lunes, 11 de junio de 2018

PÉRDIDA DE BIODIVERSIDAD, CAPITALISMO TERMINAL Y ENFERMEDAD


LAS JIRAFAS TAMBIÉN ESTÁN EN PELIGRO DE EXTINCIÓN
 
Queridos lectores, aquí dejo una pequeña reflexión sobre la pérdida de biodiversidad y el declive del capitalismo global fosilista. Tras leer el artículo de Carmen Peláez y Teresa Requena (CSIC) "Especies en peligro de extinción… en tu intestino", me ha surgido una certeza: buena parte de nuestra salud es la expresión final de nuestra actividad espiritual, entendiendo por ésta el conjunto de disposiciones personales que hacen que elijamos una u otra ética, uno u otra simpatía con ciertas tendencias culturales o políticas y una u otra manera de ajustar nuestra vida a nuestro pensar y sentir.

Me parece que este declive (el que tratamos en el blog desde hace años en sus manifestaciones naturales y sociales) va ya muy acelerado. Tras perder definitivamente al rinoceronte blanco, en abril oficialmente la jirafa también entró a engrosar la lista de animales en peligro de extinción.

Muchas personas, cuya sensibilidad ha sido bien esculpida desde los medios de comunicación que sirven a poderosos intereses económicos cortoplacistas, apenas recaen en el suicidio que supone la pérdida de biodiversidad. La rebeldía, y menos aún la lucha contra un sistema que ataca directamente las bases de su propia vida y la de los suyos, no está en sus planes.


Yayo Herrero explica en dos minutos por qué el capitalismo terminal ataca las bases de la vida


La mayoría de las personas que no ven el problema creen por ejemplo, que la derivada de la invasión del plástico en la cadena alimentaria, desde los ríos y el mar hasta nuestros intestinos, no va a tener consecuencias a corto plazo, o que en su caso algo se inventará. Pero exactamente igual que en África, el continente más esquilmado por el capitalismo salvaje terminal, donde más personas, plantas y animales mueren, el ecosistema microbiano humano está perdiendo sus especies bacterianas ancestrales.

Éstas evolucionaron en nosotros desde el principio de los tiempos, salieron con nosotros de las cuevas como los gorriones que perecen a causa de los insecticidas y pesticidas, y ahora las unas y los otros decaen a un ritmo acompasado con el auge del cáncer, las inmunodeficiencias, las disrupciones hormonales severas y el propio declive del capitalismo global fosilífero. Tras estos síntomas se encuentra la pérdida de biodiversidad global, es la consecuencia inmediata de nuestra manera insostenible de vivir, de relacionarnos con nuestro entorno, con otros seres vivos y también con los otros seres humanos.

A su vez, estas relaciones patológicas, están pilotadas por, o son la consecuencia de nuestra manera de pensar. Son el reflejo de nuestra ética, nuestras preferencias políticas, comerciales, culturales... Por tanto, las enfermedades que sufrimos e incluso la muerte, también son directamente y en buena medida, el resultado de nuestra actividad espíritual.

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