domingo, 18 de octubre de 2020

NAVARRA ANTE LA OBLIGATORIEDAD HISTÓRICA, SOCIAL Y ADMINISTRATIVA, DE ACTUALIZAR SU PLAN ESPECIAL DE RIESGO SÍSMICO


Pamplona desde el frente de la Magdalena, entre 1910 y 1920 (fuente: J. M. 1999)

Queridos lectores, me gustaría mostrar por qué sí existe no sólo una necesidad, sino la obligatoriedad de actualización del PLAN ESPECIAL DE PROTECCIÓN CIVIL ANTE EL RIESGO SÍSMICO EN LA COMUNIDAD FORAL DE NAVARRA “SISNA”, el cual, es un protocolo que involucra a varios departamentos de la Comunidad Foral y a la sociedad civil (figura 1a). La Norma Básica de Protección Civil, incluye entre los riesgos susceptibles de originar una situación catastrófica —y que por ello deben ser objeto de planificación especial— a los terremotos, debido a la posibilidad de que puedan generar consecuencias desastrosas para las personas y los bienes.
 
Está en sus propios dictámenes y requerimientos el ser actualizado y revisado en intervalos que pueden variar debido a las circunstancias y acontecimientos. Con todo ello sentencia la norma que "se realizará una revisión ordinaria completa del plan SISNA cada cinco años como mínimo", cosa que no se ha hecho desde febrero de 2011 a pesar de haber vivido los acontecimientos sísmicos más relevantes de la sismicidad española y navarra en mayo de 2011, en 2013, 2017 y 2020 y de que lo sucedido desde que empezó este último episodio de 2020 representa más del 10% (en solamente el 0,03% del tiempo transcurrido desde 1612) de toda la sismicidad relevante del territorio de la Comunidad Foral (ver figura 4). Así que tras publicar mi anterior artículo que trata de las vulnerabilidades estudiadas, sobre todo en Pamplona y en especial en el casco viejo (figura 3), y habiendo dejado más o menos claro que Navarra adolece de una notable falta de estudios dedicados, me gustaría seguir ampliando el debate.
 
La mayoría de las incertidumbres son fruto de ese vacío y esa falta de interés por el que muchas comunidades acaban pagando altísimos precios económicos, también sociales y humanos. Algunas de ellas, y esta es mi experincia de décadas —sobre todo las que no le dieron la debida importancia al fenómeno sísmico y un desafortunado día reciben su impacto— quedan inevitablemente heridas, muchas de ellas por años, otras por décadas, a veces para siempre.

Existen importantes ausencias en la comunicación institucional y sobran enredos y falacias que la ciudadanía acoge con estupor, sobre todo por el conocimiento bastante popularizado de las certidumbres y certezas ya investigadas, publicadas y ampliamente divulgadas en Navarra desde medios de comunicación, ciclos científicos y culturales, redes sociales, publicaciones, comparecencias parlamentarias..., lo cual no deja de sorprender a una población que ha sido capaz de consolidar cierta cultura gracias al desinterés y vocación de colegios profesionales, asociaciones científicas y culturales, algunos medios de comunicación, especialmente desde 2013.
 
Por tanto, en la calle es bastante bien conocido ya el fenómeno sísmico navarro y su gestión histórica, así como la falta de seguridad o la ruina económica que suponen ciertas grandes obras que están en zonas propensas en un estado provocado de estabilidad calamitosa, por no hablar del sentir mayoritario en lo que se refiere a una seguridad física relegada y sometida a intereses económicos de grandes constructoras o empresas que especulan con el territorio y los recursos geológicos. La población, al menos en Navarra, está arropada por un colectivo científico que también forma parte de la ciudadanía y evalúa y vela por su propia seguridad, una labor tan individual como colectiva, física y social, y en estrecho contacto con la vida cultural de la comunidad. Los terremotos forman parte de ella. 
 
Además, como es el caso de la actualización del SISNA, se está enterrando buena parte de la pedagogía que se le debiera exigir a nuestras instituciones hasta ahora más o menos en sintonía con esa extendida cultura popular, sobre todo cuando se afirma estar trabajando en pro de ella y la ciudadanía ve que se hace todo lo contrario. Mi propia experiencia profesional y con las instituciones, me impulsa a seguir aclarando cuestiones de vital importancia, pues equivocadamente se siguen difundiendo grandes inexactitudes, sobre todo en radio y en prensa.
 
Esto es debido, fundamentalmente, a la más que notoria falta de importancia que se le está dando a la seguridad sísmica en Navarra y a la seguridad de la población en general, pues aquella es otra variante más de la seguridad geológica global que, cuando hay que aclarar ante la sociedad se hace sin medias tintas, se trate de Yesa, de las inundaciones recurrentes o del papel del urbanismo buldócer, la minería especulativa o cualquiera de las amenazas de naturaleza geológica que sistemáticamente se minimizan en favor de beneficios cortoplacistas, por los que somos la ciudadanía quienes acabamos pagando unos precios demasiado altos, a veces incluso con vidas humanas. Veamos:


Figura 1a. Organigrama del PLAN ESPECIAL DE PROTECCIÓN CIVIL ANTE EL RIESGO SÍSMICO EN LA COMUNIDAD FORAL DE NAVARRA “SISNA" y Figura 1b. El consejero de Presidencia, Igualdad, Función Pública e Interior del Gobierno de Navarra, responsable principal y director del plan, declaró el día 6 de octubre, mientras la cuenca de Pamplona vivía los momentos más intensos del actual enjambre sísmico que comenzó el día 19 de agosto de 2020, con medio millar de sismos (más de medio centenar de ellos sentidos) hasta ese mismo día, que "el plan ante riesgo de terremotos de Navarra es totalmente actual".
 
1. Navarra, la cuenca de Pamplona y la seguridad sísmica

El Plan Territorial de Protección Civil de Navarra (PLATENA), en el marco competencial que el ordenamiento jurídico atribuye a la Comunidad Foral, prevé específicamente la necesidad de elaborar un plan autonómico para hacer frente al riesgo derivado de los terremotos dentro del territorio de Navarra. Se justifica por tanto, la necesidad de disponer en la Comunidad Foral del Plan Especial de Protección Civil ante el Riesgo Sísmico en Navarra debidamente actualizado, que asegure la intervención eficaz y coordinada de los recursos y medios disponibles, con el fin de limitar las consecuencias de los posibles terremotos que se puedan producir sobre las personas, los bienes y el medioambiente.

Esta actualización fue uno de los objetivos principales del departamento de Protección Civil del anterior Gobierno de Navarra que presidió Uxue Barkos y que heredó las consecuencias sociales de la crisis sísmica de 2013 (cerca de 400 terremotos) que afectaron a la zona de El Perdón, Etxauri y Olave y vivió la de 2017 entre Egüés y Olave (cerca de 200 terremotos). Ninguno de esos episodios sísmicos entró en las bases de datos del SISNA de febrero de 2011.

Recordemos también que tras los terremotos de Lorca (Mw 4,5 y 5,1) tres meses después de la entrega del SISNA, varias autonomías creyeron conveniente la revisión de sus protocolos y actualizaron sus respectivos planes especiales de protección civil ante el riesgo sísmico, obviamente la Región de Murcia la primera, pero cabe destacar el exhaustivo y referente trabajo realizado por Cataluña o Galicia. Una discusión al respecto —teniendo en cuenta lo que aprendimos en Lorca y lo más reciente del área que sigue temblando en Lizoáin-Egüés-Esteribar, ya que está escrita mientras la cuenca de Pamplona vivía el enjambre que comenzó en agosto del 2020— se puede leer aquí.

2. Justifiación administrativa

El Departamento de Presidencia Justicia e Interior, con competencias en Protección Civil, elaboró el Plan Especial de Protección Civil ante el Riesgo Sísmico de la Comunidad Foral de Navarra, siendo aprobado por Acuerdo del Gobierno de Navarra, de 28 de marzo de 2011. En el apartado 12.4.2 “Revisión y actualización” del referido Plan Especial de Protección Civil ante el Riesgo Sísmico de la Comunidad Foral de Navarra, se recoge que:

“Con la misma periodicidad que los simulacros (en el apartado anterior se establece una periodicidad de cuatro años), y de acuerdo, tanto con la evaluación efectuada de los mismos, como de las nuevas tendencias en la gestión de las emergencias, se efectuarán las revisiones de los procedimientos de notificación y activación, actuación de las figuras operativas y de los Grupos de Acción y, en general, de la operatividad del Plan. 

Asimismo, y con la misma periodicidad, se actualizará el catálogo de medios y recursos, para lo cual se notificarán a la Dirección de Protección Civil las posibles notificaciones. Por otra parte, esta Dirección, al menos anualmente, comprobará que dicho catálogo se encuentra debidamente actualizado y que funciona correctamente el sistema establecido para la notificación de las modificaciones… Con todo ello se realizará una revisión ordinaria completa del Plan cada cinco años como mínimo”.


Transcurridos más de los cinco años indicados, es obligatorio y necesario acometer la revisión del SISNA y..., "se deberán llevar a cabo programas de formación destinados a los órganos y servicios actuantes y a la población en general"... "Se realizarán revisiones extraordinarias cuando ello se estime necesario para adaptar el Plan a la realidad del momento de la Comunidad Foral de Navarra. Estas revisiones deberán ser informadas favorablemente por la Comisión de Protección Civil de Navarra y aprobadas por el Consejo de Gobierno del Gobierno de Navarra. En su caso, deberán ser homologadas por la Comisión Nacional de Protección Civil"... (página 76 del SISNA).
 
Puede que lo sucedido en los últimos dos meses: 58 terremotos sentidos de 638 sucedidos, más del 10% de los más significativos desde 1612, lo cual supone tal incidencia en tan sólo el 0,03% del tiempo histórico estudiado, no suponga nada extraordinario para nuestras instituciones, pero hasta el estudiante más novato de ciencias como mínimo se sorprende ante los números.

Por otra parte, el episodio de concentración de un elevado número de movimientos en un periodo de tiempo tan corto, primero en el año 2013 en la zona del Perdón, más tarde en 2017 en la zona de Olave y ahora en 2020 en el área de Lizoáin-Egüés-Esteribar, aunque siguen siendo impactos de baja a moderada magnitud, empujan a revisar el análisis de riesgos RISNA, incorporando estos nuevos datos a la revisión obligatoria (SISNA 12.4.2). Igualmente, el estudio de vulnerabilidad del RISNA se elaboró a partir de los datos catastrales del Servicio de Riqueza Territorial del año 2006, habiendo transcurrido más de 14 años, modificándose de forma sustancial desde entonces el parque de viviendas de Navarra.

Los movimientos sufridos en la zona de Amatrice en Italia el año 2016, además de poner de manifiesto el poder de destrucción de estos eventos, han aportado nuevas enseñanzas a la hora de proceder ante estas situaciones. Tanto el estudio sobre sismicidad en Navarra de 1992 como el SISNA de 2011, concluyen en la "baja actividad sísmica" de Navarra en contraposición a la denominación del Departamento de los Pirineos Atlánticos que califican a la Navarra española como de "actividad sísmica significativa" (figuras 2a y 2b).

Figura 2a. Tabla resumen comparativa de los planes de seguridad sísmica que atañen a Navarra (SISNA) y al departamento de los Pirineos Atlánticos (PDPA). La última fila representa la propuesta presentada a los sucesivos gobiernos de Navarra de Yolanda Barcina y Uxue Barkos basados en el Mapa Tectónico de España. Figura 2b. IGME, 2004. Zonas Pirenaica axial, Norpirenaica central y Surpirenaicas de Pamplona y Lumbier: Mw: 6,1-6,8.

Sobre todo se subraya la necesidad de una revisión, a la vista de las desgraciadas consecuencias que en mayo de 2011 (tres meses después de la entrega del SISNA) tuvieron los terremotos de Lorca, los de 2012 que pusieron de manifiesto en Emilia Romaña y cómo la carencia de estudios históricos es una predisposición a la catástrofe humanitaria y económica de territorios de sismicidad recurrente o no tanto, tal cual recogió Emanuella Guidoboni en su extensa obra, especialmente en “IL PESO ECONOMICO E SOCIALE DEI DISASTRI SISMICI IN ITALIA NEGLI ULTIMI 150 ANNI”, con Valensise Gianluca.

Es más que conveniente incorporar el estado del arte actual en materia de peligrosidad y riesgo sísmico y todas las enseñanzas en los procedimientos de actuación que se han aplicado en las zonas devastadas. Desde que en febrero de 2011 se publicó el SISNA, la mayor concentración histórica de terremotos y enjambres sísmicos vividos en tan poco tiempo en Navarra, justifican una revisión y su actualización. El informe del IGN realizado el día 13 de octubre de 2020, caracteriza a la zona como de actividad sísmica moderada.

3. La importancia del estudio histórico

En Navarra, los terremotos registrados en el último siglo han alcanzado magnitudes moderadas, nunca superiores a 5Mw (el terremoto de Lizarraga del 27/10/1998 alcanzó una magnitud mb de 5,2 con una intensidad de V, ver Sismicidad de la Península Ibérica en el periodo instrumental: 1985-2011 The Iberian Peninsula seismicity for the instrumental period: 1985-2011 Emilio Carreño Herrero y José F. Valero Zornoza). Sin embargo, los catálogos de sismicidad histórica indican que en los últimos 500 años se ha registrado algún sismo de intensidad (MSK) mayor o igual a VIII que no han causado daños humanos y materiales notables, pero también es verdad que no se han realizado los estudios históricos necesarios para afirmar con rotundidad tal cosa. 

En Navarra, el estudio por parte de los historiadores de este fenómeno es una asignatura pendiente. Dichos catálogos no llegan más allá de 1755 y no recogen, por ejemplo, el episodio de enjambre sísmico vivido en Sangüesa en agosto de 1612 o terremotos como el de Martes del 10 de julio de 1923 M5,8 e intensidad VIII, que afectó incluso a la capital, Pamplona, pero se produjo unos pocos kilómetros fuera de territorio navarro, en la cola del hoy embalse de Yesa y duró dos años hasta 1925. Muy probablemente un segmento de la Falla de Martes-Loiti que compartimos con nuestros vecinos aragoneses, sea el responsable, como ha venido siendo históricamente en la Canal de Berdún, una de las zonas de mayor actividad sísmica del norte de Iberia (en la parte aragonesa se contempla hasta Intensidad VIII). 

Al igual que España prácticamente al completo, Navarra también ha olvidado la realidad del suelo sobre el que vive, Pamplona fue escenario de un terremoto múltiple el 10 de marzo de 1903 más violento si cabe que el de la madrugada del 1 de octubre de 2020. Entonces 30.000 personas habitaban en la cuenca de Pamplona en caseríos desperdigados y dentro de las murallas, aún el hormigón armado no había hecho su aparición; hoy domina el paisaje urbano. Fue a partir de datos históricos que se pudo llegar a conocer mejor aquel episodio de 1903 de la historia de Pamplona y que los terremotos de 2013 y 2017, desempolvaron como curiosidad histórica para deleite de historiadores y sorpresa de la población en general. Teniendo en cuenta las observaciones de los científicos, así como las reportadas por D. Salvador Calderón y Arana, Sánchez-Navarro-Neumann, los pocos datos recogidos en catálogos como el de José Galbis, además de las observaciones de los testigos de varias de las localidades afectadas en aquel marzo de 1903, quizás deberíamos otorgar una mayor importancia a este fenómeno natural que la que actualmente le asignamos en la propia cuenca. Hoy vivimos 350.000 personas.
 
En principio a este evento histórico de hace 117 años ya lo hemos adoptado como parte de nuestra historia, pero ha hecho falta una gran inversión de tiempo, dinero y amor al arte para recuperarlo de la memoria perdida. Su importancia no se queda exclusivamente en anécdota histórica, va mucho más allá. Por ejemplo, la escala de Mercalli modificada nos indica que los daños considerables en edificios pobres pertenecen a la intensidad VII. El terremoto de Pamplona de 1903 ha venido siendo catalogado como de intensidad VI como si hubiese sucedido un sólo evento situado posiblemente entre Badostáin y Aranguren. Sin embargo Pamplona estuvo recibiendo impactos durante varias horas desde diversas circunscripciones, Navarra y Guipúzcoa durante varios días estuvieron inmersas en una recurrente actividad sísmica que creíamos inusual, pero estudiando el legado histórico de quienes lo vivieron, parece que un patrón común subyace en esta tiplogía sísmica, 1612, 1923, 1982, 2004, 2013, 2017 y 2020 son años en que se vivieron enjambres sísmicos más o menos intensos. Además de otros más suaves en 1995 o 2007.

Por lo tanto, las afirmaciones hechas por varios de los científicos y testigos en 1903: "... No han ocurrido desgracias personales, pero se han cuarteado algunas casas viejas de un modo alarmante..." podrían entrar dentro de esa categoría VI-VII. Esto puede ser transcendental desde el punto de vista de la seguridad sísmica de la ciudad de Pamplona, porque este evento sísmico se ha podido subestimar en relación a no haberlo considerado en los inputs realizados para la confección del PLAN ESPECIAL DE PROTECCIÓN CIVIL ANTE EL RIESGO SÍSMICO EN NAVARRA (SISNA), menos aún para su actualización.
 
Y es que en este estupendo trabajo enfocado a la seguridad sísmica de Navarra, el SISNA, que data ya de febrero de 2011, generalizado para toda la Comunidad Foral, tienen un peso específico importante los terremotos que hayan brotado en terreno navarro con intensidades mayores de VIII o magnitudes mbLg mayores de 4,5. El terremoto de Pamplona de 1903 no aporta circunstancia alguna relevante, como sí lo hace por ejemplo, el que los autores del SISNA denominan "el terremoto de mayor magnitud ocurrido en territorio navarro" (SISNA página 14) que según ellos fue el del 18 de Septiembre de 2004, con epicentro al NE de Lizoaín y magnitud mbLg 4,5 y que fue uno de los generados por el primer llenado de Itoiz. Se trata una vez más de una pérdida histórica posiblemente influyente que no puede pasarse por alto (he ahí uno más de los recurrentes problemas en los equipos técnicos sin historiadores), además de ser injusta con la sismicidad navarra en general y en particular con la cuenca de Pamplona, pues encierra no uno, sino dos posibles ausencias históricas por defecto.

4. Directrices históricas generales y actualización del SISNA
 
Tras los terremotos de Lorca (mayo de 2011) y los enjambres de 2013 y 2017 vividos en la capital de Navarra, se hizo hincapié en el aspecto histórico revisado, ya que es fundamental para clasificar la verdadera trascendencia del fenómeno natural de la sismicidad en Navarra. El SISNA data de febrero de 2011. El terremoto más intenso tras el episodio de Pamplona de 1903 no sería quizás el de Lizoáin de 2004, sino el conocido como terremoto de Lizarraga del 27 de octubre de 1998 de intensidad V (y magnitud  5,2 mb, más información aquí en el epígrafe 5.1); este evento sigue siendo conocido en círculos de expertos por haber sido durante 12 años la medalla de oro de los sismos ibéricos desde que opera la red analógica nacional e internacional cuando se usó en una época históricamente muy corta la magnitud mb (ver Sismicidad de la Península Ibérica en el periodo instrumental: 1985-2011 The Iberian Peninsula seismicity for the instrumental period: 1985-2011 Emilio Carreño Herrero y José F. Valero Zornoza).
 
La magnitud mb o magnitud de ondas internas (Veith yClawson, 1972) fue utilizada para terremotos ocurridos a partir de 1998. En 2002 prácticamente todos los terremotos vinieron con la mejor afinada mbLg a partir de la amplitud de la fase Lg (López, 2008), utilizada para terremotos ocurridos a partir de marzo de 2002. Esta fórmula de magnitud ha sido referida a la fórmula de magnitud local de Richter, de manera que para un periodo de 1 segundo ambas escalas coinciden a una distancia de referencia de 100 kilómetros. Cualquier persona familiarizada con la sismicidad ibérica conoce la relevancia del terremoto de Lizarraga de 1998, veremos en la actualización cómo algunos departamentos franceses lo han incorporado a su normativa sectorial y departamental como magnitud local (ML) que es la de Richter de 1935.
 
Hoy, ese terremoto histórico, es precisamente el segundo más contundente y enérgico de la era analógica en red que funciona desde 1985 en la Península Ibérica junto con el mbLg 5,2 de Ossa de Montiel de febrero de 2015, detrás del de Lecrín (Granada) que lo desbancó de lo alto del podio en 2010 con una magnitud mbLg de 6,2. En ese tiempo (12 años) que transcurrió desde 1998 hasta 2010, fue Navarra la que permaneció a la cabeza de los terremotos ibéricos desde el despliegue de la red analógica.
 
Otro aspecto es que sí hay un terremoto de igual magnitud (o mayor dependiendo de la escala escogida), y que debiera ser una referencia mucho más importante por afectar directamente a la cuenca de Pamplona, pero paradójicamente no aparece explícitamente contemplado en el SISNA (es probable que no lo haga como herencia del trabajo de la consultoría Prospección e Ingeniería de 1992 "Estudio Sísmico de Navarra" pero en el SISNA no se habla de él), además es de más duración y algo más cercano a la capital, Pamplona: es el terremoto de Legarda del 22 de mayo de 1982, quizás el más sentido, recordado, comentado, estudiado y cacareado por los pamploneses que lo vivieron, pues fue ampliamente notado en aquella Pamplona de 1982 con 175.000 habitantes (la mitad que hoy) donde las torres (los denominados "rascacielos") de Barañáin se hicieron famosas por sus balanceos de hasta 7 cm. Un mes después volvió a temblar la ciudad con sismos recurrentes. La actividad sísmica de aquellos días del mundial de Naranjito se dilataron durante casi tres meses. 

El rigor del investigador de la sismicidad histórica, que es al fin y al cabo un geohistoriador, debe ser cristalino, y debe tener muy claros los sistemas de búsqueda de las fuentes (heurística) y así, una vez hallados los datos, podrá operar con ellos con una sana crítica interpretativa (hermeneútica) sea ésta científica y/o dialéctica. Semejante rigurosidad histórica es nada más y nada menos que la base de la normativa sectorial, y de ello van a depender las construcciones y mantenimientos de edificios, infraestructuras, embalses, centrales energéticas...
 
Los autores de ese estudio realizado en febrero de 2011, para garantizar en lo posible la seguridad sísmica de Navarra (SISNA), manifiestan la recurrente ausencia de algunos datos históricos de los equipos de científicos y técnicos de los que los historiadores (pioneros de la investigación sísmica) han sido expulsados, también recordemos las limitaciones de recursos escritos en Navarra y por supuesto, las limitaciones económicas que se establecen a la hora de abarcar estudios como el SISNA. Está claro que estos trabajos transcendentales deben ser realizados por equipos conocedores de la historia local, de la peculiar sismicidad navarra y en especial de la cuenca, además de haber dispuesto de al menos, una persona historiadora o geohistoriadora, figura fundamental (nunca nos cansaremos de afirmarlo) para sentar las bases de una correcta distribución del territorio y normativa sectorial mirando al siglo XXI. Si no es así, y siempre lo vemos en los equipos exclusivamente técnicos, el desenlace es imperecederamente el mismo: grandes confusiones con errores notables, bajo nivel en los resultados y un coste económico y social que aún estaría por determinar.
 
El terremoto de Legarda de mayo de 1982 por un lado, y el de Lizarraga de 1998 por otro, son ambos motivos históricos suficientes como para proponer una revisión al menos histórica del SISNA y un análisis especial dedicado a un área metropolitana que aglutina casi al 60% de la población de Navarra (cerca de 350.000 personas). Además, si esta investigación histórica del terremoto de 1903 es considerada a partir de ahora, ya serían tres los acontecimientos geohistóricos que en un siglo nos acercan a una visión más realista de la cuestión sísmica navarra, en especial de la cuenca de Pamplona. Asimismo, la similitud y paralelismos encontrados en los eventos, en especial los de 1903, 1982, 2017 y 2020, nos hacen pensar en que estemos ante una oportunidad histórica de intimar (primer paso para un trato cercano) y "tutear" al carácter singular de la sismicidad de la cuenca.
 
Por otro lado, en esta cuestión tenemos una gran ventaja con respecto a otras zonas de la Península Ibérica, podemos recabar información de nuestros vecinos del norte, que además de interesarse y estudiar más profundamente el tema (un 400% más de inversión en estudios de impacto sísmico en 2010), disponen de diferentes servicios que operan en Francia como la red ReNASS, el ISARD, el EMSC, etc., recopilando información que se puede ver resumida en catálogos (algunos incluso editados en castellano) y que por ejemplo achacan a los terremotos de Lizoáin y Nagore de septiembre de 2004 magnitudes locales ML de 5,3 y 5,2 respectivamente. Fuentes afortunadamente muy cercanas y de las que otras comunidades más alejadas de Francia no disponen; no considerarlas sería otro craso error, pues por si era poca su cercanía geográfica, además la que denominan la "Navarra española" está contemplada en varios de sus estudios y normas.
 
En efecto, un ejemplo lo podemos obtener de la seria consideración gala frente el enérgico evento de Lizarraga en el "Dossier Départemental des Risques Majeurs Cellule d’Analyse du Risque et de l’Information Préventive de la PRÉFECTURE DES PYRÉNÉES-ATLANTIQUES de la République Française" (página 46) que data de 2003, un año anterior a los terremotos de Lizoáin y Nagore; dice: "... El departamento de los Pirineos Atlánticos puede ser golpeado por terremotos que no tengan lugar dentro del propio departamento. De hecho, los Altos Pirineos (65) también han experimentado fuertes seísmos. Por ejemplo, la región de Pamplona (Navarra española) es el lugar de una actividad sísmica significativa (magnitud 5, el 27/10/1998). Estos lugares con seísmos cerca de la frontera pueden causar perturbaciones y daños en el propio departamento...".
 
Como vemos, los franceses del departamento de los Altos Pirineos (65) consideran al menos desde 2003 a la zona de Pamplona "una zona de actividad sísmica significativa", y en especial al terremoto de Lizarraga como potencialmente dañino en su propio territorio. Mientras tanto, en el SISNA de febrero de 2011 (página 11) se afirma: "... La baja sismicidad de Navarra explica que el tema del riesgo sísmico no haya recibido tanta atención por parte de la comunidad científica, como otros riesgos naturales...".
 
Por lo tanto, vemos que el estudio y consideración de estos fenómenos naturales tiene dos perspectivas: una desde el norte (Francia) que considera desde 2003 al terremoto de Lizarraga como una referencia importante en un contexto de "actividad sísmica significativa" (la región de Pamplona en la Navarra española); y otra desde el sur (España) que cree que Navarra al completo es una zona de "baja actividad sísmica" y que el terremoto de Lizarraga no es una referencia importante.
 
Lo paradójico es que el optimismo del sur es inversamente proporcional a la inversión en el estudio de estos fenómenos. Francia dedica un 400% más que nosotros a este tipo de investigación, la cual es proporcional a las medidas de seguridad reflejadas en las expectativas de sus normas y el  más alto valor de la aceleración básica del terreno un paso más allá de la frontera (0,24g), el optimismo, vemos, también es proporcional a la falta de inversión. En los equipos franceses de estudio de la sismicidad hay geohistoriadores. Un resumen de la diferente consideración incluso pensando exclusivamente en Navarra, se puede ver en la tabla resumen comparativa de la figura 2.
 
Además, esa magnitud apuntada anteriormente (mbLg 4,5 en Lizoáin en septiembre de 2004) que como hemos afirmado, se alcanzó asimismo en Legarda el 22 de mayo de 1982, demuestra que hay antecedentes históricos bastante más cercanos a la capital Pamplona (a unos 10 km), como bien afirman nuestros vecinos franceses; aquel 22 de mayo de 1982 se produjo en un episodio con réplicas importantes, bastante parecido a este fenómeno estudiado en perspectiva histórica de 1903 con una trepidación principal de unos 20 segundos de duración, algo que también llamaría la atención de los científicos de aquella época, como subrayó entonces D. Salvador Calderón y Arana tras los terremotos de marzo de 1903; ahora, después de estudiarlo a fondo, vemos que guarda un paralelismo significativo con el de 1982 y con el que vivimos en el verano-otoño de 2020. Algo también que por otra parte nos lleva a seguir pensando en que la cuenca de Pamplona ha mostrado una sismicidad cuyo peculiar "carácter personal" de tipo múltiple y repetitivo, comenzamos a conocer y valorar.

5. Zonas específicas vulnerables. Actualización y revisión

En el SISNA de febrero 2011, se tratan como zonas más vulnerables el casco histórico de Pamplona y el barrio pamplonés de la Chantrea (figura 3). En la actualización deberá abarcarse un estudio más detallado que incluya además el casco histórico de Estella, la ciudad de Sangüesa (incluyendo el embalse de Yesa) y los alrededores de Itoiz, bajo los siguientes factores de los que se propusieron para cada caso.

La amenaza y la vulnerabilidad son variables que dependen la una de la otra. Para que se produzca una desgracia tienen que darse cita una serie de componentes físicos y sociales que se mantengan expuestos y que no se hayan identificado. Un edifico o un barrio puede ser vulnerable a un tipo de terremoto mediano, pero a otro de mayor magnitud y diferente manera de propagación no tiene por qué serlo. Una de las mejores herramientas para evaluar y actuar en consecuencia es la zonificación geotécnica-sísmica; es un pronóstico basado en los accidentes tectónicos, el estudio de la historia y las características dinámicas de los terrenos, una división que puede hacerse por barrios, manzanas, etc., lo que nos permite conocer el medio sobre el que construimos nuestras casas, nuestro hábitat.

La confección de mapas de riesgo sísmico locales o microzonificación sísmica ha demostrado ser la mejor de las herramientas para adelantarse a semejantes embates de la Naturaleza, también que su uso salva vidas y supone un importante ahorro para los estados está más que demostrado en los países de nuestro entorno que ya los tienen. El reto del futuro urbanismo, por tanto, deberá ser el cambio de perspectiva histórica, abandonar los postulados post-industriales del siglo XX y abrirse a este urbano siglo XXI regido por la ciencia, la cultura y las nuevas tecnologías.

En Aragón existe un mapa de vulnerabilidad sísmica que debiera tener su continuidad en Navarra, pero se acaba en la muga. La actualización de los mapas del IGN sobre aceleración sísmica básica de 2015 del estado español han multiplicado por 2,5 las expectativas del parámetro ab (aceleración básica), o lo que es lo mismo, han más que doblado el riesgo sísmico, no se puede seguir obviando ni esta realidad ni la convergencia por el norte con nuestros vecinos franceses.

Al final del apartado 2 de este artículo se pueden ver cuatro vídeos que tratan el tema de la vulnerabilidad sísmica del casco histórico de Pamplona desde la perspectiva urbanística, de materiales de construcción, elementos no estructurales, geología y estructuras; dos de ellos son ante una comisión de seguimiento de la sismicidad en el Parlamento de Navarra cuando se propuso por primera vez ante la más alta institución de la Comuniad Foral de Navarra la actualización del SISNA acorde con los acontecimientos vividos desde mayo de 2011 en España, en pleno enjambre de 2013 (más de 400 terremotos) y la historia recientemente investigada. Fueron recogidos por dos medios de comunicación. Los otros dos son reportajes divulgativos, uno en las mismas calles del casco viejo de la capital y el otro en el Laboratoriod de Arquitectura.

6. La cultura sísmica en la Comunidad Foral de Navarra

En los niveles básicos de educación (primaria y secundaria) la formación sísmica es esencial para concienciar a la población ubicada en zonas de riesgo sobre la necesidad de prevenir, y en su caso mitigar, los daños derivados de los terremotos. En cuanto al nivel universitario, la Ingeniería Sísmica debe enseñarse concurrentemente con otras materias, como la Geotecnia o las Estructuras, enfatizando su carácter multidisciplinario, compartido por diferentes profesiones: ingenieros, arquitectos, sismólogos, geólogos, planificadores, historiadores, etc.

En la sociedad del siglo XXI la movilidad interurbana es una pieza fundamental, de tal manera que incluso en zonas sin sismicidad debiera existir esta cultura (es el caso de los EEUU) cuya normativa, posiblemente la más completa del mundo, cuenta con simulacros en zonas sísmicas y las que no lo son. Cada norteamericano vive de media en su vida en nueve lugares diferentes, algunos de ellos con sismicidad muy marcada, pero cada norteamericano sabe muy bien qué debe y qué no debe hacer en caso de terremoto. En nuestra Europa, aunque la movilidad es menor, esta cultura poco a poco también se va implementando, sobre todo en aquellas zonas como Andalucía, Murcia, o varias zonas de Italia que no sólo son regiones de apreciable sismicidad sino destinos turísticos internacionales.

En la comparecencia parlamentaria de abril de 2013 en que comenté estas cosas a la comisión sobre los más de 400 terremotos en la Sierra de El Perdón hubo una propuesta del grupo Popular (Eloy Villanueva) de ir introduciendo esta cultura en los colegios. No se ha desarrollado aún a pesar de que todos los grupos estuvieron de acuerdo.

7. Implementación de un diagnóstico a los edificios anteriores a 1968

Una labor a realizar también en el futuro, es ir poco a poco sentando las bases de un diagnóstico de las necesidades de intervención en la renovación del parque edificado anterior a 1968, que en nuestra reciente historia es cuando comienzan a implementarse las normativas de construcción sismorresistente (1968, 1974, 1994 y 2002) con diferentes visiones y disposiciones (teóricas) del territorio. Quizás no se le debe exigir al equipo que actualice el SISNA un trabajo tan ambicioso que debería estar ya completado, pero sí dejar abierta la puerta sentando las bases de estudio (edad, geotecnia, localización, tipo de estructura, cimentación, altura, factores urbanísticos, etc.) del parque de edificios de las zonas más vulnerables con objeto de ir tomando las medidas pertinentes en el futuro (figura 3).

El apartado exigido sería algo así: "DIAGNÓSTICO DE LAS NECESIDADES DE INTERVENCIÓN EN LA RENOVACIÓN DEL PARQUE EDIFICADO DE LA COMUNIDAD FORAL DE NAVARRA ANTE EL RIESGO SÍSMICO. DIRECTRICES GENERALES Y PUNTOS DE ESTUDIO"  (figura 3).
 
Figura 3. Página 55 del SISNA donde se enumera que por cuestiones arquitectónicas, sociales, históricas y urbanas, la zona del casco viejo de Pamplona y la Chantrea serían las más vulnerables.

8. En Navarra la ciencia y la conciencia sísmica están ausentes de la cultura histórica, institucional, sectorial y popular

Es significativo el hecho de que la memoria histórica de los terremotos en Navarra llegue apenas a los dos siglos y medio, un espacio de tiempo irrisorio en lo que a los tiempos de la geología se refiere. Prueba de ello es que el primer terremoto navarro que aparece en los catálogos oficiales del IGN es el del 15 de noviembre de 1755 en Sangüesa al que se le adjudica intensidad V-VI. En la siguiente tabla (figura 4), incluimos algunas estimaciones sobre lo ocurrido en Sangüesa en 1612 con un histórico de 132 terremotos de intensidad mayor de III o M>3. Cuando se produjo el primero oficial de los catálogos en 1755, no habían pasado ni dos semanas del tremendo terremoto jamás conocido por Europa: el terremoto de Lisboa del 1 de noviembre de 1755 (M8,8 y cerca de 100.000 víctimas), bien sentido en toda la península y cuyos efectos llegaron hasta el norte del continente. Ya más del 10% de los terremotos más significativos sucedidos en la historia sísmica conocida de Navarra (cuatro siglos), se están dando en el último intervalo del 0,03% del tiempo transcurrido (menos de dos meses).

Figura 4. Los 132 terremotos de intensidad mayor de III o M>3 registrados hasta hoy en Navarra. Más del 10% de ellos son del actual episodio activo en 2020 en Lizoáin-Egüés-Esteribar, suponen en tiempo 50 días de 4 siglos: son más del 10% de los terremotos significactivos de la historia sísmica conocida de Navarra. Se están dando en el último intervalo del 0,03% del tiempo transcurrido desde que tenemos datos históricos, el resto hasta finales de agosto, suponen el 99,97% del tiempo total.

Esta falta de diálogo sectorial con los historiadores es la que ya ha demostrado en l'Aquila, Emilia Romaña, Lorca, que caer en la amnesia sísmica puede ser catastrófico al pasar los siglos sin contemplar la herencia cultural con respecto al medio que vivimos, que nos transmiten nuestros antepasados.

Un claro ejemplo lo tenemos precisamente aquí en Navarra, y es más, en la mismísima Sangüesa, primera ciudad en los registros históricos oficiales (15-11-1755) golpeada por un terremoto. Sin embargo, los estudiosos de la historia religiosa, apuntan a un acontecimiento mucho más espectacular que el mero V-VI acontecido un siglo y medio antes, precisamente en esa localidad, algo que nunca ha computado en los catálogos de la sismicidad navarra y por supuesto en los protocolos y normativas urbanísticas o sectoriales navarras.
 
En 1612, un significativo episodio de varios terremotos tuvo lugar en Sangüesa y también en Pamplona (figura 7), este fenómeno no está recogido en las bases históricas del SISNA, pero su contundencia y el reflejo de lo que pudo acontecer es demasiado plástico y evidente como para pasar desapercibido, el trabajo es: "El Ayuntamiento de Sangüesa (Navarra) y algunos cultos religiosos (The town hall of Sangüesa [Navarre] and some religious cults)" de Juan Cruz Labeaga Mendiola.

9. Sangüesa 1612

El 4 de agosto y siguientes ocurrieron en la localidad grandes terremotos, ruidos y movimientos de tierra que hicieron temblar los edificios. La gente quedó afligida y temerosa, creyendo que era un presagio de otra catástrofe mayor, castigo de los pecados públicos y escandalosos. El bando municipal propuso a los vecinos, como el mejor de los remedios, acudir a Dios Nuestro Señor, con gran devoción, para que usando de su misericordia divina, librara al pueblo de su aflicción.

Determinaron los corporativos las procesiones y actos religiosos que debían celebrarse en cada iglesia y algunas medidas como la prohibición de tocar instrumentos musicales, jugar a todo tipo de juegos y hacer sacrificios, oraciones y ayunos. Estos dos pregones municipales manifiestan claramente la mentalidad de la época y en particular la de su redactor, un secretario de Ayuntamiento metido a predicador y moralista:

“... El alcalde y regidores hacemos saber que en esta villa y sus términos ha havido muy grandes terremotos, ruidos y movimientos de la tierra con demostración y amenazas de muy grande ruina, y particularmente hoy día sábado, fiesta de Santo Domingo. Por la mañana ha habido mayor terremoto que nunca, en que se han movido todos los edificios y fábricas, que, por ser tan grande y general, ha quedado toda la república muy afligida y desconsolada. Y porque el remedio de cosas de esta condición no lo hay tan cierto y verdadero como acudir a Dios Nuestro Señor, con grande devoción, a suplicalle sea servido de socorrer, con su auxilio y amparo, usando de su divina misericordia, y porque esto sea con la devoción que es justo, se harán por la tarde procesiones cada uno por su parroquia, y mañana domingo una procesión general saldrá de la parroquia de Santa María, a donde habrá oficio solemne. Y a todos se les manda acudir al tenor de las campanas a procesiones y misa con muy grande reverencia y deboción, suplicando al Señor sea servido usar de su divina misericordia, y amparándonos en su divina gracia dándonos aquello que fuese para su santo servicio.

Dada en Sangüesa, a 4 de agosto de 1612..."

Y la cosa no sólo continuó, hacia el miércoles se hizo más violenta:

"... A todos es notorio los terremotos que ha habido y hay todos los días y hoy miércoles particularmente, que continúan tan de ordinario, que parescen que no han seido y son apercibimientos de alguna grande y peligrosa ruina que ha de haber por castigo de nuestros pecados, cometidos contra la divina majestad de Dios Nuestro Señor. Y porque paresce que para remedio deste tan grande y general daño ninguno habrá más a propósito como es procurar ebitar los pecados, mayormente los públicos y escandalosos, con que Dios Nuestro Señor más se ofende y la república más se escandaliza, que así a todos se les manda lo hagan evitando evitándolos. Y a todos se les manda que de día ni de noche no tañan guitarra, ni anden con otro ningún instrumento que cause alboroto ni regocijo, ni de noche ni de día. En los campos no anden boceando ni echando pullas, ni diciendo gracias, ni en público ni en secreto nayde juegue a nengún género de juego, porque es justo que en tiempo de tanto peligro todo cese. Y porque a causa de los grandes temblores y terremotos toda la gente está afligida, y para su consuelo y remedio de tan gran daño, los Muy Ilustres Señores Prior y Cabildo de esta villa, como tan celosos del bien y aprovechamiento de toda esta villa, con muy particular cuidado en sus sacrificios y oraciones, encomiendan a todos a Dios Nuestro Señor, suplicando a su Divina Majestad sea serbido de librar a este pueblo de tan grande afligimiento, con cuyo amor, como de padres espirituales, no cansándose de amparar a su pueblo, todos los días de aquí al sábado, al tiempo de la misa conventual, se sacará el Santísimo Sacramento, y harán sus preces y rogativas cada uno en su parroquia, se tañerán las campanas. Y asimismo el viernes primero se harán procesiones cada parroquia a su monasterio a las cinco de la tarde. Y el domingo primero procesión general con oficio solemne en la iglesia de San Salvador, a donde habrá sermón. A todos se les ruega y exorta que los que pudieren el viernes y sábado ayunen, y si se confesaren y comulgaren, será más a propósito. Y todos, con la mayor devoción que pudieren en sus oraciones, supliquen a Dios Nuestro Señor que con su divino auxilio y socorro ampare y socorra a esta república en el presente peligro en que se ve. Y para que esto venga a noticia de todos, se manda publicar por las calles y cantones de esta villa a son de trompeta y voz de pregón.

Dada en Sangüesa, a 8 de agosto de 1612...".


Figura 5. La iglesia de Santa María la Real de Sangüesa, a pesar de haber sido restaurada en varias actuaciones aún es testigo de aquellos acontecimientos de 1612 y 1755. Declarada Monumento Nacional en 1889, fue construida entre los siglos XII y XIV y su estilo corresponde a la transición del románico al gótico. Presenta tres naves con crucero y torre octogonal, y su interior nos sorprenderá con otros atractivos como el retablo mayor, de estilo plateresco y una rica custodia procesional gótica. Tras cruzar el férreo puente sobre el río Aragón, Santa María la Real de Sangüesa nos da la bienvenida a esta localidad de la Zona Media occidental de Navarra. Se erigió en siglo XII, en uno de los extremos de la rúa Mayor, por orden de Alfonso I el Batallador, rey de Navarra y Aragón. Iglesia de medianas proporciones, este bello ejemplo del arte románico ha tenido a lo largo de la historia no sólo fines litúrgicos, sino también función defensiva y refugio después de las catástrofes sísmicas, también especialmente durante las guerras civiles del siglo XIX. 

Figura 6. "Los terremotos" al sur de la ciudad de Sangüesa. Una denominación que guarda en su toponimia el recuerdo y el lugar de aquellos acontecimientos y buena parte de los nombres asociados a ellos, es de destacar el resistente valor geotécnico adjudicado a "Rocaforte" que seguramente para entonces ya era algo conocido. Fuente y agradecimientos al estudioso de la toponimia Mikel Belasko.


Figura 7. En el libro "Historia de la vida y hechos del ínclito monarca Don Felipe Tercero" capítulo LXI, obra posthuma del Maestro Gil González Dávila cronista de los señores reyes D. Felipe III y IV y Mayor de las dos Castillas y de las Indias, se recoge un temblor múltiple en Pamplona y Sangüesa. la asociación al evento anterior es confusa y difícil de contrastar. En el mismo tratado, vuelve a temblar Pamplona y el reyno de Navarra en 1634, pero la mezcla de lugares y nombres es ya tan caótica que es muy difícil el dar con la fecha o localidad afectada exacta. Trabajo de investigación para los historiadores y lingüistas. Agradecimientos al estudioso de la toponimia Mikel Belasko.

10. Mirando al futuro

Las propuestas que vamos a ver ya se presentaron en el Departamento de Protección Civil del Gobierno de Navarra entre 2016 y 2017. La necesaria realización de la revisión del Proyecto RISNA (evaluación del riesgo sísmico de la Comunidad Foral de Navarra) que sirvió de base para la redacción del SISNA (Plan Especial ante el Riesgo Sísmico en la Comunidad Foral de Navarra) y de al que tarde o temprano se estimará su actualización, está enfocada a: 

a- Incorporar el estado del arte generado desde la realización del estudio RISNA (2011) en materia de peligrosidad y riesgo sísmico en Navarra. 

b- Cotejar los datos del catálogo sísmico con los que arrojan otras redes no contempladas en el RISNA y que abarcan en su ámbito el territorio Foral. 

c- Incorporar los datos revisados para calibrar los modelos y utilizar las nuevas metodologías para la actualización del riesgo sísmico. 

d- Incorporar los datos de catastro de 2016 del Servicio de Riqueza Territorial y Tributos Patrimoniales, al análisis de la vulnerabilidad en las edificaciones para la estimación de daños. 

e- Modificar el SIG, incorporando los datos del padrón, los de atenuación y ampliación y la extracción de los datos del IGN de los sismos en tiempo real, para configurar una herramienta informática y app de apoyo en las decisiones. 

f- Redactar criterios de intervención post sismo y su transposición a fichas, para el análisis de los edificios afectados y la ayuda a la toma de decisiones sobre su evacuación o derribo. 

Aparte de la revisión y actualización del plan especial de riesgo sísmico en Navarra (SISNA), sobre todo en su aspecto histórico tal y como hemos mostrado, varios retos quedan establecidos para la sociedad navarra del siglo XXI que deberán ser los pilares de actuación institucional:

I) Análisis de riesgos que pudieran incrementar la vulnerabilidad y aumentar considerablemente el daño (aludes, desprendimientos de laderas, inundaciones, casos como Yesa o las laderas caídas tras el enjambre de 2013 en toda la cuenca...).

II) Análisis de vulnerabilidad y daños estimados en la actividad económica (contempla catastro y el uso). No sólo bienes inmuebles, también negocios comerciales.

III) En referencia a la guía de actuación se tendría que introducir un curso de formación de profesionales (arquitectos, arquitectos técnicos e ingenieros, esto se puede coordinar con los colegios y organizar cursos, se acreditan técnicos) para la evaluación rápida de daños tal y como se ha realizado en otras comunidades del Estado.

IV) Una vez formados los profesionales en evaluación rápida de daños hay que facilitarles una herramienta que les permita la coordinación para la evaluación dotándoles de la información que ya tenemos en el SIG de catastro, e incluso de la vulnerabilidad. Cuanto más información mejor podrán hacer su trabajo y menos riesgos correrán ellos y toda la sociedad navarra. 

11. Líneas generales de una revisión necesaria y obligatoria

Para la revisión del Plan Especial de Protección Civil ante el Riesgo Sísmico de la Comunidad Foral de Navarra, es necesario comenzar por la modificación del RISNA, que incluirá no solo la actualización de las bases de datos utilizadas en el estudio anterior, tanto del catálogo de sismos como del parque de viviendas, sino también nuevos datos históricos, así como el padrón que mejore el análisis de vulnerabilidad. Con el estado del arte actual en materia de peligrosidad y los datos revisados cuantitativa y cualitativamente se procederá a la actualización del RISNA. Los documentos que sería necesario actualizar son:

OBJETIVOS GENERALES Y ALCANCE DEL ESTUDIO

Introducción

1. Grupo de Trabajo

2. Alcance y Objetivos

3. Antecedentes

4. Introducción a la Geografía, Geología y Sismotectónica de Navarra.

5. Organigrama e Índice General del Trabajo

Referencias

EVALUACIÓN DE LA PELIGROSIDAD SÍSMICA (EMPLAZAMIENTOS EN ROCA)

Introducción

1. Metodología

2. Aplicación en Navarra

Referencias

CARACTERIZACIÓN GEOTÉCNICA

Introducción

1. Datos y metodología

2. Clasificación geotécnica “efecto sitio”

Conclusiones

Referencias

Esta actualización se realizará a partir de la revisión del catálogo sísmico y homogeneizado a magnitud momento Mw. Tomando como base los catálogos del Instituto Geográfico Nacional (IGN) y de Le Réseau National de Surveillance Sismique (RéNaSS)

REVISIONES IMPORTANTES

Revisión de la las zonas sismogenéticas y de estructura potencialmente activas. Nuevo análisis de las fallas potencialmente activas de la Comunidad Foral y áreas limítrofes, atención especial a la Canal de Berdún, con tratamiento como unidades independientes en la revisión del cálculo de peligrosidad. Revisión de la evaluación de la peligrosidad sísmica en roca, para el periodo de retorno del RISNA de 475 años y que tendrá en cuenta las zonas sismogenéticas y las fallas potencialmente activas. Revisión del estudio geotécnico de respuesta dinámica de los materiales superficiales. Revisión de la evaluación de los factores de amplificación. Revisión de la evaluación de la peligrosidad sísmica final integrando los datos de amplificación debida al terreno y los de peligrosidad en roca para un periodo de retorno de 475 años. Nueva elaboración del mapa geotectónico de Navarra, diferenciando clases de suelos atendiendo a su comportamiento ante el movimiento sísmico y asignando factores de amplificación a las diferentes clases. También las aceleraciones pico y espectrales que representan los movimientos esperados en cada localidad, en un suelo genérico en roca.

Con el estado del arte actual en materia de riesgo sísmico y los nuevos datos a fecha 2020, se deberá proceder a la actualización del RISNA. Los documentos que hay que actualizar son:

EVALUACIÓN DE LA VULNERABILIDAD

Introducción

1. Metodología

2. Tipos constructivos más frecuentes en la Comunidad Foral de Navarra

3. Base de datos del parque inmobiliario de Navarra

4. Determinación del índice de vulnerabilidad

5. Matrices de transferencia

6. Resultados de la estimación de vulnerabilidad

EVALUACIÓN DEL RIESGO SÍSMICO

Introducción

1. Objetivos y planteamiento del estudio

2. Peligrosidad sísmica incluyendo el efecto local

3. Estimación del daño esperado para diferentes clases de vulnerabilidad

4. Representación del riesgo sísmico en términos de daños

5. Interpretación de Resultados

6. Conclusiones sobre riesgo

7. Conclusiones generales del proyecto RISNA

8. Recomendaciones finales

Referencias

Glosario de Términos

La actualización se realizará a partir de:

a. Revisión de la base de datos del parque inmobiliario de Navarra, incorporando los datos de catastro de 2020 del Servicio Riqueza Territorial y Tributos Patrimoniales.

b. Incorporar los datos del padrón

c. Incorporación del nuevo estado del arte para la estimación del daño para las diferentes tipologías.

d. Revisión de los datos de transferencia con los datos anteriores

e. Revisión de la evaluación del riesgo sísmico, incorporando el nuevo análisis de peligrosidad y la nueva evaluación de la vulnerabilidad.

f. Análisis de detalle de la Comarca de Pamplona


Construcción de un sistema de información geográfica con la información generada en las partes previas.

El sistema de información geográfica contendrá al menos:

a. Las bases de datos del catálogo sísmico actualizado y homogeneizado a Mw.

b. Las bases de datos de los parámetros de actividad de las fallas existentes en la Comunidad Foral (o fuera pero dentro de su ámbito de influencia).

c. Las bases de datos de las aceleraciones pico PGA y espectrales SA (T) para T comprendidos en el rango de 0.1 a 2 s, en condiciones de suelo duro o roca.

d. Las bases de datos del tipo de suelo para cada entidad poblacional.

e. Las bases de datos de las aceleraciones pico y espectrales que representan los movimientos esperados en cada entidad poblacional, incorporando el efecto local del suelo.

f. Las bases de datos de distribución de viviendas de vulnerabilidad A, B, C y D.

g. Las bases de datos del padrón. 

h. Las bases de datos/matriz de probabilidad del daño para cada tipología de vivienda y periodo de retorno de 475 años.


Las herramientas tanto para la edición de la información geográfica como las de análisis, consulta y visualización de datos geográficos, serán compatibles con las usadas en el Servicio de Protección Civil del Gobierno de Navarra, especialmente Geobide.

El soporte cartográfico y de ortofotos, será el contenido en el Sistema de Información Territorial de Navarra (SITNA) y las escalas de presentación mantendrán sus mismos parámetros. También se podrá incluir el mapa raster del IGN. La interfaz gráfica de usuarios será sencilla y facilitará el manejo de las diferentes herramientas. El GIS permitirá análisis y consultas a información de resultados ya configurados (como mínimo los recogidos en el actual RISNA).

GIS dinámico: Además, el sistema de información geográfica, incorporará los datos en tiempo real de los sismos que se produzcan que tengan afección en la Comunidad Foral de Navarra, que son presentados en la página web del IGN. Con dicha información y los datos de aceleraciones pico y espectrales que representan los movimientos esperados en cada entidad poblacional incorporando el efecto local del suelo, analizará la vulnerabilidad (tanto en viviendas como en personas) en la zona afectada y presentará los resultados gráficamente, para la anticipación y ayuda a la toma de decisiones en SOS Navarra.

PROCEDIMIENTOS DE ACTUACIÓN


Se analizará la vulnerabilidad de las construcciones en los últimos sismos (especialmente Lorca y Amatrice). Tras el análisis se redactarán criterios de inspección post sismo de las edificaciones no destruidas, para determinar su estado y tomar decisiones sobre su ocupación, evacuación o derribo. Dichos criterios se realizarán para cada tipología de edificación de las existentes en Navarra y se elaborarán fichas que recojan los criterios. Se analizarán las mejoras, si se han producido, en técnicas de desescombro y búsqueda en edificios colapsados tras las actuaciones en los últimos sismos. Tras el análisis se elaborará una guía de actuación y una relación de material y nueva tecnología de apoyo en estas situaciones.

EQUIPO TÉCNICO

Para el desarrollo de estos trabajos será necesario disponer del personal técnico y material adecuado para que se efectúen los trabajos de campo, laboratorio y gabinete descritos en un pliego, el cual deberá disponer de las siguientes especialidades:

a. Una persona o gabinete de personas encargadas del estudio histórico.

b. Especialista en sismología.

c. Especialista en peligrosidad sísmica.

d. Especialista en tectónica.

e. Especialista en GIS.

f. Una persona arquitecta o ingeniera especialista en estructuras.

That's all folks!
  
 
Figura 8. "El año de los terremotos" (así se denominó a 2013) supuso un aviso para la actualización del SISNA. Hubo voluntad por parte del Gobierno de Navarra de abarcar dicha necesidad y obligatoriedad tras ese episodio, además debió revisarse al menos en 2016. Publicado en la web de la UN y en papel en Diario de Noticias de Navarra (click sobre la imagen para ampliar).


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