martes, 20 de septiembre de 2022

LAS CONSECUENCIAS DE UN VERANO MUY SECO Y LOS DAÑOS DE UNA GOBERNANZA INTERESADA

 



Queridas y queridos lectores, coincidiendo con que se han secado la mayoría de los ríos, arroyos y manantiales en el valle de Karrantza (Bizkaia) y han saltado todas las alarmas sectoriales y ¡cómo no! políticas, y añadiendo que el agua con barro en el embalse de Yesa (Navarra) ha caído por debajo del 15%, vamos a dedicar unas líneas a mostrar que la tragedia climática no es sólo la peor amenaza a la que la humanidad se enfrenta en los próximos tiempos, sino que es más una tragedia política que, como ciudadanos responsables, deberemos atajar cuanto antes.
 
Las peores decisiones tomadas por intereses partidistas —o por el beneficio cortoplacista de una élite empresarial que ha secuestrado a la política—, han traído efectos nefastos contra la vida de las personas y los ecosistemas que nos mantienen y garantizan nuestra existencia.
 
Un ejemplo: si se hubiera podido recrecer el embalse de Yesa con las obras que empezaron en 2001 para ser entregadas en 2005 (en principio se iban a invertir 113 millones de euros hasta esa fecha, pero la última cifra es que quizás esté terminado en 2027 por unos 550 millones), ahora la capacidad sería el doble, es decir, estaría al 7,5% de agua y barro, o lo que es lo mismo, en vez de almacenar un 85% de aire, almacenaría un 92,5%.

Soluciones que empeoran las cosas
 
La solución a nuestros problemas con el agua no pasan por que el país con más embalses del mundo por superficie, continúe construyendo más embalses, como si esto fuese a hacer brotar el agua. El problema es que, en los últimos 50 años, el 55% del tiempo han almacenado más aire que agua. Siendo España el país más seco de Europa, es el que peores expectativas presenta frente al caos climático en ciernes, y por si fuese poca esa tragedia, es además, el que más agua exporta: la podemos encontrar en forma de tomate, lechuga o aguacate en los mercados de París, Berlín o Estocolmo.
 
En el programa de ETB2 "EnJake" que lidera Xabier Lapitz, éste entrevistó recientemente a Raúl Palacio, alcalde de Karrantza —un territorio de Bizkaia colindante con Cantabria donde más de 12.000 cabezas de ganado suministran los alimentos básicos, lácteos y carne para cientos de miles de personas— y también a un servidor.
 
Cada cierto tiempo en la zona se producen fuertes sequías, como la que actualmente se vive (que ha llevado a tener que traer agua desde Cantabria fundamentalmente para el ganado), que secan ríos, arroyos y manantiales; la más recordada fue la de 1989, entonces, esa parte de la denominada "España Húmeda" apenas despertaba a la posibilidad de hacer obras de almacenamiento, depuración o distribución de algo que habitualmente se presentaba en exceso y sólo muy ocasionalmente se echaba en falta.
 
Karratnza fue la última comarca vizcaína en construir esas infraestructuras para almacenar agua, recordemos que se trata de la Iberia húmeda y en general, no se percibió como algo necesario hasta alcanzar cierto grado de industrialización en el sector primario. Los embalses de La Argañeda (350.000 m³) y de La Cerroja (107.300 m³) datan de principios del siglo XXI, pero no han solucionado el problema del consumo ni de los periodos de sequía. Además, ambos sufrieron serios contratiempos de funcionalidad en sus inicios, incluso a día de hoy, el segundo apenas puede llenarse hasta menos de la mitad por problemas estructurales.

Cuando no se asumen los impactos del cambio climático, las malas decisiones tomadas en el pasado pueden afectar de manera muy negativa a las comunidades, y no solo a la que lo sufre de manera directa como es el caso de Karrantza. No es una excepción, pero es un buen ejemplo de un desastre colectivo. Hablamos de la despensa de Bizkaia (su mayor sector primario) insertada en un territorio fundamentalmente tecnológico con un hipertrofiado sector terciario ya en declive irreversible que además ha caído en la trampa de tratar todos los problemas desde esas perspectivas burocráticas y de enfrentamiento político al mejor estilo burgués. Como veremos, un error de cálculo que se paga muy caro.

Karrantza, en su contexto humano y su ecosistema simbiótico, nada o muy poco tendría que ver con el sector servicios ni con la industria 4.0, como parecen entender los burócratas vizcaínos, sino que es algo mucho más importante: es la reserva y la despensa que da de comer a una comunidad que no produce ni el 10% de lo que se lleva a la boca. Esto, o se entiende, o se condena a las bases que garantizan la vida al colapso sectorial y alimentario, y justo cuando todos los esfuerzos deberían enfocarse a aumentar ese porcentaje en la mayor medida posible.

Son tiempos de desglobalización, descentralización, decrecimiento..., si no se comprende, se está condenando a miles de personas a la pobreza y a la miseria. Dice el escritor vasco-galaico Manuel Casal Lodeiro que:

"Si tenemos que tomar decisiones como sociedad ante el caos climático en marcha, hacerlo mediante un sistema repleto de elementos intermedios ineficientes y que trasmiten mal las señales como los partidos políticos, los grupos de presión económica (lobbies), los sistemas parlamentarios pseudorrepresentativos, los gobiernos estatales, las burocracias complejas, etc., nos aboca a tomar decisiones demasiado lentas y muy difíciles de corregir si se observa que son erróneas o incluso peligrosas".

Por qué la democracia directa es la clave para evitar nuestra extinción.

Casal Lodeiro. M. 2022

El abandono y la incomprensión de los señoritos 

Karrantza, a partir de varios estudios entre los que se incluye un informe de 2018 de Deloitte, sabe que su entrada en el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia (CABB) es su sentencia de muerte; incluso cuando llueve. Siempre se ha hablado de chantajes y malas prácticas por el choque político que supone oponerse a ello. Acabarían desapareciendo el 70% de pequeñas empresas agro-ganaderas (Deloitte, 2018).
 
Karrantza ha sufrido siempre una gran falta de inversiones (de todo tipo) que venía acompañada de una gran miopía política. Para EAJ-PNV, que es quien domina la entidad, la solución ha sido siempre incluir a Karrantza en el Consorcio de Aguas de Bilbao Bizkaia (CABB), porque controlan esa organización. Sin embargo, para los granjeros y ganaderos de Karrantza, esto sería un desastre económico. Por tanto, viendo que Karrantza ha rechazado históricamente el consorcio, ¿cuál ha sido la respuesta de las autoridades de Bizkaia? ¡A por ellos, oé! Veamos:

Hace dos años la Diputación de Bizkaia rescindió los dos convenios suscritos con el Ayuntamiento de Karrantza en 2011. La ley obliga a las diputaciones, como entidad supramunicipal, a prestar asistencia a los ayuntamientos que por ser tan poco poblados y dedicarse a mantener la despensa de cientos de miles de personas, no pueden ejecutar costosas infraestructuras como depuradoras o abastecimiento (Karrantza mantiene 2.700 habitantes y 12.000 cabezas de ganado).

La paralización de aquellos convenios llevó al Ayuntamiento de Karrantza a presentar el pasado año dos denuncias en los tribunales por la no ejecución de las redes de saneamiento y abastecimiento. El Tribunal Superior del País Vasco, en sentencias del pasado 1 de julio de 2022, considera que los dos convenios están caducados. Y da la razón al Ayuntamiento de Karrantza:

"... La anulación, y por tanto la paralización de las ayudas por 30 millones de euros, se debe a la negativa a integrarse en el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia (CABB) [...] con respecto a la extinción de que se trata en las presentes denotan cierta connotación entre el hecho de no haberse integrado el Ayuntamiento de Karrantza en el CABB y, así, bien puede entenderse que tal circunstancia no es ajena al propósito que anida en el acuerdo recurrido...”. 

Lo que se está viviendo en el municipio vizcaíno de Karrantza con la gestión del agua es inconcebible. Cada vez en mayor medida nuestros dirigentes pierden contacto con las bases que garantizan nuestras vidas. El CABB es un consorcio donde dictan las grandes empresas que sustentan las puertas giratorias de los partidos políticos.
 
Desde allí se están tomando decisiones letales para la ciudadanía por el beneficio cortoplacista de una minoría empresarial elitista. Ésta tiene secuestrada a buena parte de la clase política. No se sabe muy bien si lo hacen por ignorancia o directamente por perjudicar a los encargados y centinelas de nuestra despensa (en román paladino: por joder).

Las consecuencias de un verano muy seco y los daños de una gobernanza interesada

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