viernes, 17 de julio de 2020

LA CONTRACCIÓN DE LA ECONOMÍA DE LA ENERGÍA (UNA RESEÑA EN ARGIA)

La minería es la base del desarrollo económico y los recursos se van agotando.

Queridos lectores, traigo al blog esta reseña realizada por Xabier Letona para ARGIA con motivo de la presentación del Informe de Sustrai Erakuntza en la librería Kataktak de Pamplona: "La minería en Navarra ante la transición energética y global". Inicialmente fue publicada en euskera. Aquí se puede leer completa. En este otro enlace podéis ver una pequeña reseña en vídeo en castellano.

Os dejo con Xabier:

LA CONTRACCIÓN DE LA ECONOMÍA DE LA ENERGÍA 
(Energia urritzearekin datorren ekonomiaren uzkurtzea)

Tal vez esté usted leyendo este informe en casa, en papel, en una computadora o en un teléfono inteligente que contiene muchos minerales, bajo la protección de una construcción de hormigón armado. Electrodomésticos, automóviles, carreteras, luz artificial, calefacción, aire acondicionado... Todo se basa en materias primas y la mayoría en minería: carbón, petróleo, gas, potasa, magnesita, agregados para la construcción, piedras naturales, baterías de litio... Todos estos materiales son esenciales para mantener la naturaleza tecnológica e industrial de nuestra sociedad moderna y todos se van agotando o van siendo cada vez más difíciles de conseguir. 

A medida que se agotan los recursos naturales, la pregunta surge naturalmente: ¿cómo es el repositorio de recursos del planeta? Y tiene una mala respuesta, los recursos de la naturaleza son cada vez más escasos y hay que hacer algo. ¿Cómo estamos y qué debemos hacer? En respuesta a esta pregunta, la Fundación Sustrai Erakuntza, que trabaja para la protección del medio ambiente, encargó un informe a Antonio Aretxabala, geólogo afincado en Pamplona: "La minería en Navarra ante la transición energética y global". Se presentó en Katakrak en esa ciudad el 2 de julio en el salón de actos y llegó a una conclusión clara: hemos desperdiciado demasiados recursos del planeta y finalmente ha dicho que no pueda dar más, y por lo tanto no puede continuar alimentando el crecimiento económico infinito que sostiene nuestra compleja e insaciable moderna sociedad. Las conclusiones están dirigidas a Navarra, pero según el científico, podrían ser igualmente válidas "para el Estado español o para toda Europa, como lo es, después de todo, para el modelo económico mundial". 

¿Cuál es la alternativa? El proceso opuesto que ha estado exigiendo el movimiento de decapitación económica en las últimas dos décadas: contención, adelgazamiento, contracción de la economía. Sin embargo, tengamos en cuenta que este proceso ya no es voluntario, nos dice Aretxabala, que no hay suficiente energía en el mundo para sostener el crecimiento económico actual y que la contracción ocurrirá de cualquier manera, "el planeta no negocia", por lo que tenemos que decidir cómo hacer esta transición energética. O de manera ordenada o por un colapso. 

- El pico del petróleo 

El informe describe las líneas principales descritas por Aretxabala. A lo largo de la historia, el crecimiento económico y el uso de la energía han estado estrechamente vinculados y la humanidad siempre ha utilizado la energía para su desarrollo económico. Cuanto mayor es el crecimiento económico, mayor es el uso de energía. En términos actuales, cuanto mayor es el Producto Interno Bruto (PIB), más energía se necesita para sostener ese crecimiento. Esta ecuación siempre ha estado estrechamente vinculada a lo largo de la historia. 

Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), el pico máximo de petróleo o crudo convencional se dio entre 2005 y 2006 y el pico máximo de energía fósil en 2018. Esto significa que a partir de ahora tendremos menos energía disponible y, por lo tanto, por encima de los trucos contables, la economía tenderá a contraerse. 

Hoy, el 86% de la energía consumida en el mundo es de origen fósil (petróleo, carbón, gas, etc.) y el 14% es de origen renovable. El punto es que la generación de energía lleva un gasto energético y la generación de energía se está volviendo cada vez más costosa; es decir, usamos más y más energía para generar la misma cantidad de energía, o en otras palabras, la tasa de retorno energético (EBT en euskera) (TRE en castellano) es cada vez más baja. Por ejemplo, en la década de 1930 o 1940 del siglo XX, se obtenían 50 barriles con la energía de un barril de petróleo (1:50); o el gas se obtenía en una proporción equivalente  de 1:150. El EBT (TRE) total de los fósiles, incluido el carbón, fue de 1:44 en la década de 1960. 

Pero estamos derivando más y más energía en obtener menor energía neta y cuanto más baja es esta tasa de EBT (TRE), más rápido cae: ahora estamos en valores de 1:15. Se ha realizado mucha investigación en este área y Aretxabala proporciona una extensa bibliografía en su informe. Los expertos estiman que tendremos problemas importantes en los intervalos 1:10-1:5. El milagro se espera de las fuentes de energía renovables, pero su tasa de  retorno sobre la inversión o recuperación (EBT) (TRE) es aún menor: la de la hidroeléctrica es 1:6,5; la eólica de tierra está entre 1:2,9 y 1:2,3; y la solar fotovoltaica 1:1,8. Claramente, con estos EBT (TRE) es imposible sostener el crecimiento económico actual. De hecho, la economía real global se ha reducido desde 2008

Las consecuencias de todo este desperdicio de energía son muy graves a escala mundial y el daño más obvio es el Cambio Climático, pero la raíz de muchas de las crisis que hemos experimentado también es geológica, aunque nos empeñemos en explicarla solo financieramente o de cualquier otra manera. En la crisis de 2008, por ejemplo, el costo de la energía fue crucial, seguido por la inestabilidad (volatilidad) de los precios de la energía. A pesar de los muchos trucos utilizados para aumentar los datos del PIB (deuda, externalización de los procesos productivos y energéticos, explotación, prostitución, drogas, armamento...), la economía real ha seguido debilitándose desde entonces. 

Tuvimos la intención de cubrir la explotación con el fracking como sucedáneo por el agotamiento del (nunca mejor llamado oro negro) petróleo convencional durante la última década, pero aunque este negocio (el fracking) siempre ha estado en déficit, en un momento tuvo interés para muchos llenar con grandes cantidades de barriles el mercado para bajar los precios. Las consecuencias fueron nefastas. Se ha analizado lo que sucedió con el fracking con más detalle en uno de los apartados del informe porque hubo permisos de exploración en Navarra. Ahora, sin embargo, con la pandemia de COVID-19, además del problema de escasez, los problemas de suministro se han vuelto muy evidentes, tanto con la energía como con miles de otros productos minerales o mercancías que andan rezagados por este mundo globalizado. 

- Respuestas institucionales 

Todo este cambio del agotamiento de la energía es bien conocido en el mundo, muchos científicos, economistas y organizaciones han activado la luz roja de alarma desde hace mucho tiempo, y las principales instituciones han comenzado a prepararse para la transición ecológica y energética, adaptando la economía a esta realidad. En 2015, la ONU estableció 17 objetivos y 169 metas para los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS). Esta agenda busca el bienestar de todo el planeta, mejorando los medios de vida de las personas que vivirán en armonía con el medio ambiente; y, fundamentalmente, se promueve la inclusión social, la sostenibilidad ambiental y el desarrollo económico, no necesariamente el crecimiento. El proyecto tiene una fecha límite, va de 2015 a 2030 y sus objetivos incluyen la justicia social, la gobernanza participativa y la conservación de los recursos y el capital natural. 

La Unión Europea también está inmersa en esta transición y sus instituciones han adoptado el Dictamen SC/048 para promover el desarrollo de nuevos modelos económicos. Fue presentado el pasado 21 de noviembre en el Civican de Pamplona. Según Aretxabala, por otro lado, debe quedar claro que el modelo económico promovido allí es completamente incompatible con la organización social actual. El actual se basa en el cuarteto de "extraer, producir, poseer y tirar" sin la disminución de los desechos fósiles. Este modelo es insostenible. 

El 4 de junio, Maria Mendiluce, representante del Consejo Mundial de Empresas para el Desarrollo Económico, participó en una conferencia organizada por la Asociación de la  Industria de Navarra (AIN) y extendió la industria a los "hombres y mujeres y autoridades". En referencia a la recesión económica en la pandemia, Mendiluce hizo hincapié en la necesidad de acercar las redes de suministro actuales y no confiar en las cadenas largas, ya que no están garantizadas. 

- Todo es verde ahora 

Que el mundo de las instituciones y las empresas ha comenzado a darse cuenta de la situación es cierto, pero está claro que el fruto de la transición no está maduro. La consejera de Economía de la UE, Ann Westmann, dijo que la transición energética era un camino a seguir, pero también un "crecimiento económico sostenible", como si estos dos conceptos —crecimiento y sostenible— fueran compatibles. Además, disoció las emisiones de CO2 del crecimiento económico, del PIB, al contrario de lo que muchas organizaciones han confirmado e investigado. 

No es la única, por otro lado y mucho más cerca, se expresa la misma forma de pensar. Mikel Irujo, Director de Acción Exterior del Gobierno de Navarra, escribió recientemente el artículo "Green Deal, un pacto verde para transformar la economía y salvar el planeta" (Green Deal Europe. Gobierno de Navarra) y declaró que en el futuro "el crecimiento económico se disociará del uso de los recursos". Aretxabala en su trabajo como escritor y divulgador, nos dice una y otra vez que eso no es posible y, entre otros, referencia al trabajo publicado en 1972, que deja muy claro que existen los límites del crecimiento (The Limits to Growth, Dennis L. Meadows et al.)

Además, lo que se vende como energía verde tampoco es completamente limpio. Por ejemplo, los aerogeneradores o molinos de viento construidos en nuestras montañas están hechos de acero de alto horno (carbón y gas), resinas sintéticas y fibra de vidrio (petróleo), las pistas de montaña están hechas con aglomerados asfálticos, todo se transporta en camiones, furgonetas y automóviles, que también se usan para el mantenimiento..., todo este transporte y acarreo de piezas, materiales, cables, se hace con diésel y la producción del diésel es cada vez más costosa porque el petróleo crudo convencional es cada vez más escaso y los nuevos líquidos no son óptimos para su refinado. 

- La ciencia no es una nueva religión 

La agenda de la ONU para 2030 o los criterios de la Unión Europea (como el Dictamen SC/048) se ignoran en la mayoría de las empresas y áreas institucionales, pensando que algunos recursos que ahora se pierden serán reemplazados por otros en el futuro. Pero esto, seguimos explicando las palabras de Aretxabala, es "la fantasía de Alicia en el País de las Maravillas", no son maneras para este mundo real. Como dice el científico español Juan Luis Arsuaga, hay muchos que equiparan la ciencia con la religión, con Dios, porque la ciencia puede lograrlo todo, pero la ciencia no hace milagros. Los recursos se agotan y no hay crecimiento económico sin estos recursos. Lo contrario nunca antes se había visto en la historia, y cuando la economía ha crecido siempre ha sido porque se han consumido más energía y más minerales. Nunca ha habido una contracción voluntaria de la economía; la contracción siempre se ha relacionado con pandemias como en 1918, catástrofes o guerras. 

Este enfoque, desafortunadamente, es el Padrenuestro de muchas autoridades: "la ciencia ya creará algo" y este medicamento también se vende al público. El discurso de la necesidad de reducir la economía no es del agrado de la gente y parece una broma de mal gusto en una sociedad acostumbrada a la opulencia, a la abundancia, pero es esencial en un mundo donde la mitad de la población ya vive en la pobreza. 

Queremos creer que la energía se utilizará de manera más eficiente a través de la tecnología, pero se deben dar al menos dos detalles a este discurso: por un lado, la eficiencia energética es posible, pero cada vez que esto se ha logrado en la historia, ha habido un "efecto rebote"; es decir, el resultado de esta eficiencia no ha sido gastar menos energía, sino más. La Paradoja de William Jevons (1865) ya explicaba esto: cada vez que se logra un avance en eficiencia energética, se utiliza para aumentar la producción y, por lo tanto, siempre se consumen más energía y más materias primas. En otras palabras, los nuevos tipos de energía utilizados para impulsar la economía, nunca han reemplazado los tipos de energía utilizados hasta ese momento, se han añadido al mix, siempre se ha producido un aumento sobre los antiguos, nunca una sustitución, incrementando así el uso de energía en lugar de disminuirlo. 

- El engaño del PIB 

Desde 2008 hasta el presente ya se está produciendo un declive en la economía real, pero en muchos lugares es posible separar el PIB y el consumo de energía aumentando el primero y reduciendo el segundo. Eso, sin embargo, es engañarnos a nosotros mismos. Europa, por ejemplo, pudo lograrlo, pero porque su consumo de energía se pudo externalizar desde nuestros países a China, India, África o muchos otros lugares. Básicamente, el PIB puede tener ciertos límites, pero mirando al planeta en global el resultado es el mismo: Europa no generará la energía de los productos que compra o produce, por lo que no contabilizarán estas cantidades como energía consumida aquí sin una caída perceptible del PIB, porque el CO2 emitido para esa producción y consumo se disparará desde China o desde la India. Pero el CO2 no conoce fronteras. 

Otra trampa: también podría financiarse mediante el crecimiento económico a través de la deuda, ya que se está volviendo cada vez más común financiar el PIB con deuda dejada a nuestros nietos, pero en este caso, además de estar cada vez más endeudados y condenando al empobrecimiento y exclusión a las clases medias, estamos dejando un gran problema en manos de las generaciones futuras. A esto es a lo que llamamos competitividad.

Aretxabala es claro y conciso en sus conclusiones y advertencias. El crecimiento económico ha creado constantemente burbujas que se han convertido en crisis después de la explosión. Es hora de abandonarlas y seguir adelante. Las soluciones tecnológicas pueden ser útiles en el camino hacia el desacoplamiento, siempre que la automatización no se utilice para crear nuevas burbujas, sino para implementar los 17 Objetivos para el Desarrollo Sostenible de la ONU (ODS). Nuestro objetivo ahora es superar la actual dinámica maliciosa, que es que la economía actual no tiene valor y no funciona si no crece, y si crece, destruye las bases naturales que la hacen posible y necesita para su crecimiento. Aprovechemos la oportunidad de construir un nuevo modelo social, uno que distribuya la riqueza y no abandone a nadie por el camino.

Xabier Letona Biteri
Pamplona, 17 de julio de 2020

Puedes descargar el artículo completo en pdf:
Energia urritzearekin datorren ekonomiaren uzkurtzea


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