lunes, 13 de junio de 2022

NAVARRA DE ESPALDAS A LA GEOLOGÍA. ASPECTOS HISTÓRICOS DE UNA DIFÍCIL RELACIÓN

 

Queridas lectoras y lectores, hay varias causas históricas para explicar la imagen anterior. Representa los “Lugares de Interés Geológico” (LIG) del Estado y en él se aprecia un llamativo “agujero blanco”: Navarra.
 
¿Por qué en Navarra no existen? A pesar de la riqueza geológica que nos rodea y de haber sido pionera en 1996 de una ley sobre espacios naturales que ya hablaba de patrimonio científico y geológico, tan solo la Cueva de Amutxate al norte de Huarte con el yacimiento de vertebrados del Plio-Pleistoceno (Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad del Estado) y el Balcón de Pilatos de las Bardenas Reales con las fallas normales miocenas en el área de Fustiñana desde 1991, son lugares que se han catalogado, pero no por ninguna institución foral, sino por el IGME.

Orígenes del abandono y la dejadez

La falta de interés por los valores geológicos del territorio navarro no son nada nuevo. Éste se puede seguir desde la desaparición de valiosísimos fósiles o minerales que ahora están en colecciones privadas o en instituciones de fuera de la Comunidad Foral, hasta el desprecio a los datos irrefutables si entorpecen según qué intereses políticos.
 
Hemos visto también unas curiosas causas, desde las supersticiones religiosas (por ejemplo, los terremotos se percibieron durante siglos como vergonzosos castigos divinos que había que ocultar por lo que se tacharon o borraron de los archivos diocesanos, especialmente ante los ojos de los reinos vecinos) hasta ciertos intereses económicos inconfesables.
 
Hace siglos que Navarra vive de espaldas (cuando no en conflicto directo) a las ciencias de la Tierra y el valor de prosperidad que aportan a la comunidad, solo por el hecho de que su arrinconamiento puede satisfacer intereses particulares o evitar poner en duda ciertos prejuicios políticos e incluso religiosos.

Éstos se desvelan desde el estudio profundo de la la geohistoria. También se percibe cómo se han esculpido aspectos muy concretos de sus sociedades históricas, los recursos que cimentaron cada organización social o cómo más recientemente los intereses cortoplacistas de ciertas élites empresariales o políticas se volvieron negacionistas de la dinámica geológica si ésta se percibía como un obstáculo para el lucro inmediato de grupos, familias o particulares influyentes, y se ha hecho aún a costa de la seguridad física y vital de comarcas enteras.

Ejemplos históricos

Interminables e impagables, destacan las obras del recrecimiento de Yesa, lleva ya más de 21 años de sobresaltos, cuadruplicando su presupuesto y se prevé que supere el año 2027 por serios problemas geotécnicos. Éstos, que fueron previstos por geólogos independientes a los que se tachó de alarmistas, son solo uno de los amargos ejemplos que se han vivido o aún se viven en la comunidad. Algunos técnicos y científicos fueron apartados del debate e incluso represaliados, mientras oficialmente dichos movimientos y problemas irresolubles se ocultaban a la opinión pública a la par que eran calificados como imposibles.

Recientemente el caso de las inundaciones de 2013, 2015, 2019 o 2021, catalogadas como muy improbables, con periodos de retorno de 100 y hasta más de 500 años, se están viviendo, como adelantaron varios científicos de la tierra, del orden de una vez cada cinco años e incluso varias veces al año.
 
Sin embargo, las medidas propuestas, por ejemplo desde el Ayuntamiento de Pamplona, no son capaces de apartarse de una lamentable actitud de "lucha contra las inundaciones", como si vivir en guerra continua contra la dinámica geológica del medio que garantiza nuestra existencia fuera la única opción de desarrollo y prosperidad posible; un camino por cierto, muerto ya desde, al menos 2008. Y todo gracias a un lucro rápido casi tan reciente como el despliegue histórico de nuevas tecnologías: el hormigón armado o la languideciente maquinaria de obra civil con motores de combustión interna de hidrocarburos. Esos tiempos nunca volverán (ver este artículo como esbozo del origen y desarrollo geohistórico de dichas tecnologías, este otro para comprender el presente y el futuro de las mismas y este otro para profundiar en las razones de por qué esos tiempos no volverán).
 
El impacto cada vez más agudo del cambio climático, con el declive de recursos minerales y energéticos, las burbujas del hormigón y el ladrillo, ahora la de los macropolígonos eólicos o fotovoltaicos, cierta minería especulativa, etc., han tenido que enfrentarse desde intereses muy particulares, a comunidades responsables que ven socavados sus medios de vida y perciben, una vez más, cómo se sigue erosionando el territorio natural, sus dádivas y la economía de la ciudadanía navarra para seguir favoreciendo, a costa de esquilmar el medio natural, únicamente otra economía especulativa que no deja ningún beneficio en el territorio, deja destrucción.
 
Pero aún es más traumático el legado que heredarán nuestras hijas y nietas. No solo material, también cultural. El hecho borrar los peligros reales del pasado, bien por prejuicios políticos, religiosos, bien por intereses lucrativos, hace invisibles (como otro agujero blanco) los riesgos geológicos que fueron histórica o económicamente sepultados por eufemismos. Las nuevas generaciones de políticos y dirigentes navarros viven bastante menos cultivados en la noción de riesgo o amenaza que sus predecesores.
 
El sobredesarrollo tecnológico, especialmente de las dos últimas décadas, pareció normalidad, lo que llevó al nuevo “homo tecnologicus” a dejar prácticamentede ser sensible a los peligros. En este tiempo, el concepto de riesgo pasó de ser algo sencillo y concreto a difuso y complejo, incluso manipulable. El atrevimiento se lanzó así hasta el infinito de tal manera que avanzar en proyectos y tecnologías suicidas, que no sólo destruyen el medio que nos sustenta, sino que dejan un regalo envenenado a las generaciones futuras, se instaló como algo normal, cínicamente justificable, pues había ciertos beneficios a corto plazo para una minoría privilegiada.

Divulgar desde la necesidad

Es así como en este programa que se enlaza al final de La Mecánica del Caracol de Radio Euskadi, quisimos poner de relieve esta realidad científica y social que lastra el progreso de Navarra en, precisamente ahora, uno de los sectores que más deberían cuidarse y fortalecerse para progresar hacia los retos de un siglo XXI enmarcado en un caos climático sin precedentes históricos ni prácticamente prehistóricos, un declive de recursos innegociable, una transición energética de marcado carácter especulativo que, probablemente no tenga ningún recorrido de carácter social y una apuesta por poner en valor el Patrimonio Geológico de una de las zonas más ricas, aunque como hemos visto, la más desasistida del Estado.

Para ello, Eva Caballero invitó al debate a Jokin del Valle que ha publicado innumerables artículos sobre la geología de Navarra, especialmente de edafología, tanto en instituciones científicas como culturales o desde varios departamentos del Gobierno de Navarra para el que trabajó durante décadas. A Humberto Astibia, un pamplonés que lidera la cátedra de Paleontología de la Universidad del País Vasco y ha descrito en incontables ocasiones el tesoro paleontológico del Terciario navarro, ciertos mamíferos previos al Cuaternario de incalculable valor para comprender nuestro devenir, además de los valores económicos, paisajísticos y del Patrimonio Natural navarro amenazados por los megaproyectos especulativos eólicos y fotovoltaicos. Y a servidor, que lleva años dando la matraca para conseguir bien poco.
 
Disfrutadlo.
 
NAVARRA DE ESPALDAS A LA GEOLOGÍA.
ASPECTOS HISTÓRICOS DE UNA DIFÍCIL RELACIÓN

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