La mayoría de los geólogos investigadores españoles permanecen anclados intelectualmente a los paradigmas que aún les deslumbran y fascinan desde el siglo XIX. A pesar de la velocidad que imprimen la industria y la técnica, o los nuevos retos medioambientales del siglo XXI, la falta de ética de las empresas energéticas (lo cual no es ningún secreto) se nutre de semejante complicidad. A pesar también de que ellos casi ni lo sepan o no quieran profundizar, la mayoría siguen viviendo felices en sus cátedras y despachos expulsados cada vez más de los nuevos espacios de participación democrática; a lo sumo editan y publican fríos artículos en revistas cuyo prestigio tiene mucho que ver con precisamente sus mecenas: esos lobbies. Mientras tanto, los productos cancerígenos se esparcen por tierra, mar y aire.
Finalmente el impacto social o ambiental de sus estudios, o la vertiente en cuanto a mejora de nuestro medio, son anecdóticos. Como mucho sirven para adornar estanterías de estudios y gabinetes medioambientales o urbanísticos, incluso figurar en departamentos de universidades con mucha dignidad, pero la poca o nula incidencia de esos estudios en los planes urbanos, de salud urbana o de distribución territorial de las comunidades, ni siquiera les hace reflexionar sobre su papel en el mundo. Así es como los geólogos (entre otras cosas) nos hemos ido ganando poco a poco una más que merecida fama de adorno científico de la sociedad. Y mientras tanto, los cancerígenos siguen su viaje por el orbe, desde el cielo con el ciclo del agua, hasta el centro de la Tierra con inyecciones de fractura hidráulica (fracking).
En la siguiente imagen podemos ver una serie de aseveraciones vertidas por Nature Geoscience que muestra la fotografía actual del estado de la sismología "moderna". Una serie de frases clave que resumen los cuatro artículos publicados en Nature Geosciences por los "científicos" americanos que fueron a evaluar el terremoto de Haití, ponen así en su sitio la "legendaria" sabiduría de los sismólogos con frases tan elocuentes como: "la falta de una superficie de ruptura es un misterio"; todas las premisas de partida (justo después del sismo) eran falsas; lo único que pueden recomendar los sesudos sismólogos es que "se reconstruya Port-Au-Prince lo mejor posible con los medios económicos disponibles". Todo un decálogo de efectividad científica para deleitar a una sociedad ávida de eficiencia o un resumen más que aprovechable para "Cuarto Milenio".
En la siguiente imagen podemos ver una serie de aseveraciones vertidas por Nature Geoscience que muestra la fotografía actual del estado de la sismología "moderna". Una serie de frases clave que resumen los cuatro artículos publicados en Nature Geosciences por los "científicos" americanos que fueron a evaluar el terremoto de Haití, ponen así en su sitio la "legendaria" sabiduría de los sismólogos con frases tan elocuentes como: "la falta de una superficie de ruptura es un misterio"; todas las premisas de partida (justo después del sismo) eran falsas; lo único que pueden recomendar los sesudos sismólogos es que "se reconstruya Port-Au-Prince lo mejor posible con los medios económicos disponibles". Todo un decálogo de efectividad científica para deleitar a una sociedad ávida de eficiencia o un resumen más que aprovechable para "Cuarto Milenio".
CONCLUSIONES "CIENTÍFICAS" SOBRE EL TERREMOTO DE HAITI EN NATURE GEOSCIENCES |
Los geólogos formamos parte de una profesión que raramente y sólo en las películas americanas de catástrofes, adoptamos un papel de compromiso social, algo de lo cual, por cierto, se podría prescindir; el papel que le interesa a los lobbies transnacionales que atentan contra el medio es el del geólogo amansado, el que milita en las filas de los asombrados aún por el siglo XIX, que afirmen que casi todo ya estaría dicho en geología, los que creen que el científico no debe involucrarse en la vida social, tan sólo dar cifras, alejándose de esos espacios cada vez más acotados de participación democrática.
Al final los criterios de compromiso social no cambian mucho dependiendo de los intereses, la pobreza o la riqueza, la cultura va siendo cada vez más un enemigo de los intereses de algunas multinacionales; la proyección decimonónica de la revolución industrial hacia el futuro aún tiene mucho peso en Europa, especialmente en España, la palabra "sostenible", uno de los mejores y necesarios conceptos de la cultura del siglo XXI, no se comprende en círculos geológicos, se esparce de manera mucho más lenta que los cancerígenos. El modelo esquilmador de la cultura occidental debe imponerse por encima de todo, incluso en sus formas más mediocres; así quedó manifiesto y está quedando en el trato científico y social que se le da por ejemplo a los habitantes de Haití, no sólo las conclusiones científicas son patéticas (ver arriba las de Nature Geoscience sobre Haití), las sociales no lo son menos (ver abajo). ¿Qué se puede esperar por lo tanto del mutismo que envuelve a la técnica del fracking?
¿Es ése el papel que queremos para nuestros científicos?; ¿no nos hace pensar el hecho de que hemos formado a grandes científicos que ya se han ido a servir a otros países, porque la España actual, al menos a los que piensan, no los puede encajar? La primera organización humana que ostentó el título de "Universidad" en el mundo fue la de Salamanca, desde allí se han venido enseñando las ciencias de la Tierra desde hace siglos. Otra vez Europa y en especial España miran al futuro desde posiciones demasiado catetas sin saber siquiera mirar hacia atrás y recuperar la trayectoria que abandonó en favor de la mediocridad. A la cultura se la expulsa de los medios, los espectáculos, el ocio de masas, como en la Roma más decadente, proporcionan el resto de la anestesia.
Al final los criterios de compromiso social no cambian mucho dependiendo de los intereses, la pobreza o la riqueza, la cultura va siendo cada vez más un enemigo de los intereses de algunas multinacionales; la proyección decimonónica de la revolución industrial hacia el futuro aún tiene mucho peso en Europa, especialmente en España, la palabra "sostenible", uno de los mejores y necesarios conceptos de la cultura del siglo XXI, no se comprende en círculos geológicos, se esparce de manera mucho más lenta que los cancerígenos. El modelo esquilmador de la cultura occidental debe imponerse por encima de todo, incluso en sus formas más mediocres; así quedó manifiesto y está quedando en el trato científico y social que se le da por ejemplo a los habitantes de Haití, no sólo las conclusiones científicas son patéticas (ver arriba las de Nature Geoscience sobre Haití), las sociales no lo son menos (ver abajo). ¿Qué se puede esperar por lo tanto del mutismo que envuelve a la técnica del fracking?
¿Es ése el papel que queremos para nuestros científicos?; ¿no nos hace pensar el hecho de que hemos formado a grandes científicos que ya se han ido a servir a otros países, porque la España actual, al menos a los que piensan, no los puede encajar? La primera organización humana que ostentó el título de "Universidad" en el mundo fue la de Salamanca, desde allí se han venido enseñando las ciencias de la Tierra desde hace siglos. Otra vez Europa y en especial España miran al futuro desde posiciones demasiado catetas sin saber siquiera mirar hacia atrás y recuperar la trayectoria que abandonó en favor de la mediocridad. A la cultura se la expulsa de los medios, los espectáculos, el ocio de masas, como en la Roma más decadente, proporcionan el resto de la anestesia.
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Tras la sorprendente decisión del Parlamento Europeo de no poner nuevos controles a las catastróficas técnicas del fracking en terreno europeo, y tras la publicación en varios diarios de mi artículo Fracking: Polución sismicidad y otras desgracias, pedí información a expertos en sismicidad inducida y que de forma imparcial me sacasen de mi error si lo estaba o me dieran un poco de luz sobre la sismicidad de origen antrópico (humano), el fracking, sus consecuencias y otras cuestiones que sí deberían preocupar no sólo a los geólogos, sino a una sociedad anestesiada que no se siente arropada por científicos comprometidos, una sociedad que puede morir envenenada o estar eternamente sometida a riesgos artificiales innecesarios para lucrar bolsillos ajenos; y siempre de la mano de la complicidad de los políticos más payasos y analfabetos jamás vistos por Europa.
La imagen de aquella noticia de REUTERS, en la que por primera vez un grupo de geólogos comprometidos de una gran multinacional (Cuadrilla Resources) admitía sin cuestionarlo, su responsabilidad en le generación de una serie de terremotos en Blackpool, Inglaterra (zona de baja sismicidad) por la técnica del fracking, y luego también en EE.UU., me hizo pensar en qué sería de las que están en marcha en España en zonas de reconocida actividad sísmica, como en el Mar de Alborán o el Mediterráneo, algo de lo que ya se ha hablado en los medios ingleses (muchos viven en esas zonas) pero no en los españoles.
La imagen de aquella noticia de REUTERS, en la que por primera vez un grupo de geólogos comprometidos de una gran multinacional (Cuadrilla Resources) admitía sin cuestionarlo, su responsabilidad en le generación de una serie de terremotos en Blackpool, Inglaterra (zona de baja sismicidad) por la técnica del fracking, y luego también en EE.UU., me hizo pensar en qué sería de las que están en marcha en España en zonas de reconocida actividad sísmica, como en el Mar de Alborán o el Mediterráneo, algo de lo que ya se ha hablado en los medios ingleses (muchos viven en esas zonas) pero no en los españoles.
Si había una persona en España que pudiera darme luz al respecto sobre la capacidad de la técnica del fracking o fracturación hidráulica de provocar sismicidad, era sin duda Miguel Doblas, pionero de la hidrosismicidad y cuyos trabajos yo ya conocía desde que algunos de sus artículos salieron en la prensa y en varios medios.
Hace poco más de un mes sus datos sobre la sismicidad inducida en Lorca por extracción de agua salieron a la luz sin contar con él. Y ahora vuelven a hacerlo, Miguel además es un geólogo de los considerados excéntricos, uno de esos investigadores locos extravagantes para muchos; desde antes de su doctorado en Harvard ya apuntaba maneras, hay avisos biográficos del revolucionario vilipendiado, finalmente copiado, plagiado y ninguneado en unas cuantas ocasiones (no sólo la hidrosismicidad de Lorca es idea suya, el colapso extensional del Macizo Ibérico tardi-hercínico también, como lo es el del conjunto Béticas-Alborán-Rif en el Cenozoico, publicado en la revista Geology en 1989; hoy todo el mundo lo aplaude y adopta como dogma, pero antes, los mismos que lo presentaron como propio, le tacharon de ser tan extravagante como su predecesor Brian Wernicke), y es que su sencillez, su horizonte siglo XXI, su compromiso social y la poca importancia que le da a su descabellada imaginación, es la que precisamente ha nutrido el fugaz prestigio de varias sanguijuelas que se dicen sus compañeros, del CSIC, de varias universidades y de otras instituciones.
Hace poco más de un mes sus datos sobre la sismicidad inducida en Lorca por extracción de agua salieron a la luz sin contar con él. Y ahora vuelven a hacerlo, Miguel además es un geólogo de los considerados excéntricos, uno de esos investigadores locos extravagantes para muchos; desde antes de su doctorado en Harvard ya apuntaba maneras, hay avisos biográficos del revolucionario vilipendiado, finalmente copiado, plagiado y ninguneado en unas cuantas ocasiones (no sólo la hidrosismicidad de Lorca es idea suya, el colapso extensional del Macizo Ibérico tardi-hercínico también, como lo es el del conjunto Béticas-Alborán-Rif en el Cenozoico, publicado en la revista Geology en 1989; hoy todo el mundo lo aplaude y adopta como dogma, pero antes, los mismos que lo presentaron como propio, le tacharon de ser tan extravagante como su predecesor Brian Wernicke), y es que su sencillez, su horizonte siglo XXI, su compromiso social y la poca importancia que le da a su descabellada imaginación, es la que precisamente ha nutrido el fugaz prestigio de varias sanguijuelas que se dicen sus compañeros, del CSIC, de varias universidades y de otras instituciones.
Es gracioso pensar que en España los científicos y los médicos son las profesiones mejor valoradas según los ciudadanos; los curas y políticos las peores. Pero no es oro todo lo que reluce, ni los científicos somos tan majos ni los curas y políticos tan malos. Conocer desde dentro algunas instituciones científicas de prestigio cambiaría muchos de esos calificativos en favor de curas y políticos, sin duda.
No obstante, lo que aún es sorprendente de nuestros políticos es la capacidad de caer ante los pies de los intereses de las multinacionales una y otra vez, incluso a costa de nuestra salud y seguridad. El Europarlamento recibió con entusiasmo los informes de parte de las energéticas: limpieza, promesas de autosuficiencia energética, un siglo XXI próspero..., ningún peligro a la vista. Los geólogos comprometidos con el medio que nos sustenta llegamos tarde, siempre tarde, o la representación que se escoge para subrayar los "contras" siempre es la menos brillante, la peor posible, de esa manera parece que estamos en contra del progreso, el de los "pros"; somos los yayoflautas de la técnica, así nos presentan las omnipotentes compañías energéticas, somos David contra Goliat.
Ni aún siendo ya demasiado reiterativas esas imágenes que cada vez más repiten el estereotipo del geólogo escapado de la película americana que avisa de una catástrofe y nadie le hace caso, la sociedad parece reaccionar, todo un calvario de zancadillas y despropósitos son pocos para que al final la chica, él, y toda la sociedad se salve gracias a su tenacidad y empeño. Las vendidas autoridades bajan siempre la cabeza cuando al final de la película le ven pasar, él, sucio y sudoroso es ya un héroe, perdona con la mirada..., entonces se le reconocen sus advertencias y a los malos se les arrebatan sus riquezas y tesoros materiales... La honestidad vence al lucro. Demasiado bonito, la realidad es bien distinta, un puñado de euros hoy tienen más poder que hace un par de décadas.
Antonio Aretxabala
Pamplona, 28 de noviembre de 2012
FRACTURACIÓN HIDRÁULICA Y SISMICIDAD INDUCIDA. POR MIGUEL DOBLAS
Uno de los principales peligros asociados al fracking está relacionado con la sismicidad inducida que puede derivarse del mismo. Este tipo de sismicidad producida por la actividad humana (antrópica), forma un vasto campo de estudios bien documentado desde hace décadas en ciencias geológicas y que se toma muy en serio en países como Estados Unidos. Por desgracia no se puede decir lo mismo de España.
El fracking va asociado a dos tipos de actividades que son potencialmente peligrosas a la hora de generar seísmos en zonas tectónicamente activas (y que han sido ampliamente descritas en la literatura especializada):
1) Las explosiones iniciales que se utilizan para fragmentar la roca a gran profundidad y así poder liberar el ansiado gas.
2) La continuada inyección forzada de fluidos en la corteza.
En España, aparte de los casos descritos por Antonio en este blog, en el Norte, recientemente han salido a la luz un par de proyectos en el Mar de Alborán en un gigantesco sector > 400.000 hectáreas. Se trata del Proyecto Siroco (gestionado por Repsol y Gas Natural) que cubre una zona entre Vélez y Mijas en Málaga, y del Proyecto Chinook (de la empresa canadiense CNWL Oil España) que según afirman desde la propia empresa no busca gas no convencional por fractura, sino gas convencional sin fractura hidráulica, abarca una enorme franja entre Vélez-Málaga (Málaga) y Adra (Almería).
Estos proyectos, actualmente sometidos a estudios de impacto ambiental, han sido publicitados este verano por un periódico local de habla inglesa, obviamente (y al contrario que en España, culturalmente familiarizados son estos problemas) preocupado por las consecuencias de estas actividades a solo 9 km de la costa en un futuro inminente, uno de sus titulares reza "”Frack” at the peril of the Costa del Sol” “Sur In English”; 11-17 de Mayo; y 22-28 de Junio.
Estos proyectos, actualmente sometidos a estudios de impacto ambiental, han sido publicitados este verano por un periódico local de habla inglesa, obviamente (y al contrario que en España, culturalmente familiarizados son estos problemas) preocupado por las consecuencias de estas actividades a solo 9 km de la costa en un futuro inminente, uno de sus titulares reza "”Frack” at the peril of the Costa del Sol” “Sur In English”; 11-17 de Mayo; y 22-28 de Junio.
Los medios de comunicación nacionales no parecen haberse hecho eco de este peligro inminente que se cierne sobre la zona más turística de la península. Lo más increíble de todo es que estos proyectos cuentan con el visto bueno de la administración española que afirma que “no hay ningún riesgo para el medio ambiente y que esta actividad reportará a la larga bonanza económica y beneficios turísticos”. Para tranquilizarnos, nuestros gestores aseguran que España ya tiene experiencia offshore ya que lleva 15 años operando “sin ningún efecto negativo” en tres pozos de Repsol en el Golfo de Cádiz (Proyecto Poseidón).
Sin embargo, parece claro que existen dos peligros potenciales derivados de estas actividades en el Mar de Alborán:
1) Los fluidos altamente tóxicos que se usan en esta técnica terminarán difuminándose sin control en las aguas del Mediterráneo ya que a diferencia de las operaciones “onshore” donde se puede hacer un seguimiento de la contaminación de las aguas (como las descritas previamente en el norte de España), las que se realizan “offshore” no tienen control posible.
2) Este sector costero del Mar de Alborán es una de las zonas sísmicamente más activas de la región, estando localizada en las inmediaciones del contacto de dos grandes placas en convergencia: la Placa Africana y la Placa Euroasiática.
Aunque no directamente relacionados con el fracking, existen además otros dos proyectos de inyección forzada de fluidos en dos zonas de España, de aplicación inmediata, que demuestran la nula sensibilidad de la administración española en temas de sismicidad inducida:
1) La Comunidad de Madrid tiene aprobado desde el año 2010 un proyecto aparentemente ecológico y positivo para las reservas de agua, con el objetivo de recargar el acuífero de Madrid a profundidades entre 450 y 700 metros con el excedente de los embalses en años de abundancia (El País, 20 de Marzo del 2012). De momento hay tres pozos de inyección forzada en fase de pruebas. En un futuro inmediato se ampliará este proyecto a más de 50 pozos de recarga, muchos de ellos concentrados en el SO de la Comunidad. ¿Tiene algo que ver esta genial idea tecnológico-ecológica en fase de aplicación activa con la reciente actividad sísmica inusual registrada este verano en el sur de esta región (hasta 29 temblores, con una magnitud máxima de 3 en Alcorcón; “20 Minutos”, 24 de Octubre del 2012)? ¿Debemos tranquilizarnos porque los responsables del IGN ya están “BUSCANDO LA SUPUESTA FALLA OCULTA QUE HACE TEMBLAR ALCORCÓN Y ES EL RESULTADO DEL CHOQUE DE LAS PLACAS AFRICANAS Y EUROPÉAS”? (¡sin comentarios!). ¿A algún responsable científico de la administración se le ha ocurrido relacionar ambos datos? (¡sin comentarios de nuevo!).
MAQUETA DEL PROYECTO CASTOR FRENTE A VINARÒS |
2) A partir de mayo de este año comenzaba a aplicarse a fondo el “Proyecto Castor” (operado por un consorcio hispano-canadiense) frente a la costa de Vinaròs en Castellón, consistente en la inyección subterránea masiva de Gas Natural con el objetivo de convertir el antiguo campo petrolífero de Amposta, en el mayor almacenamiento subterráneo de gas natural de España (Tierra y Tecnología, nº39, 3-8, 2011). ¿Nadie sabe que esta es otra zona sísmicamente activa de España? Aparentemente nadie ha tomado nota tampoco de una reciente investigación (Zoback & Gorelick, 2012, v. 109, nº26, Proceedings of the National Academy of Sciences de EEUU, p. 10164-10168) que denuncia claramente los peligros del almacenamiento subterráneo de CO2 a gran escala, desde el punto de vista de la sismicidad inducida. Como indican los autores de este estudio: “numerosas líneas de evidencia indican la existencia de fallas pre-existentes y con posibilidades de romperse en casi cualquier lugar de la corteza, a menudo como respuesta a incrementos muy pequeños de la presión. Es por esto que los lugares de almacenamiento deben ser cuidadosamente escogidos y los riesgos de posibles movimientos sísmicos deberían ser tenidos en cuenta”.
Miguel Doblas
Madrid 28 de noviembre de 2012
¿SERÁ ASÍ EL PAISAJE QUE LE ESPERE A LA COSTA MÁS TURÍSTICA DE ESPAÑA ENTRE TEMBLOR Y TEMBLOR? Gasland (Josh Fox, 2010) La tierra del gas de pizarra V.O.S. |