Francisco Turrión. Hidrogeólogo. |
Queridos lectores, traigo a este blog una colaboración que creo muy importante y trascendental para la recuperación y resiliencia de una zona de España que sufre los problemas del agua de una manera a veces agonizante, como vimos aquí y aquí: la cuenca del Segura. Los tribunales han dado la razón al hidrogeólogo Francisco Turrión y confirman que "el auténtico móvil" de la sanción que le interpuso la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) el pasado diciembre de 2017 fue "coartar la libertad de expresión" del experto al publicar un informe con Greenpeace en el que ponía en duda la necesidad de los trasvases, según la sentencia del Juzgado de lo Social Número 6 de Murcia.
La juez ha condenado a la Confederación a indemnizar a Turrión con 12.000 euros por "daños y perjuicios morales", aunque la Administración puede recurrir la sanción y así lo ha ordenado.
Una historia tan española como habitual y desconcertante, en la que nadie ha presentado todavía unas cuentas contundentes que nos hagan reaccionar; sabemos que entre la Comunidad Valenciana y Andalucía suman el 60% de todas las pérdidas de España por la mala planificación del agua. La Región de Murcia representa el 3%. Impredecibles y destructivos, los desastres por inundaciones en una zona tan seca son muy costosos, siguen pesando sobre las economías y las sociedades afectadas por décadas, y a veces, para siempre, al igual que las propias sequías, prolongadas tras planificaciones nefastas basadas en favorecer la especulación y el mercadeo, y que no sólo no solucionan un problema endémico, sino que lo empeoran cuando llenamos el paisaje de embalses que almacenan aire.
Turrión afirma, y lo hace desde hace más de una década, que la cuenca del Segura no es deficitaria y que por lo tanto no necesitaría trasvase gracias al agua subterránea de carácter renovable que no entra en los flujos y salidas, porque quizás así se puedan justificar trasvases y grandes obras de infraestructura. Una vez publicado el informe de Greenpeace, la CHS suspendió al técnico de empleo y sueldo durante seis meses y cinco días mediante diferentes sanciones supuestamente "muy graves" que la jueza desmontó y obligó a rectificar e indemnizar al trabajador, afirmando además que no hay ninguna prueba científica que ponga en duda lo que se afirma en el informe de Greenpeace como se puede ver al final del siguiente extracto de la sentencia:
Punto 7 de la Sentencia del Juzgado de lo Social Número 6 de Murcia
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No es el único caso de científico que disiente de los postulados oficiales, yo mismo como saben quienes siguen este blog fui objeto de descalificaciones y represalias por mantener unas expectativas nada optimistas sobre la reconsideración del desafortunado pasado, el inestable presente y el incierto futuro de Yesa, una obra que debería haber sido entregada en 2009 y prácticamente ha quintuplicado su presupuesto hasta cerca de 500 millones de euros contando con obras adicionales, periféricas, expropiaciones, etc., con la consiguiente bronca de tribunales de cuentas españoles y europeos. Puede que en 2024 veamos su calamitosa conclusión, la cual se prometió en diferentes ocasiones: "estará completada para 2011" se afirmaba allá por 2009, luego tras la catástrofe de 2013 se dijo que en 2017, pero tras la imposibilidad de continuar con unas obras que garantizasen un mínimo de seguridad se amplió a 2019, luego a 2021 y con un tiempo de prueba y la última información apunta a 2024 como se puede seguir en la prensa o en los informes de la Confederación Hidrográfica del Ebro.
También tras los terribles incendios de Portugal, Galicia, Asturias y Cantabria de octubre de 2017, Xabier Vázquez Pumariño tuvo que saborear la amarga y al mismo tiempo dulce fruta de no alinearse con los intereses cortoplacistas de quienes quieren hacer negocio con el agua, las obras innecesarias y amenazantes o la madera. Recientemente los tres fuimos entrevistados en un programa de radio de Ampliando el Debate: "La Inquisición Moderna" gracias a la disposición e interés del ingeniero y escritor Jesús Nácher Fernández.
También tras los terribles incendios de Portugal, Galicia, Asturias y Cantabria de octubre de 2017, Xabier Vázquez Pumariño tuvo que saborear la amarga y al mismo tiempo dulce fruta de no alinearse con los intereses cortoplacistas de quienes quieren hacer negocio con el agua, las obras innecesarias y amenazantes o la madera. Recientemente los tres fuimos entrevistados en un programa de radio de Ampliando el Debate: "La Inquisición Moderna" gracias a la disposición e interés del ingeniero y escritor Jesús Nácher Fernández.
Al poco tiempo de salir la sentencia se publicaron varios artículos en blogs muy minoritarios y en redes sociales que en un tono de pataleta dejaban ver su disconformidad e insistían en descalificaciones personales e incluso profesionales sobre las propuestas de estudio de Fran. Uno de ellos "Desmontando a Francisco Turrión. O por qué en el Segura NO sobra agua" nos deleita con confusiones entre conceptos tan básicos para quienes estudiamos hidrogeología como "escorrentía subterránea" que es parte de un curso fluvial y por lo tanto no es "recarga" como se aprecia en las críticas a Turrión. Es de destacar la salida del ámbito científico de varios párrafos inexplicables como este:
"... ¿Y por qué habría de actuar Turrión de mala fe? Indudablemente ha obtenido una gran notoriedad pública –incluyendo premios del Gobierno de Castilla-La Mancha-, por lo que el ego podría ser una de las grandes motivaciones. Cabría preguntarse también si existen intereses económicos o corporativos -pues la perforación de pozos en condiciones require (sic.) de un estudio hidrogeológico-, o incluso si con ello trata de reivindicar la importancia de los pozos de sequía dentro del seno de la CHS -pues ha sido uno de sus principales impulsores, siendo estos motivo de orgullo personal para el susodicho-. Dejamos estas especulaciones a juicio del lector."...
Pues eso, que sea la persona lectora la que juzgue. Os dejo con Fran.
Antonio Aretxabala
Pamplona, 29 de marzo de 2019.
¿Desmontando a Turrión?
Francisco Turrión Peláez, Hidrogeólogo
En relación con el artículo “Desmontando a Francisco Turrión. O por qué en el Segura NO sobra agua.” Publicado en https://paisajesdelagua.wordpress.com/2019/03/27/desmontando-a-francisco-turrion-o-por-que-en-el-segura-no-sobra-agua/ donde se viene a decir que mi relato sobre las aguas subterráneas en la cuenca del Segura y la posibilidad que éstas ofrecen, junto con las desaladas, de dejar de depender del trasvase del Tajo Segura, algo que por cierto será de obligado cumplimiento a la luz de las recientes 4 sentencias del Tribunal Supremo sobre el caudal ecológico del Tajo en todos sus tramos, es erróneo; y sin entrar en las valoraciones personales o motivaciones que el autor deduce que tengo para hacer las cosas, voy a responder a las escasas cuestiones técnicas que se exponen en él y a añadir tres razones más que creo refuerzan mis tesis. En rojo copio texto literal del artículo. Veamos:
1. Francisco Turrión afirma que en la cuenca del Segura sobra agua, como para cerrar el Trasvase y aun así seguir ampliando regadíos.
Respuesta: Esto dicho así es falso, no se pretende ampliar regadíos, todo lo contrario, se pide crear en el Código Penal el delito contra los recursos hídricos para que cuando se implante un nuevo regadío ilegal, sea la justicia y no las Confederaciones las que actúen por vía penal.
Lo que se propone, es fomentar regadíos sociales de bajo consumo en el interior de la cuenca para frenar el despoblamiento. Se explica aquí:
El agua secuestrada
2. El principal impulsor de este bulo es un hidrogeólogo ‘díscolo’ de la Confederación Hidrográfica del Segura -Francisco Turrión Peláez-, quien utiliza su título y cargo (véase también el ‘efecto halo’) para decirle a los agricultores del Segura que pueden abrir pozos sin más
Respuesta: Esto es falso, lo que se pide es que sea el Estado el que gestione los embalses subterráneos al igual que hace con los superficiales.
Pero eso sí, que se acate la reciente sentencia del Tribunal Supremo que obliga a que en la cuenca del Segura se puedan hacer los pozos del Artículo 54.2 de la Ley de Aguas (pozos de menos de 7.000 m3/año) sin autorización como en el resto de España.
3. Para desmontar este bulo, como casi siempre, no hay más que recurrir a las fuentes -las documentales, no las que brotan en nuestros paisajes del agua-Echarle un vistazo al Plan Hidrológico del Segura (PHDS), en cuyo inventario de recursos podemos ver claramente que hay una partida específica (de 94 hm³ anuales) dedicada a las aguas subterráneas “no drenantes al río Segura” -aspecto importante, como veremos más adelante-.
Respuesta: El balance del ciclo natural del agua en todas las cuencas del mundo es el mismo:
P – ETR = E + R
Donde la P es la Precipitación (la lluvia y nieve caída de media al año en dicha cuenca); la ETR es la Evapotranspiración Real (la parte de la P que se evapotranspira y vuelve a la atmósfera), E es la Escorrentía (el agua que baja por los ríos –de origen directo y subterráneo-) y R es la Recarga (el agua subterránea infiltrada en los acuíferos que no discurre por los ríos y se transfiere lateralmente a otras masas de agua subterránea, a otras cuencas hidrográficas o al mar).
Todo ello, en cumplimiento de la Instrucción de Planificación Hidrológica (IPH) (2.4. INVENTARIO DE RECURSOS HÍDRICOS NATURALES) y en consonancia con la práctica habitual que se sigue en el resto del mundo a la hora de cuantificar dicho balance. Citamos por ejemplo el caso de Alemania, que podemos ver en la web de su Instituto Federal de Geociencias y Recursos Naturales (BGR). https://www.bgr.bund.de/EN/Themen/Wasser/Bilder/Was_wasser_startseite_wasserkreis_g_en.html
Como vemos en la Figura de arriba, la resta de la P (859 mm)- la ETR (532 mm) es igual a la suma de la E (192 mm) + R (135 mm) = 327 mm. Y no creemos que dicho balance hídrico de Alemania se haga aplicando directivas comunitarias distintas a las que se encuentran en vigor en España.
En este sentido, tenemos que resaltar dos errores conceptuales encadenados que aparece en la página 79 de la Memoria de los Documentos Iniciales del Plan 2021-2027 de la cuenca del Segura. En efecto, en ella se vuelve a confundir (una vez más) los conceptos de Escorrentía Subterránea y Recarga. Y además, se considera que el valor de la Escorrentía Subterránea, estimado en 685 hm3/año, son los recursos hídricos subterráneos renovables totales.
Debemos aclarar que la Escorrentía Subterránea es simplemente una componente del caudal de los ríos, es por tanto agua ya contabilizada como fluvial dentro de los 856 hm3/año de Escorrentía total. Por tanto, ese agua no es Recarga, o lo que es lo mismo, no es el recurso subterráneo renovable de las masas de agua subterránea, que es otro valor totalmente distinto del de flujo fluvial.
En efecto, lo vemos claramente en la Figura anterior. La Escorrentía, o flujo fluvial (con sus dos componentes Escorrentía Directa y Subterránea) tiene un valor de 192 mm. Y la Recarga o flujo subterráneo de 135 mm.
La suma de ambos flujos ( 192 + 135) es igual a la resta de la lluvia (859 mm) no evapotranspirada (532 mm). En ambos casos el resultado es de 327 mm.
Pero por si esta aclaración no fuera por si sola suficiente, además de la literalidad de la IPH (donde se define el concepto de Recarga como algo totalmente distinto a la Escorrentía) y por lo que veremos más adelante sobre el concepto “recurso renovable zonal” y el modelo PATRICAL el Plan del Júcar; traemos ahora aquí el esquema del ciclo hídrico del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS). Donde por colores, diferencia lo que es flujo fluvial (verde) de lo que es flujo subterráneo (marrón) e independientes totalmente ambos el uno de otro. Ver Figura siguiente. https://water.usgs.gov/edu/graphics/water-cycle-spanish-screen.jpg
Confiamos en que con los relevantes ejemplos internacionales expuestos del ciclo natural del agua, se haya aclarado para siempre la diferencia conceptual que hay entre Escorrentía y recursos naturales subterráneos (Recarga).
4. Profundizando en el Anejo 2 del PHDS, encontramos también una extensa tabla con los balances hídricos de todos los acuíferos, con sus entradas y sus salidas, comprobando que la práctica totalidad de los mismos o drenan al río o son esquilmados por bombeos para regadío. En todo caso, eso significa que en ‘régimen natural’ (sin intervención humana) pasarían a engrosar las aportaciones al río -esos 740 hm³ (en serie corta) que conforman el grueso de los recursos propios-.
Respuesta: Los recursos subterráneos de las masas de agua del Segura están mal contabilizados porque en el concepto Recarga no se han incluido las variables: Trasferencias laterales y pérdidas de cauces a los acuíferos.
Esto es así porque según el Apartado 2.3.2 de la IPH, los componentes de la Recarga son cuatro: infiltración de lluvia, retornos de riego, aportaciones laterales de otras masas e infiltración desde los cauces de los ríos. La suma de los cuatro son los recursos renovables de dicha masa.
Y los recursos disponibles de agua subterránea son el valor medio interanual de la Recarga (recurso renovable) menos el flujo interanual medio requerido para conseguir los objetivos de calidad ecológica para el agua superficial asociada.
Por último, la IPH define el buen estado cuantitativo como el estado cuantitativo alcanzado por una masa de agua subterránea cuando la tasa media anual de extracción a largo plazo no rebasa los recursos disponibles de agua y no está sujeta a alteraciones antropogénicas que puedan impedir alcanzar los objetivos medioambientales para las aguas superficiales asociadas.
En consecuencia, para poder calificar el estado cuantitativo de una masa de bueno o malo, es fundamental conocer el volumen medio anual de los cuatro componentes de la Recarga (recursos renovables).
Pues bien, el modelo SIMPA que es el que utiliza el CEDEX para conocer la Escorrentía, no puede calcular la Recarga y por tanto una parte muy importante de los recursos disponibles de agua de cada masa.
En efecto, los propios autores del modelo reconocen las dos limitaciones del mismo con respecto al flujo de las aguas subterráneas, y es que no puede contabilizar dos de las cuatro componentes de la Recarga que son: la infiltración desde cauces y las transferencias laterales.
Para ello, el Plan Hidrológico del Júcar, por ejemplo, utiliza otro programa informático de cálculo, el PATRICAL (Pérez, 2005). Ver figuras siguientes.
En el esquema de flujo de este modelo, que reproducimos a continuación, vemos claramente que hay una componente de los recursos naturales de agua que no va a los ríos, que por tanto no es Escorrentía, y que es agua que se trasfiere entre masas de agua subterránea en profundidad (transferencias laterales) hasta llegar al mar.
Esquema de flujo del modelo Patrical tomado de la página 19 del Anexo 2 del Plan Hidrológico del Júcar 2015-2021
Esquema conceptual del modelo de simulación Patrical. Obsérvese cómo los recursos naturales totales propios son la suma de la aportación a la red fluvial (Escorrentía) más las trasferencias subterráneas al mar o a otros territorios (Recarga).
Además, el Júcar define el concepto “RECURSO RENOVABLE ZONAL” y lo calcula para cada masa como la diferencia entre el Recurso renovable (Recarga) menos las Salidas laterales. Lo podemos ver en la Figura 7 siguiente obtenida de la página 86 del citado Anexo 2.
Extracto de la Tabla 47 del Anexo 2 Recursos Hídricos del Plan del Júcar donde vemos que el Recurso Renovable es la suma de los 4 componentes de la Recarga. Además, se cuantifica el concepto “Recurso renovable zonal”.
Y como vemos, dicho Recurso Renovable es la suma de los cuatro componentes de la Recarga: Lluvia infiltrada + Retornos de riego + Perdidas desde cauces + Entradas laterales.
Por tanto, para poder llegar a saber con rigor cuál es el estado cuantitativo de cada masa de agua subterránea, es de obligado cumplimiento haber establecido previamente los valores de todos los componentes que constituyen la Recarga. Y eso no se puede saber con el modelo SIMPA.
El valor de la componente aportaciones laterales de otras masas requiere la aplicación de otro programa de cálculo, en el caso del Júcar, el PATRICAL (Pérez, 2005).
En consecuencia, como en el Plan del Segura solo se estima la Escorrentía, pues el modelo SIMPA es el único que se utiliza, no podemos saber cuáles son los recursos renovables totales de cada masa de agua subterránea, ni por tanto los recursos disponibles, y en consecuencia no se puede determinar el estado cuantitativo de cada una de ellas ni su Índice de Explotación a la luz de la normativa de aplicación.
5. Una de las primeras operaciones que hace -aunque su trascendencia sea menor- es inflar precipitaciones con un fuerte redondeo al alza: el Plan Hidrológico de la CHS reconoce precipitaciones de 374,9 mm (7.132 hm³ en los 19.025 km²) de promedio para toda la cuenca en la llamada “serie corta” (1980-2012); Turrión por su parte critica que este dato provenga de una simulación del Centro de Estudios Hidrográficos del CEDEX (a partir de datos de la Agencia Estatal de Meteorología -AEMET-) en vez de venir directamente de la AEMET. Irónicamente él tampoco toma sus datos de la AEMET directamente (pues no existe un promedio oficial para toda la cuenca) sino que recurre a una vaga referencia del Plan Hidrológico de 1998, en la que no se cuantifica de forma muy precisa la precipitación: se considera que tiene una “media anual de unos 400 mm” (7.610 hm³) -cifra que dicho Plan redondeaba generosamente al alza, pues no tenía ninguna pretension de exactitud ya que entonces no se precisaba para realizar balance alguno-.
Respuesta: Esto es falso, es el propio Plan del Segura 2009-2015 en su Documentos Iniciales el que fija la Precipitación en la cuenca del Segura en 400 mm. como vemos en la figura siguiente.
Veamos ahora por qué es tan importante que las variables climáticas del ciclo hidrológico de la cuenca del Segura sean determinadas por la AEMET (Agencia Estatal de Meteorología) del Ministerio para la Transición Ecológica, y no por el Centro de Experimentación de Obras Públicas (CEDEX) del Ministerio de Fomento como se ha venido haciendo hasta ahora en los anteriores ciclos de planificación 2009-2015 y 2015-2021.
Todo ello, en cumplimiento del Anexo VII de la Instrucción de Planificación Hidrológica -en adelante IPH- (Orden ARM/2656/2008, de 10 de septiembre) en relación con los artículos 1 y 3 del Real Decreto 186/2008, de 8 de febrero, por el que se aprueba el Estatuto de la AEMET.
Veamos el ejemplo del Segura: En los Documentos Iniciales del proceso de planificación (2009-2015) se decía que la P media de la cuenca del Segura era de 400 mm como hemos visto en la figura anterior; y en el Plan Hidrológico vigente 2015-2021 de 374,9 mm -para la serie corta (1980-2012) en ambos casos-. Lo que supone una reducción del 6% de la lluvia caída de media en la cuenca y, por tanto, un volumen de 478 hm3/año menos (siendo la superficie de la cuenca de 19.025 km2).
Y ese volumen de 478 hm3/año que se detrae del total de la lluvia caída, no se fundamenta en estudios del organismo oficial que tiene la competencia en la materia, la (AEMET). Sino en los del CEDEX, mediante el modelo de precipitación-escorrentía SIMPA -de cuyas limitaciones hablaremos más adelante- , y reconociéndose que, como no se sabe lo que llueve en las zonas de montaña (porque no hay pluviómetros), se tiene que simular esa lluvia caída en las cotas más altas (donde más llueve) en base a “pluviómetros ficticios”.
Pues bien, quien tiene que hacer esas simplificaciones y ponderaciones mediante modelos numéricos y pluviómetros simulados debe ser la AEMET y no el CEDEX. Y según sus estudios climáticos para el levante peninsular, si bien se aprecia un ligero aumento de la Tº media en los últimos 100 años de unos 0,5 ºC, por efecto del cambio climático, no así en la pluviometría, que se mantiene constante.
A mayor abundamiento, si analizamos ahora el valor que da el CEDEX para la ETR en la cuenca del Segura (serie corta ampliada ahora hasta 2015/16), ésta es del 88% de la P. Es decir, según esta estimación, de cada 10 gotas de agua que caen en ella, casi 9 se evapotranspiran. Y solo 1 de ellas es recurso natural de agua fluvial o subterránea.
Dato este del 88% que consideramos sobredimensionado y que se aleja mucho de los valores del orden del 80% que se estiman para las cuencas vecinas como las del Júcar, Sur, Guadiana en los Documentos Iniciales 2021-2027 o Guadalquivir.
Por tanto, también debe ser la AEMET y no el CEDEX quien nos diga cuál es la ETR media de la cuenca del Segura (si del casi 90% o del 80% o menor) por los fundamentos jurídicos expuestos y por una cuestión vital y trascendental. En efecto, veamos:
Decir que en la cuenca del Segura se evapotranspira el 88% de lo que llueve (P =375 mm según la Memoria de los Documentos Iniciales para la nueva serie corta) es lo mismo que decir que los recursos naturales de la cuenca del Segura son de 856 hm3/año (45 mm * 19.025 km2).
En cambio, con el dato inicial de P (400 mm) y considerando una ETR similar a la de las cuencas vecinas (80% de la P), los recursos naturales son de 1.522 hm3/año. Es decir, casi el doble. Exactamente un 44% mayores.
Por tanto, está plenamente justificado, por la relevancia que ello tiene, el hecho de que sea la AEMET y no el CEDEX quien calcule las variables atmosféricas del ciclo hidrológico. Porque de ello va a depender el volumen de agua natural disponible, que puede ser el doble o la mitad. Pues hay ni más ni menos que 666 hm3/año diferencia en un caso o en otro.
APARTE DE ESTAS CARENCIAS EN LA PLANIFICACIÓN HIDROLÓGICA EN MATERIA DE AGUAS SUBTERRÁNEAS, ESTÁN ESTAS OTRAS:
1. ALMACENAMIENTOS SUBTERRÁNEOS (RESERVAS)
Otra carencia del plan del Segura en materia de aguas subterráneas es que no se han contabilizado las reservas de agua embalsadas en los acuíferos.
El inventario de los recursos hídricos naturales debe incluir y contabilizar las reservas de agua almacenadas en sus acuíferos. Pues ese volumen almacenado es lo que realmente caracteriza una “masa de agua subterránea”, según la definición que de ella da la Directiva 2000/60/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 23 de octubre de 2000, y traspuesta por la Ley de Aguas (Real Decreto Legislativo 1/2001, de 20 de julio): “un volumen claramente diferenciado de aguas subterráneas en un acuífero o acuíferos”.
Además, esto ya está previsto en el artículo 2.4.1 de la IPH (Contenido del inventario de recursos hídricos naturales), donde se dice que: “incluirá las aguas que contribuyan a las aportaciones de los ríos y las que alimenten almacenamientos naturales de agua, superficiales o subterráneos”.
Pues según recientes estudios, dicho volumen de agua embalsada en los acuíferos de la península, es del orden de los 400.000 hm3, volumen que es 7 veces más que la capacidad de los pantanos fluviales y que hasta ahora no ha sido contabilizado ni incluido en los distintos procesos de planificación.)
En este sentido, y a tenor de lo dispuesto en el artículo 33.1 de la Ley 10/2001 de 5 de julio del Plan Hidrológico Nacional, el Ministerio debería tener y mantener un registro oficial de datos del estado de las existencias embalsadas en los acuíferos de las cuencas intercomunitarias. Registro que todavía no existe en la actualidad.
Sobre este concepto de reservas subterráneas nos volvemos a referir al esquema del ciclo hídrico del USGS de la Figura 2. En la línea inferior de la imagen se puede leer “agua subterránea almacenada”.
¿Cuánta? Ese dato debe estar inventariado y cuantificado en los documentos de planificación de la cuenca del Segura. Como ya dijimos en anteriores alegaciones a los ciclos precedentes, el IGME y el IRYDA lo cuantificaron en diferentes estudios en unos 100.000 hm3 para dicha cuenca. Lo que supone un volumen 100 veces superior a la capacidad de sus embalses superficiales.
Como resumen de lo dicho hasta aquí, diremos que no podemos prescindir, en la planificación del agua natural de la cuenca del Segura, además los 666 hm3/año correspondientes a la Recarga (a los recursos hídricos subterráneos renovables reales), además de unos 100.000 hm3 de reservas embalsadas en las masas de agua subterránea.
2. MASAS DE AGUA SUBTERRÁNEA SUPERIORES E INFERIORES
Otra carencia del Plan del Segura en materia de aguas subterráneas es que no se han definido las masas de agua subterránea superiores e inferiores.
Todo ello en cumplimiento de la IPH (Apartado 2.3.1 e) y a la luz de los distintos estudios hidrogeológicos realizados por el IGME y el IRYDA en los años 70, 80 y 90 –y otros más recientes- que caracterizaron y definieron acuíferos superiores e inferiores en toda la cuenca del Segura.
El hecho de que se haga referencia en los Documentos Iniciales a una única masa de agua subterránea inferior, como es el caso del Acuífero Inferior de la Sierra de Segura (070.017), nos da idea del trabajo que queda por hacer hasta completar el conocimiento hidrogeológico de la cuenca entera a la luz de dichos estudios.
Máxime, cuando a dicha masa de agua subterránea, de más de 1.400 km2 de extensión, y que representa el 10% de la superficie del total de todas las masas de agua subterránea de la demarcación, no se le calculado ni los recursos disponibles, ni los recursos renovables, ni los valores de los componentes de la Recarga ni sus reservas.
Por otra parte, debemos decir que no se pide otra cosa distinta que aplicar la misma metodología, utilizada en el Plan Hidrológico del Duero, en el del Segura. Allí se han definido: 52 masas inferiores y 12 superiores y se han contabilizado sus recursos renovables de forma independiente y diferenciada. Aquí en cambio, solo una y no sabemos el agua que tiene.
Y para ello, las Fichas de Caracterización Adicional de las Masas de Agua Subterránea de los anteriores procesos de planificación ya nos dicen que debería ser así. Pues en no pocos casos definen en ellas acuíferos superiores e inferiores con características litológicas e hidrodinámicas distintas.
Y recordemos que una masa de agua subterránea es el volumen contenido en un acuífero. Veamos a continuación tan solo dos ejemplos extraídos de dichas fichas.
El caso de Conejeros-Albatana y el de Ontur. En ambos casos se describen tres acuíferos superpuestos en la vertical del terreno: uno inferior de edad Jurásico, otro intermedio Cretácico y otro superior Cuaternario.
3. PUNTOS DE CONTROL PIEZOMÉTRICO REPRESENTATIVOS
Otra carencia del Plan del Segura es que el ESTADO CUANTITATIVO de cada masa de agua subterránea no se ha medido, en muchos casos, en puntos de control representativos de la situación general de la masa a lo largo del tiempo, y sí en pozos con bombeo frecuente o cercanos a pozos de bombeo.
El Anexo V 2 (Aguas Subterráneas) de la Directiva 2000/60 nos dice que el buen estado cuantitativo se alcanza cuando el nivel piezométrico de la masa de agua subterránea es tal que la tasa media anual de extracción a largo plazo no rebasa los recursos disponibles de aguas subterráneas (salvo afecciones a ecosistemas vinculados a las masas de agua superficial asociadas).
Para ello, obliga a crear una red de seguimiento de las aguas subterráneas concebida de modo que proporcione una apreciación fiable del estado cuantitativo de todas las masas.
En cuanto a la densidad de los puntos de control, añade la Directiva Marco del Agua, que la red incluirá puntos de control representativos suficientes para apreciar el nivel de las aguas subterráneas en cada masa -habida cuenta de las variaciones de la alimentación a corto y largo plazo- y para poder evaluar bien el efecto que las extracciones y alimentaciones tienen sobre él.
Pues bien, hasta ahora y en muchas masas, no existen piezómetros representativos suficientes para conocer la evolución de los recursos disponibles a lo largo de los años.
En efecto, frecuentemente se han venido utilizando pozos de bombeo de empresas y particulares para medir el nivel piezométrico del acuífero; y en no pocos casos además, los piezómetros se encuentran afectados por el bombeo de pozos muy próximos a ellos.
Pues bien, en los acuíferos confinados, el nivel piezométrico medido en un pozo de bombeo no es una medida representativa del estado cuantitativo de la masa de agua subterránea. Ya que en ese punto, la presión de confinamiento está anormalmente abatida por la extracción del agua subterránea en bombeos cíclicos diarios. Son los conocidos “conos de bombeo”.
Para poder conocer la situación real de la evolución del nivel de las agua subterránea en el tiempo, debemos alejarnos de esas anomalías puntuales y buscar piezómetros distanciados varios kilómetros de los focos de bombeo. Es decir, puntos que nos informan de la situación general del conjunto de la masa, y no de la anomalía local existente en un campo de pozos de bombeo que se afectan mutuamente.
Por otro lado, cada masa superpuesta en la vertical debe tener si propia red de piezómetros representativos, como así tiene la Red Piezométrica de la cuenca del Duero. Por tanto, resulta descorazonador leer en la Memoria de los documentos iniciales del Plan del Segura cómo se hace referencia a informes desactualizados donde se mide la piezometría en pozos de bombeo de fecha muy anterior la trasposición de la Directiva Marco del Agua, desde los años 70 se dice en algún caso.
Pues es bien sabido que muchos pozos antiguos dejan de ser representativos como piezómetros con los años en cuanto en su entorno se construyen nuevos pozos de bombeo, que deprimen la superficie piezométrica de esa zona, abatiendo el cono de depresión conjunto generado por la suma de los bombeos. Esto da una falsa apariencia de descenso piezométrico generalizado de la masa, cuando en realidad es el simple caso de afección puntual entre pozos próximos. En consecuencia, frecuentemente se confunde “pozo sobreexplotado” con “acuífero sobreexplotado”. Cuando se toman medidas en pozos alejados de esos focos de bombeo, se comprueba como los niveles piezométricos siguen estables en el tiempo.
Por tanto, deben declararse no representativos y por tanto nulos, todos los datos piezométricos obtenidos de pozos de bombeo y los anteriores a la Directiva 2000/60, que obliga a implementar una red piezométrica de puntos de control “representativos y suficientes” distribuidos por el conjunto de la superficie de la masa.
Espero haber desmontado las piezas de la deficiente planificación hidrológica en España en materia de aguas subterráneas.
Esto mismo o parecido ya lo publiqué en la FNCA
La crítica constructiva es muy necesaria y el debate del agua en España más. Yo estoy en esa línea.
Francisco Turrión Peláez