anomalía histórica de 130 años sin terremotos destructivos por encima de VIII).

De esta manera, primero por la ausencia de investigación científica e histórica y que más tarde se solapa con el auge urbanístico y constructivo de las últimas décadas, los historiadores y geógrafos, pioneros en estas disciplinas, poco a poco han sido expulsados del estudio de estos fenómenos recurrentes, al igual que de los grandes corrimientos, desprendimientos, inundaciones, epidemias...

Así se ha conformado nuestra endémica amnesia sísmica que tantos perjuicios nos está causando y que aún nadie ha valorado (Lorca, Jaén, Navarra, Tarragona...). El lugar ocupado anteriormente por estos profesionales hoy lo ocupamos arquitectos, ingenieros, geólogos, físicos..., profesionales que generalmente no disponemos de adecuadas metodologías de estudio histórico; el desenlace: pobres resultados, grandes confusiones y costosísimos errores de percepción del medio.

Esta suerte de desorientación es la que ha puesto de manifiesto tales carencias a través de la publicación de protocolos de actuación muy revisables que en general subestimaban este aspecto histórico transcendental para la confección de normativa sectorial, constructiva o industrial; sobre todo en aquellas zonas que acogen grandes infraestructuras hidráulicas, energéticas o industriales como podría ser el caso. Finalmente el coste económico, social y humano de estas ausencias estaría todavía por valorar.

La zona de Arcos de Jalón - Medinaceli, sería una más de tantas zonas que podrían reaccionar ante actividades sismogenéticas por ser propensas a una sismicidad cuyo estudio histórico apenas roza los últimos 80 años. Este estudio no se ha llevado a cabo de manera dedicada antes de afrontar un nuevo cambio de uso del territorio, y al igual que en otras zonas que han dado la sorpresa sísmica después de nuestras actuaciones, a pesar además de las numerosas advertencias de expertos, aún aguarda su examen. Sería deseable que el Proyecto Cronos no pasara a engrosar las filas de tan triste currículum. A continuación (figura 6, extraída del IGN) vemos los terremotos históricos más importantes conocidos que se han dado en el área enmarcada dentro del Proyecto Cronos. En la figura 8 algunos de ellos proyectados sobre un mapa físico administrativo y de relieve.

FIGURA 6: TERREMOTOS MÁS SIGNIFICATIVOS OCURRIDOS EN LA ZONA

Aunque no tan significativa como en la zona de Molina de Aragón - Daroca, la sismicidad del área de Arcos de Jalón ha sido conocida siempre, el encuentro precisamente de los dos ambientes geológicos descritos es el responsable de ella (figuras 2, 4 y 9).

No hay prácticamente estudios dedicados de las fuentes sismogenéticas ni de qué fallas provocaron los terremotos históricos, tampoco un estudio paleosísmico (terremotos prehistóricos y anteriores) detallado de la zona es conocido, algo que se ha visto fundamental a la hora de establecer procesos industriales o infraestructuras de conocido carácter sismogenético si hay fallas implicadas que pudieran reactivarse y provocar sismicidad inducida (Itoiz y Yesa en Navarra, Proyecto Castor en Tarragona, La Loma de Úbeda en Jaén, etc.).

No obstante, destacan los terremotos de Maranchón (Guadalajara) del 12 al 15 de noviembre de 1931 como el episodio sísmico histórico más intenso (V) de la zona, de él sólo sabemos que se sucedieron varios días de temblores, algunos de ellos con daños en las edificaciones (figura 7). Pero no fue el más enérgico a pesar de ser el más dañino conocido, posiblemente este terremoto, el más fuerte, debió de ser muy superficial, pero no hay tampoco un estudio dedicado al respecto; el pódium energético lo ostenta el terremoto del 20 de diciembre de 1951 en Sta. María de Huerta que alcanzó una magnitud MD de 4,4. La magnitud MD o por duración (Mezcua y Martinez Solares, 1983) es utilizada para terremotos ocurridos entre 1923 y 1961. La fórmula utilizada varía en función de la estación donde se registra el sismo.


FIGURA 7: REFERENCIAS A LOS TERREMOTOS DE MARANCHÓN DEL 12 AL 15 DE NOVIEMBRE DE 1931  EN EL DIARIO REPUBLICANO LA VOZ (ARRIBA) Y EN EL CATÁLOGO SÍSMICO DE JOSÉ GALBÍS, TOMO II - 1940 (ABAJO).

Existen otros terremotos menores que se distribuyen de una manera un tanto aleatoria pero que dibujan de una forma tímida e irregular la dirección preferente de las fallas activas de la zona, concentrándose cerca de Arcos de Jalón y también hacia el sur y oeste (figuras 8 y 9).

FIGURA 8: DISTRIBUCIÓN DE LA SISMICIDAD HISTÓRICA EN EL ENTORNO DE ARCOS DE JALÓN Y MEDINACELI
  

FIGURA 9a ARRIBA: EL JUEGO DE FALLAS CONOCIDO EN LA ZONA (LAS LÍNEAS NEGRAS). FIGURA 9b ABAJO: CORTE EN UNA LÍNEA SUR - NORTE EN EL CONTACTO DE LAS DOS ZONAS GEOLÓGICAS DESCRITAS. 


4. CONCLUSIONES

Como hemos visto existen estructuras sismogenéticas activas en la zona. Si se tuviese en cuenta realizar actividades que asimismo pueden disparar la sismicidad como se ha visto en Holanda, EEUU, Gran Bretaña, Polonia e incluso en España, deberemos conocer muy bien el tipo de sismicidad que se pudiera desatar en esta zona. El marco geológico escogido para el Proyecto Cronos ya ha mostrado ser capaz de provocar desperfectos en el medio humano a través de su moderada sismicidad, prepararnos en caso de decidir realizar allí actividades sismogenéticas es una exigencia que tanto ciudadanos comprometidos como administraciones responsables deberán contemplar.

No olvidemos que a pesar del estado actual de las ciencias de la Tierra, aún los desastres sísmicos son impredecibles y destructivos, los costosísimos azotes e impactos debidos a terremotos siguen pesando sobre las vidas, las economías y las sociedades españolas que desoyeron o se olvidaron de esta realidad natural y cada vez más también artificial. El resultado como vimos en la costa castellonense y de Tarragona, es que al no valorarlo adecuadamente no se reveló el riesgo a quienes tomaron las decisiones, los administradores y tampoco a las personas normales, a los ciudadanos, algo que pasa factura económica, social y personal.

En Lorca no se lo esperaban, tampoco en Emilia Romaña. Ricos patrimonios perdidos, paisajes modificados de por vida, dramas personales incurables..., las comunidades que no le dieron importancia a la seguridad sísmica quedan tocadas y afectadas por años, por décadas, a veces para siempre.

Por eso no podemos dejar pasar estas oportunidades y lecciones que nos enseña la Naturaleza para tener en cuenta que deberemos conocer muy bien el medio sobre el que actuaremos. En la zona de Arcos de Jalón y Medinaceli y desde la cuenca de Almazán hasta Maranchón, podríamos tener que repensar la aplicación de normas sismorresistentes, también configuraciones arquitectónicas y urbanas contemporáneas menos vulnerables, si finalmente decidimos llevar a cabo actividades que puedan estimular fallas; disparando así fracturas en la corteza que ya han demostrado poder generar terremotos medianos, algo que nos resulta fácil como hemos visto en Navarra, Jaén, Lorca o Vinaròs, pero pararlos no lo es tanto. 

Hemos tomado medidas razonables (aunque todavía mejorables) cerca de las zonas de conocida sismicidad histórica más violenta, pero no en aquellas donde estamos cambiando el régimen hidrológico, climático, tensional, industrial... Hacerlo en el futuro, si se va a manipular el medio como en otras ocasiones recientes (ItoizYesaVinaròs, etc.), será sin duda un ahorro y una apuesta por un siglo XXI en el que el desarrollo económico se concilie con el cuidado de nuestro patrimonio natural e histórico; pero no sólo deberá ser adecuadamente custodiado, también realzado y justamente revalorizado.


FIGURA 10: EL ARCO ROMANO DE MEDINACELI