Hemos tomado medidas razonables aunque todavía mejorables cerca de las zonas de conocida sismicidad histórica, pero no en aquellas donde estamos cambiando el régimen hidrológico, climático, tensional, industrial...
Hacerlo en el futuro, si se va a manipular el medio como en otras ocasiones recientes (Itoiz, Yesa, Vinaròs, etc.), será sin duda un ahorro y una apuesta por un siglo XXI en el que el desarrollo económico se concilie con el cuidado de nuestro patrimonio natural e histórico; pero no sólo deberá ser adecuadamente custodiado, también realzado y justamente revalorizado.
1. INTRODUCCIÓN: PROYECTO CRONOS Y MEDIO NATURAL
Con motivo de la concesión del permiso Proyecto Cronos para exploración de la existencia de hidrocarburos en las formaciones rocosas entre Morón de Almazán y Alcolea del Pinar, y entre Medinaceli y Arcos de Jalón, y que afectará a un grupo numeroso de localidades de la zona, varios ciudadanos me contactaron para conocer de antemano el potencial sísmico de la zona y un poco de la sismicidad histórica, ya que habían oído decir a sus padres, abuelos y otros familiares que les precedían que se habían dado terremotos en la zona.
Querían saber sobre la realidad al respecto y cómo las nuevas explotaciones, si algún día llegasen a realizarse, podrían provocar un incremento de la sismicidad como ha ocurrido en otras zonas propensas del mundo y también de España al realizar algunas prácticas agresivas con el medio que nos sustenta.
El motivo es que las concesiones dadas (Cronos) posiblemente iban a concluir con la técnica de fracturación hidráulica o fracking que actualmente en la sociedad española comienza a debatirse. De todos es conocido su cometido. La fracturación hidráulica o fractura hidráulica (fracking) es una técnica utilizada para la extracción de gas y petróleo del subsuelo previa rotura del macizo que lo alberga. El procedimiento consiste en la inyección a presión de algún material en el terreno, con el objetivo de ampliar las fracturas existentes en el sustrato rocoso que encierra el gas o el petróleo, aumentando la porosidad y favoreciendo así su salida hacia el exterior. Habitualmente el material inyectado es agua con arena y productos químicos, aunque ocasionalmente se pueden emplear espumas o gases.
Toda técnica industrial tiene un impacto medioambiental, el fracking también, la cuestión es la evaluación adecuada de dicho impacto y la viabilidad de la relación impacto-beneficio económico. Creo que hay que hablar de la técnica en el marco completo, energético y cultural español. Al final los criterios de compromiso social de los técnicos que trabajamos en geología no cambian mucho dependiendo de los intereses, la pobreza o la riqueza, la cultura va siendo cada vez más un bien necesario que nos dote de herramientas para decidir en qué tipo de sociedad queremos vivir y cómo vamos el conciliar el desarrollo económico con el respeto al medio, si seguimos con la degradación del mismo y por lo tanto de nosotros mismos, o nos planteamos un mejor conocimiento de la piel de toro que nos sustenta, actuando así en consecuencia.
España ya es el primer país de Europa y tercero del mundo que peor cuida su patrimonio histórico y natural a pesar de ser la segunda potencia mundial en cuanto a lugares Patrimonio de la Humanidad y reservas de la biosfera (UNESCO); aún con tantas facilidades, el turismo cultural no se ha sabido desarrollar por unas administraciones atenazadas políticamente en intervalos de poder de cuatro en cuatro años. Ello nos ha traído décadas de especulación, pérdida de patrimonio histórico y natural y un empobrecimiento económico, social y cultural que aún estaría por determinar.
Por otro lado, desde el punto de vista de la trayectoria histórica que atañe a las ciencias de la Tierra, la proyección decimonónica de la revolución industrial hacia el futuro aún tiene mucho peso en Europa, especialmente en España; la palabra "sostenible", uno de los mejores y necesarios conceptos de la cultura del siglo XXI, no se comprende en su plenitud en círculos geológicos, se esparce de manera mucho más lenta entre las ciencias y las nuevas técnicas que los cancerígenos en el subsuelo.
El modelo esquilmador de la cultura occidental sigue imponiéndose por encima de todo, incluso en sus formas más mediocres. Tenemos que pensarlo cuanto antes y planificar en consecuencia. Ya no podemos asumir más que no se derivará daño alguno con la reducción y cambios bruscos de las capas freáticas, su contaminación, las inyecciones cerca de fallas, la fracturación de zonas profundas sin antes conocerlas.
Espero que con el tiempo los gobiernos reconozcan que el daño antropogénico puede convertirse en una realidad; y peor si seguimos evitando aportar fondos de investigación que deberíamos dedicar a la comprensión de esta frágil interfaz, entre la atmósfera y la hidrosfera, en la que vivimos. Nos hemos adueñado de ella, la hemos convertido en patrimonio natural que es una expresión de la modernidad, pero casi ni la conocemos, no sabemos ni siquiera cómo reacciona, y menos aún cómo la podemos controlar.
Lo hemos visto muy recientemente en Vinaròs, sabemos cómo provocar terremotos, pero no cómo pararlos. No podemos permitir que nuestras acciones acaben con el medio natural ni que éste reaccione contra el nuestro, es decir, el medio humano. Los geólogos nos hemos preparado como científicos cualificados y avezados para dotar a la sociedad de armas eficientes para resistir los embates de la Naturaleza sobre las ciudades (vistas éstas como unidades estructurales de la sociedad del siglo XXI) y viceversa, adelantando propuestas efectivas para que ambas no lleguen a destruirse mutuamente; adelantándose también a los acontecimientos desde la idea de que determinados elementos del medio humano, pueden ofrecer resistencia a los efectos negativos de una catástrofe.
En Pamplona, 24 de marzo de 2014
Antonio Aretxabala Díez
2. MARCO GEOLÓGICO Y TECTÓNICO
La zona estudiada se encuentra entre dos grandes dominios geográficos y geológicos: la cuenca terciaria de Almazán con materiales detríticos y carbonatados del Neógeno por un lado y la rama castellana de la Cordillera Ibérica con sus relieves estructurales en sus materiales del Triásico al Cretácico, por otro. Ambas zonas se muestran separadas claramente por un borde tectónico activo. Es también una prolongación del anteriormente estudiado en la zona de Daroca y de Jiloca con sus terremotos históricos asociados. El siguiente extracto de la hoja geológica del IGME nos detalla el tipo de movimientos que a gran escala actúan en la zona.
FIGURA 3: EXTRACTO DE LA HOJA 435 DEL MAPA GEOLÓGICO DEL ÁREA DE ALMAZÁN-ARCOS DEL JALÓN |
La realidad es que la complejidad de los esfuerzos corticales que actúan en la zona aún no es del todo comprendida, si bien los esfuerzos compresivos N-S dominantes pueden derivar en distensiones E-O. Ello ha quedado grabado en la sucesión sedimentaria de tipo tectónico (UTS) con claras discordancias en la sucesión y ajuste de los materiales.
FIGURA 4: EL CORTE ENTRE RADONA Y MONTE MOEDO MUESTRA LA EXISTENCIA DE ESFUERZOS DURANTE EL TERCIARIO A TRAVÉS DE LA SUCESIÓN DE LAS UNIDADES TECTOSEDIMENTARIAS (UTS) SEPARADAS POR DISCORDANCIAS. |
Al menos durante el Tericario la actividad tectónica se muestra muy activa, no obstante, los referidos materiales detríticos del Neógeno han sellado parte de los materiales más antiguos que hoy siguen mostrando actividad sísmica. La zona ya ha sido objeto de campañas de análisis geofísico para hidrocarburos en varias ocasiones, muchos de los conocimientos geológicos que tenemos se los debemos a este hecho.
FIGURA 5: EXTRACTO DE LA HOJA 435 DEL MAPA GEOLÓGICO DEL ÁREA DE ALMAZÁN-ARCOS DEL JALÓN |
3. SISMICIDAD HISTÓRICA
Al igual que en otros casos, tales como Sangüesa con las inestables obras de Yesa amenazando, o como en el caso de Lugo con Monforte de Lemos y los terremotos olvidados, la geohistoria en España es una práctica casi inexistente, ello nos ha llevado a olvidar una realidad que nos ha acompañado siempre y que tan sólo nos ha dado una tregua histórica en la última modernidad (llevamos una anomalía histórica de 130 años sin terremotos destructivos por encima de VIII).
De esta manera, primero por la ausencia de investigación científica e histórica y que más tarde se solapa con el auge urbanístico y constructivo de las últimas décadas, los historiadores y geógrafos, pioneros en estas disciplinas, poco a poco han sido expulsados del estudio de estos fenómenos recurrentes, al igual que de los grandes corrimientos, desprendimientos, inundaciones, epidemias...
Así se ha conformado nuestra endémica amnesia sísmica que tantos perjuicios nos está causando y que aún nadie ha valorado (Lorca, Jaén, Navarra, Tarragona...). El lugar ocupado anteriormente por estos profesionales hoy lo ocupamos arquitectos, ingenieros, geólogos, físicos..., profesionales que generalmente no disponemos de adecuadas metodologías de estudio histórico; el desenlace: pobres resultados, grandes confusiones y costosísimos errores de percepción del medio.
Esta suerte de desorientación es la que ha puesto de manifiesto tales carencias a través de la publicación de protocolos de actuación muy revisables que en general subestimaban este aspecto histórico transcendental para la confección de normativa sectorial, constructiva o industrial; sobre todo en aquellas zonas que acogen grandes infraestructuras hidráulicas, energéticas o industriales como podría ser el caso. Finalmente el coste económico, social y humano de estas ausencias estaría todavía por valorar.
La zona de Arcos de Jalón - Medinaceli, sería una más de tantas zonas que podrían reaccionar ante actividades sismogenéticas por ser propensas a una sismicidad cuyo estudio histórico apenas roza los últimos 80 años. Este estudio no se ha llevado a cabo de manera dedicada antes de afrontar un nuevo cambio de uso del territorio, y al igual que en otras zonas que han dado la sorpresa sísmica después de nuestras actuaciones, a pesar además de las numerosas advertencias de expertos, aún aguarda su examen. Sería deseable que el Proyecto Cronos no pasara a engrosar las filas de tan triste currículum. A continuación (figura 6, extraída del IGN) vemos los terremotos históricos más importantes conocidos que se han dado en el área enmarcada dentro del Proyecto Cronos. En la figura 8 algunos de ellos proyectados sobre un mapa físico administrativo y de relieve.
FIGURA 6: TERREMOTOS MÁS SIGNIFICATIVOS OCURRIDOS EN LA ZONA |
Aunque no tan significativa como en la zona de Molina de Aragón - Daroca, la sismicidad del área de Arcos de Jalón ha sido conocida siempre, el encuentro precisamente de los dos ambientes geológicos descritos es el responsable de ella (figuras 2, 4 y 9).
No hay prácticamente estudios dedicados de las fuentes sismogenéticas ni de qué fallas provocaron los terremotos históricos, tampoco un estudio paleosísmico (terremotos prehistóricos y anteriores) detallado de la zona es conocido, algo que se ha visto fundamental a la hora de establecer procesos industriales o infraestructuras de conocido carácter sismogenético si hay fallas implicadas que pudieran reactivarse y provocar sismicidad inducida (Itoiz y Yesa en Navarra, Proyecto Castor en Tarragona, La Loma de Úbeda en Jaén, etc.).
No obstante, destacan los terremotos de Maranchón (Guadalajara) del 12 al 15 de noviembre de 1931 como el episodio sísmico histórico más intenso (V) de la zona, de él sólo sabemos que se sucedieron varios días de temblores, algunos de ellos con daños en las edificaciones (figura 7). Pero no fue el más enérgico a pesar de ser el más dañino conocido, posiblemente este terremoto, el más fuerte, debió de ser muy superficial, pero no hay tampoco un estudio dedicado al respecto; el pódium energético lo ostenta el terremoto del 20 de diciembre de 1951 en Sta. María de Huerta que alcanzó una magnitud MD de 4,4. La magnitud MD o por duración (Mezcua y Martinez Solares, 1983) es utilizada para terremotos ocurridos entre 1923 y 1961. La fórmula utilizada varía en función de la estación donde se registra el sismo.
FIGURA 7: REFERENCIAS A LOS TERREMOTOS DE MARANCHÓN DEL 12 AL 15 DE NOVIEMBRE DE 1931 EN EL DIARIO REPUBLICANO LA VOZ (ARRIBA) Y EN EL CATÁLOGO SÍSMICO DE JOSÉ GALBÍS, TOMO II - 1940 (ABAJO).
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Existen otros terremotos menores que se distribuyen de una manera un tanto aleatoria pero que dibujan de una forma tímida e irregular la dirección preferente de las fallas activas de la zona, concentrándose cerca de Arcos de Jalón y también hacia el sur y oeste (figuras 8 y 9).
FIGURA 8: DISTRIBUCIÓN DE LA SISMICIDAD HISTÓRICA EN EL ENTORNO DE ARCOS DE JALÓN Y MEDINACELI |
FIGURA 9a ARRIBA: EL JUEGO DE FALLAS CONOCIDO EN LA ZONA (LAS LÍNEAS NEGRAS). FIGURA 9b ABAJO: CORTE EN UNA LÍNEA SUR - NORTE EN EL CONTACTO DE LAS DOS ZONAS GEOLÓGICAS DESCRITAS. |
Como hemos visto existen estructuras sismogenéticas activas en la zona. Si se tuviese en cuenta realizar actividades que asimismo pueden disparar la sismicidad como se ha visto en Holanda, EEUU, Gran Bretaña, Polonia e incluso en España, deberemos conocer muy bien el tipo de sismicidad que se pudiera desatar en esta zona. El marco geológico escogido para el Proyecto Cronos ya ha mostrado ser capaz de provocar desperfectos en el medio humano a través de su moderada sismicidad, prepararnos en caso de decidir realizar allí actividades sismogenéticas es una exigencia que tanto ciudadanos comprometidos como administraciones responsables deberán contemplar.
No olvidemos que a pesar del estado actual de las ciencias de la Tierra, aún los desastres sísmicos son impredecibles y destructivos, los costosísimos azotes e impactos debidos a terremotos siguen pesando sobre las vidas, las economías y las sociedades españolas que desoyeron o se olvidaron de esta realidad natural y cada vez más también artificial. El resultado como vimos en la costa castellonense y de Tarragona, es que al no valorarlo adecuadamente no se reveló el riesgo a quienes tomaron las decisiones, los administradores y tampoco a las personas normales, a los ciudadanos, algo que pasa factura económica, social y personal.
En Lorca no se lo esperaban, tampoco en Emilia Romaña. Ricos patrimonios perdidos, paisajes modificados de por vida, dramas personales incurables..., las comunidades que no le dieron importancia a la seguridad sísmica quedan tocadas y afectadas por años, por décadas, a veces para siempre.
Por eso no podemos dejar pasar estas oportunidades y lecciones que nos enseña la Naturaleza para tener en cuenta que deberemos conocer muy bien el medio sobre el que actuaremos. En la zona de Arcos de Jalón y Medinaceli y desde la cuenca de Almazán hasta Maranchón, podríamos tener que repensar la aplicación de normas sismorresistentes, también configuraciones arquitectónicas y urbanas contemporáneas menos vulnerables, si finalmente decidimos llevar a cabo actividades que puedan estimular fallas; disparando así fracturas en la corteza que ya han demostrado poder generar terremotos medianos, algo que nos resulta fácil como hemos visto en Navarra, Jaén, Lorca o Vinaròs, pero pararlos no lo es tanto.
Hemos tomado medidas razonables (aunque todavía mejorables) cerca de las zonas de conocida sismicidad histórica más violenta, pero no en aquellas donde estamos cambiando el régimen hidrológico, climático, tensional, industrial... Hacerlo en el futuro, si se va a manipular el medio como en otras ocasiones recientes (Itoiz, Yesa, Vinaròs, etc.), será sin duda un ahorro y una apuesta por un siglo XXI en el que el desarrollo económico se concilie con el cuidado de nuestro patrimonio natural e histórico; pero no sólo deberá ser adecuadamente custodiado, también realzado y justamente revalorizado.
FIGURA 10: EL ARCO ROMANO DE MEDINACELI |
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