domingo, 21 de mayo de 2023

PENSANDO LA CIUDAD DEL FUTURO: IRUÑA GERORA DE AUZOLAN


"Atera gaitezen behingoz publizitate-logikatik eta egin dezagun, benetan, auzolan-kontzeptuaz eslogan bat baino zerbait gehiago. Eskerrik asko".

"Salgamos de una vez de la lógica publicitaria y hagamos que el concepto de trabajo en comunidad sea algo más que un eslogan. Gracias".

 Teresa Maldonado, Premio Euskadi de Literatura 2022

Figura 1. Plazara, 26 de abril de 2023

Queridas y queridos lectores, como podemos ver por todas partes, hay una fuerte marejada en lo que concierne a temas medioambientales, cambio climático, adaptación al declive de recursos, etc. Se suceden los eventos por parte de los partidos políticos, asociaciones de carácter cultural, científico, incluso sindicatos y grupos vecinales y de agricultores y ganaderos que han sido afectados por la sequía, las riadas o simplemente vivimos en primera persona las cuatro olas de calor de la primavera y verano de 2022, algo que como a la mayoría, no nos dejó indiferentes.

1. Los encuentros desde Iruña Gerora

El pasado día 26 de abril tuvo lugar el primer encuentro organizado por Iruña Gerora en Pamplona, en el centro comunitario sociocultural Plazara (figura 1), en el que, gracias sobre todo a las personas que se empeñaron desde hace meses en integrar miradas y experiencias, entre todas y todos, buscamos encuentros para prepararnos, afrontar lo que ya tenemos encima y protegernos como comunidad.

Detrás de aquel evento hay meses de trabajo sosegado y sereno, muy apacible, como el espíritu de Iruña Gerora, buscando una nueva manera de interacción e integración con las esferas de la sociedad que raramente se escuchan, poco se comprenden e incluso a veces, se miran con recelo. Desde la idea de que somos comunidad y trabajamos en auzolan (palabra que en euskera se refiere al trabajo de la comunidad en favor de la misma), pudimos hacer que lo transversal se volviese horizontal. Me explico:

Nos dimos cita medio centenar de personas, políticas y políticos del Gobierno de Navarra, alguna consejera de Economía y Hacienda, concejales, parlamentarias, gente de los barrios de Pamplona, científicos de cátedras que estudian el proceso de transición y adaptación desde la ciencia y la tecnología, nuestro representante de AEMET, activistas de movimientos ambientalistas y climáticos, empresarios, coordinadores de asociaciones vecinales que llevan años desarrollando el apoyo mutuo o simplemente gentes curiosas o preocupadas que quisieron participar, personal técnico del ayuntamiento y de la administración, etc. Sí es verdad que se echó de menos a los medios de comunicación, habíamos invitado a unos ochenta medios, pero sólo vinieron o se hicieron eco tres: RNE, Pamplona Actual y NAIZ.
 
Pensando la ciudad del futuro Iruña Gerora de auzolan. RNE
 
En los documentos oficiales del Ayuntamiento de Pamplona consta que “El cambio climático es el problema más grave que enfrentamos, la transición energética es el mayor reto social y las amenazas más prioritarias son el aumento de temperaturas y la disminución de agua potable. Todas las actividades humanas van a ser afectadas, con daños y pérdidas que no podemos prever. Vamos a ser más vulnerables y necesitamos adaptarnos. Este diagnostico es compartido por todos los países que se comprometieron a trabajar los 17 objetivos del desarrollo sostenible, a cumplir en siete años”.

Disponemos de un plan estratégico municipal sobre la transición que apuesta por medidas que necesitan combustible fósil para su producción, instalación y mantenimiento: digitalización, aislamientos, movilidad eléctrica e instalaciones de producción energética renovable. Estos retos necesitan un análisis multidisciplinar y una movilización social integral, pero la administración lo reduce a un problema económico con soluciones empresariales decididas por partidos y empresas privadas.
 
2. La respuesta ciudadana

La respuesta fue sorprendente. Por designio del grupo (y creo que por la potencia de voz) me asignaron el papel de coordinador y facilitador general para presentar una jornada de una hora y pico y dar voz a los presentes. En un tono de buen humor y lejos de la seriedad y lo formal que suele gobernar este tipo de reuniones, explicamos que no íbamos a arreglar la ciudad ni los retos de la crisis ecosocial en apenas ese tiempo, pero sí íbamos a intentar comprender que, desde la profunda idea de comunidad, estamos todas en el mismo barco. Pero en todo caso, lo importante era el poso emocional que dejase el encuentro con vistas a seguir escuchándonos para tomar las mejores decisiones, pues como quisimos incidir, nos vamos a necesitar.

El formato fue el siguiente: una presentación general, cada persona se presentó y nos dijo a qué se dedicaba y los motivos que le habían impulsado a acudir al evento. Más tarde se hicieron varios grupos de entre seis y diez personas con representantes políticos, científicas, activistas, gente de los grupos vecinales y ciudadanos motivados y, como decía, se notó la ausencia del sector de la comunicación; o no le dieron importancia o simplemente sus líneas editoriales les “aconsejaron” no cubrir una cosa tan poco ortodoxa por no decir perrofláutica. ¡Mira que juntar a consejeras y ganaderos con activistas que se pegan a cuadros…!

En esos grupos se debatió durante una hora sobre temas relacionados con la ciudad que necesitamos en el nuevo contexto de caos climático, declive de recursos, desigualdades sociales cada vez más acentuadas, movilidad, vegetación, participación, exclusión, etc. Luego nos volvimos a juntar para cada uno contar su experiencia sin un orden establecido, pero sí que se hizo un resumen por cada uno de los grupos que conformará un dossier. Con la serenidad y sosiego que caracteriza a Iruña Gerora, se hará público.

3. Y aprendimos mucho...

Mi experiencia personal —especialmente hablando de mi grupo— fue muy positiva y realista, me ayudó a ver otras perspectivas, entonces, una vez dentro del grupo yo no era ya ni coordinador ni facilitador, sino uno de los tres científicos. Una de ellas, investigadora y activista, que debatió con dos aspirantes a concejalías, una técnica del ayuntamiento y una señora que vino a ver qué se podía aportar o en qué podía participar.

El encuentro fue muy armónico y a mí me quedó clara la voluntad por parte de todas las personas de resolver nuestros retos y expectativas por la vía de la integración, huyendo de las imposiciones de unas administraciones poseídas por un entramado empresarial que vampiriza cualquier necesidad, incluido el derecho humano al agua (el agua es un derecho humano desde que en 2010 la ONU así lo declaró) si ello puede beneficiar económicamente a ciertas élites del ecosistema político-empresarial que cada vez toma con más ahínco a la ciudadanía y las necesidades vitales humanas como recursos a explotar.

Una de las cosas que más me llamó la atención en el capítulo sobre la crisis climática fue la intervención de una señora que se definió como una ciudadana y tocó en mi grupo. Ella vino a expresar más o menos que el clima lo estaban cambiando para controlar a la población, hacerla sufrir y que pasara necesidad, para ello, ¡cómo no!, se usaban las fumigaciones, los chemtrails y una serie de sustancias perniciosas para la vegetación, etc. Sin mucho preámbulo le explicamos el estado actual del consenso científico sobre el calentamiento global antropogénico y la señora lo comprendió y se dio cuenta de que esas teorías conspiranoicas carecen de toda base científica. Sí le expliqué que se han hecho muchos intentos de cambiar el tiempo local, no hace falta irse a Israel o la China ardiente del verano de 2022.

En España mismo, para controlar el granizo o intentar hacer llover sobre determinados cultivos, los cañones de ioduro de plata desde tierra o aire han sido utilizados muchas veces, de manera legal, alegal o ilegal, unas veces con éxito y otras sin absolutamente ninguno o con efectos indeseados que resultaron en lo contrario de lo buscado: granizos más gordos o lluvia a kilómetros de donde se pretendía. En Valladolid en 1975 ya se hacían los primeros pinitos. Para más información sobre geoingeniería, sequía, inundaciones y tecnologías de obtención de agua del mar, recomiendo este programa en el que hablamos de ello con expertos y directivos del sector de la tecnología del agua.

Quiero resaltar este suceso no por la cuestión de la abundancia (mucha o poca) o por el ruido que hacen estas teorías. El representante de AEMET me corroboró que su institución está siendo la diana de un constante bombardeo en redes sociales, la mayoría por parte de bots o perfiles automáticos de corta duración, hechos a miles desde alguna inteligencia artificial. El motivo es desconocido, pero sí que parece buscar un cierto grado de caos y descalificación de la ciencia en general y climática en particular o de científicos concretos que no responden a según qué intereses, seguramente porque se quieren monopolizar “las soluciones” como una fuente de beneficios para el ya mencionado ecosistema político-empresarial que estaría detrás. Quiero insistir: creo que en lo iniciado por Iruña Gerora está el germen de una constelación de soluciones que abarca aspectos políticos, científicos, vecinales o de integración con movimientos sociales.

4. No hay una solución exclusivamente tecnológica

Un empresario navarro ganadero, en uno de los grupos, afirma ante políticos y activistas que está muy preocupado a nivel empresarial y personal. Define el consumo como irracional (agua, hábitos, industrialización, sequía). Denuncia que las normas las firman los políticos. "La gente no nos compra lo que quiere, nuestro queso lleva más plástico que queso. Tomamos la alimentación como producto empresarial y no como un derecho humano. Tengo esperanza por un nuevo liderazgo social y otra sensibilidad política".

En el mismo grupo un físico e investigador en bioingeniería de la UPNA cuestiona el coche eléctrico desde las leyes físicas: "es un mecanismo muy pesado que gasta la mayoría de la energía usada en moverse a sí mismo". Considera que la gente no conoce la realidad del coche eléctrico: "la electricidad es escalable, para ciudad en usos individuales, pueden usarse patines eléctricos; un motor de combustión necesita una escala de vehículo más grande". El comentario resulta muy significativo para el empresario ganadero porque asegura que nunca había recibido información tan directa de una fuente que considerara legítima, más allá de los medios. Hay muchos más ejemplos que dan muchas pistas del valor de la comunicación horizontal que serán publicados por Iruña Gerora.


En efecto, ante todos estos retos no existe en absoluto "una solución tecnológica” basada en la imposición de una transición energética de carácter renovable eléctrico industrial (REI) que genera innumerables iatrogenias a las comunidades. Desde la relación circular con el medio que garantiza nuestra existencia hasta la gestión del agua en grandes comunidades, como pueda ser el área metropolitana de Pamplona (365.000 habitantes), pasando por la recuperación de algo tan valioso como poder cultivar en un suelo vivo, las decisiones más acertadas, así como las posibles reparaciones, tienen un marcado carácter multidisciplinar y eminentemente popular.

En los últimos tiempos hemos visto cómo proliferan las alertas sobre el impacto del cambio climático, por ejemplo. Series enteras como la de Angels Barceló en ETB2, debates y noticias constantes en los medios sobre su amenaza, y que si profundizamos lo más mínimo vemos que realmente se quedan muy cortas, llenan páginas y horas de programación. Así, el cambio climático sería el único culpable de nuestras penurias y nada tendría que ver con la nefasta gestión del agua, el abuso de beneficios de las grandes empresas energéticas o los pelotazos de la nueva burbuja renovable, o la especulación y los decretazos (como la Ley Tapia, por ejemplo) que presentan la REI como la única transición posible.

La guinda del sospechoso pastel mágico de la salvación suele ser la denominada participación público-privada, o sin eufemismos, la participación salvadora de las empresas que reciben nuestras jugosas subvenciones para imponer el modelo de transición centralizado de carácter renovable eléctrico industrial (REI). En la mayoría de los casos son las que, sobre todo, siguen explotando hidrocarburos como han hecho mientras el negocio fue rentable (figura 2). El greenwashing o pintura verde y su preocupación repentina por el medio ambiente surge simultáneamente a la aprobación de los llamados fondos de transformación, recuperación y resiliencia y Next Generation EU.

Figura 2. "Las renovables han avisado al Gobierno de que, si no se toman medidas, España puede entrar en una espiral de sobreproducción de energía verde e insta a la ministra a incentivar la demanda eléctrica para prevenir un escenario de exceso de generación que el sistema no pueda digerir". El Mundo 19/05/2023.

El criterio principal de las denominadas iniciativas de recuperación y resiliencia o Next Generation EU es asignar más recursos económicos para que los mismos mecanismos, decisiones políticas e inercias económicas solucionen la crisis que crearon. De esta manera, la crisis global que comienza con la energía y sigue con los recursos geológicos básicos necesarios para una transición verde, tendría una única solución: la financiera-empresarial.
 
Así que construir más infraestructuras que no podrán utilizarse y dirigiendo fondos a planes muy sectoriales, protagonizados por redes administrativas que, además toman a la ciudadanía como objeto de esas políticas y no como los sujetos activos de ellas, está hundiendo a comunidades enteras, creando zonas de sacrificio en los territorios que se vacían (figura 2). Es oportuno y necesario apuntar que desde 2008 el consumo eléctrico sigue bajando en España y en Europa.

No es de extrañar que un sector de la ciudadanía deje escapar su malestar contra la ciencia que, se dice, apuntala esa dinámica destructiva. Sin embargo, bastante menos se ocupa el tiempo en los medios con otros problemas enormes que desde Iruña Gerora se ha querido poner encima de la mesa y que vamos a tener que afrontar más temprano que tarde.
 
Por ejemplo, además del caos climático vivimos una enorme pérdida de biodiversidad, también la muerte de los suelos, la descentralización del sector energético que vive ya una contracción importante con la caída global de las tasas de retorno energético (TRE) de los combustibles fósiles y la generalizada subida de precios de las materias primas minerales o recursos básicos que acompaña a un sector primario industrializado. Y es que éste ya solo se sostiene sobre fertilizantes, pesticidas, grandes obras de infraestructura y la mecanización de la producción de alimentos, pero es que parte de todo ello va siendo cada vez más costoso de mantener y si algo sabemos con certeza es que ya no hay vuelta atrás.

Así que un sector emergente y creciente de la ciudadanía está cayendo en el escepticismo, la desafección política, la sospecha del papel de una ciencia al servicio de la desposesión y la destrucción de los ecosistemas que garantizan nuestras vidas al ritmo que zonas fuertemente industrializadas presentan ya diferentes grados de insostenibilidad, económica, social, de referencias culturales, de convivencia y crecientes desigualdades.

5. La protección de la comunidad es una cuestión de confianza

De esta manera se pone en tela de juicio cualquier posibilidad de una transición justa y frugal pilotada sobre una supuesta nueva ola extractiva (minerales, suelos, recursos madereros, alimentos) calificada de sostenible pero basada en la quema de gasoil. Al mismo tiempo que se piensa en una dirección, se avanza en la contraria.

La UE sigue poniendo el punto de mira en los medios de vida, las economías y las culturas locales, adquiriendo mayor relevancia impulsadas desde dictámenes como el SC/048 o los 17 objetivos para el desarrollo sostenible (Agenda 2030) de la ONU. Se sigue buscando la soberanía de los territorios con sus comunidades como base desde la que partir para construir un futuro de convivencia, de menor derroche de materiales geológicos, no autoritario y en un innegociable contexto de descentralización, descomplejización y decrecimiento.

Pero los mecanismos y dinámicas de antaño, desafortunadamente, siguen impregnando las mentes de quienes crecieron y se formaron en un mundo en contante expansión que ahora se desglobaliza y contrae, da igual si su sensibilidad política es conservadora o progresista. La necesaria revolución que se dejó asomar en Plazara es fundamentalmente interior, comienza en nuestras vísceras y se expande desde nuestros corazones.

Por ello sugerimos en la reunión del 26 de abril que todos se dieran las manos, se mirasen a los ojos y dijeran: ¡somos comunidad! Y lo hicieron, consejeras, catedráticos, activistas, coordinadores vecinales, concejales, investigadoras… Todas comprendieron que la dimensión ritual ha formado y forma parte de la expresión y comunicación del ser humano, del encuentro y la aceptación, especialmente cuando consolida lazos afectivos y emocionales para fortalecer la protección. Una corriente que en cualquier cultura ha dado fuerza y ha impulsado el auzolan allá donde fuera necesario.

En efecto, la protección, es una actividad intuitiva y permanente, tanto individual como colectiva, pero sólo es eficaz si está basada en unos conocimientos que crean hábitos de protección sistemáticos y emocionales. La práctica de la autoprotección por los componentes de un grupo social, además de favorecer a cada uno de ellos, genera la seguridad del colectivo: de aquí su importancia y necesidad de proyección a la comunidad a través de programas educativos serios y creíbles. Todos necesitamos la protección de la comunidad, incluso los más ricos. El año 2020 debería haber dejado algunas buenas lecciones.

6. La pedagogía horizontal es más efectiva que la vertical

Un ejemplo sorprendente de lo que está sucediendo con la falta de pedagogía de las instituciones y medios de comunicación se dio en Pamplona el pasado martes 16 de mayo de 2023 en una jornada debate sobre el cambio climático que relata Reyes Ilintxeta, quien actuó como moderadora en una puesta en escena clásica con la típica mesa de “expertos y dirigentes” frente a un público pasivo que acude a escucharlos y al final puede preguntar.

Tengo que subrayar que ese formato de encuentro fue el primero descartado por Iruña Gerora para la jornada del 26 de abril y las que sucedan, porque para resolver retos globales que afectan a una comunidad que, aunque no lo sepa, busca protección en sí misma, no es el más idóneo. Sí lo será en otros ámbitos divulgativos, pero con los temas que nos afectan, entre los que hay que dejar espacio para la salud afectiva, emocional y espiritual de la comunidad, es normal que salten las chispas. Y saltaron… Relata Reyes que:

“…Gritaban que todo esto era una dictadura, que no les queríamos dejar hablar, que no había habido un debate, sólo monólogos en una única dirección, que en esa mesa no había ciencia, que lo único que queríamos era meterles miedo… y que ellos querían seguir usando sus coches…”. Reyes Ilintxeta. Negacionistas, Diario de Noticias de Navarra 18/05/2023

¿A quién se refería? Ella les llamó negacionistas y de casi nada sirvió que los miembros de Alianza por el Clima Nafarroa o Ekologistak Martxan aportaran montones de datos y reflexiones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático y de muchas otras entidades y autoridades en el tema. La autora denuncia en su artículo que los negacionistas le aseguraban que tras la pandemia “ahora empieza otra que es el cambio climático, es como tener a la gente con miedo siempre y que la gente no investiga fuera de lo oficial, y se cree lo que le cuentan. Nosotros vemos otra realidad.” A lo que califica y rubrica en el artículo como “Nivelazo”.

Efectivamente, nivelazo, pero algo tendremos que hacer para frenar la expansión de tanto nivelazo. A lo mejor comenzar con la autocrítica y la pasividad ante los atropellos de las grandes empresas —que se presentan como salvadoras gracias a las subvenciones— es un paso. Y quién sabe si la manera de comunicar y escuchar adecuda y protectora sea otra. Una cosa me quedó clara: en ambas experiencias, tanto al del día 26 de abril como la del 16 de mayo, había negacionistas y nivelazo, pero quizás la distancia que sigue imponiendo la jerarquía en una sociedad que se desjerarquiza a ritmo de caída de las tasas de retorno energético (TRE), comience a ser algo de un pasado basado en la autoridad. El sistema que nos sustenta ya está bajo estrés.

7. La revolución comienza en las vísceras

El crecimiento en el uso de energía per cápita, que había ido aumentando continuamente desde que comenzamos a utilizar los combustibles fósiles, comenzó a disminuir hace unos 30 años y el ritmo acelerado en el que se ha ralentizado sugiere que no habrá crecimiento en absoluto, por ejemplo, en la disponibilidad de alimentos.

El apremiante problema de la soberanía alimentaria y de la insostenibilidad de las complejas estructuras sociales e infraestructuras creadas por la sociedad moderna del siglo XX y XXI es mucho más grave y tiene un alcance mucho más profundo de lo que la mayoría de la población se pueda imaginar; hasta el punto que no sería desmesurado afirmar que el abandono o el colapso de ciertas conquistas sociales e infraestucturas serán de los mayores desafíos que tendremos que asumir y enfrentar en los próximos años. Por ello es apremiante y vital reaccionar cuanto antes. Y reaccionar supone trabajar en comunidad, en auzolan. Dice la sabiduría popular vasca: Auzolana, lurraren geroa (el auzolan, el futuro de la Tierra).

La presente revolución interna es, por su volumen y complejidad, sobre todo urbana y suscita cambios profundos en las formas de pensar, construir y gestionar nuestras ciudades. La evolución hacia nuevas necesidades que antes no lo eran porque estaban cubiertas, a nuevas formas de sentir y actuar, de los vínculos sociales, el desarrollo de nuevas ciencias y tecnologías ya presentes y el cambio de naturaleza y escala de los desafíos colectivos dejan fuera las maneras urbanas y de relaciones comunitarias que necesitaban formas de gobierno firmes, decididas y que dispusieran de poderes fuertes, para ser capaces de mantener el orden. Ya no es necesario reforzar fronteras entre un mundo rural y otro urbano, realmente ellas solas se van difuminando (quien quera ver cómo se puede remar a favor de corriente en este aspecto que le eche una ojeada al Proyecto Life de la UE como Lugo Biodinámico, por ejemplo).

Aquella autoridad se apoyaba en la intermediación social de un estilo de familia tradicional, de la escuela, la iglesia, el comercio, era un tipo de gobierno protegido y centralizado que hoy vemos cómo también se va desvaneciendo a pesar de la férrea resistencia de ciertos sectores poderosos de la sociedad. Ni siquiera hoy estas formas están siendo capaces de dar una respuesta contundente y satisfactoria a una desgracia natural como una inundación o una sequía. Con la pérdida de la capacidad de integración, esas maneras crecieron sin un modelo interactivo Sociedad-Naturaleza que enfatizara en el hecho de que ambas no pueden acabar destruyéndose mutuamente. "Auzolana altruismoarekin lotuko nuke nik; baina, batez ere, bizipozarekin (yo relacionaría el auzolan con el altruismo, pero sobre todo con la alegría de vivir)" Igor Elortza.

La Naturaleza, que tanto nos da y nos quita, es ya una cuestión social porque la hemos hecho social, cuando decimos “patrimonio natural” o “infraestructura verde” expresamos una actitud profundamente moderna, aunque también de apropiación de una dinámica que apenas comprendemos, pero menos aún podemos controlar proyectando todavía una mentalidad de dominio. Nunca mejor que antes se puede percibir: cada vez más jugamos con fuego, fuego como elemento arquetípico: físico, anímico, intelectual y espiritual. A su vez, una gran fuente de energía, como el amor (figura 3).

Figura 3. "El amor es una fuente de energía"
Simone Weil (1909-1943)

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