Queridos lectores, traigo al blog una colaboración nacida de un comentario de nuestro compañero del Geoforo (geología para una nueva cultura de la Tierra) del Departamento de Geografía y Ordenación del Terriotorio de la Universidad de Zaragoza, Alfredo Ollero, referente a este artículo publicado en el Heraldo de Aragón titulado: "Denuncian la presencia de una isla de grava en el Ebro bajo la Z-40" en el que unos concejales del partido de Ciudadanos (Cs) en las localidades de Villafranca de Ebro, La
Puebla de Alfindén y Fuentes de Ebro "han advertido de la presencia de
una gran isla de grava en el río Ebro, a su paso en el puente de la
Z-40".
Se trata de una más de las tantas veces que desde el ámbito científico hacemos eco de semejante despropósito, no tanto por el tema del artículo, que es
bastante reiterativo y ya ha sido objeto de reacciones por parte del Geoforo; tal es el caso sucedido en 2018 tras las inundaciones de aquel año, en que el Presidente de Aragón, Javier Lambán, y otras personalidades, también manifestaron opiniones parecidas, y es que no terminan de comprender la dinámica hídrica natural del Ebro, que las soluciones a las recurrentes riadas del
río Ebro y de otros cursos fluviales, no son actuaciones absurdas y costosas.
Lo importante hoy es la contestación clara y crítica, directa y didáctica de
nuestro compañero Alfredo en los comentarios al pie de
página de ese medio de comunicación.
Os dejo con Alfredo:
El titular ya es tremendo: "Denuncian la presencia de una isla de grava". ¡En un río de gravas que tiene y toda la vida ha tenido islas! ¿Cómo se puede denunciar a un río por ser río y ser como es? Por cierto, la isla ha existido siempre, no hay más que verlo en fotografías aéreas antiguas. Antes de la construcción del puente se encontraba pegada a la orilla de Movera. El artículo está lleno de apreciaciones que demuestran el escaso conocimiento sobre cómo funciona un río y sobre cómo es el Ebro por parte de estos concejales.
Desde el ámbito científico no podemos permitir en un tema como este que se emitan opiniones sin fundamento que no sean respaldadas por criterios técnicos, ni que la prensa se haga eco de ello y que cualquier persona pueda leerlo y se lo crea.
Esta isla lleva muchos años ahí y justo hasta hace un mes ya ha sido objeto de dragado y limpieza, como se observa en la foto, de forma injustificada y para no solucionar nada. El puro placebo de siempre. Precisamente esa isla se sitúa en un punto de notable incisión en el cauce del Ebro, una incisión provocada por los 40.000 m³ de grava que se extrajeron para construir el puente. Precisamente no hay exceso de gravas, sino un claro déficit, lo cual está encajando el cauce y descalzando la orilla del soto de Cantalobos. Con este déficit, que cualquier visitante iniciado puede observar con claridad en el terreno, la estabilidad del puente está comprometida si se cometiera la torpeza de eliminar esa isla.
Las acumulaciones de sedimentos no incrementan las inundaciones. Esto está demostrado científicamente en ríos como el Ebro. Los sedimentos en crecida están en tránsito y no ocupan sitio. Invertir en limpiar y dragar es tirar el dinero. Las restricciones ambientales y las directivas europeas no están ahí por capricho.
No temáis en Villafranca de Ebro, porque las gravas de esa isla:
Desde el ámbito científico no podemos permitir en un tema como este que se emitan opiniones sin fundamento que no sean respaldadas por criterios técnicos, ni que la prensa se haga eco de ello y que cualquier persona pueda leerlo y se lo crea.
Esta isla lleva muchos años ahí y justo hasta hace un mes ya ha sido objeto de dragado y limpieza, como se observa en la foto, de forma injustificada y para no solucionar nada. El puro placebo de siempre. Precisamente esa isla se sitúa en un punto de notable incisión en el cauce del Ebro, una incisión provocada por los 40.000 m³ de grava que se extrajeron para construir el puente. Precisamente no hay exceso de gravas, sino un claro déficit, lo cual está encajando el cauce y descalzando la orilla del soto de Cantalobos. Con este déficit, que cualquier visitante iniciado puede observar con claridad en el terreno, la estabilidad del puente está comprometida si se cometiera la torpeza de eliminar esa isla.
Las acumulaciones de sedimentos no incrementan las inundaciones. Esto está demostrado científicamente en ríos como el Ebro. Los sedimentos en crecida están en tránsito y no ocupan sitio. Invertir en limpiar y dragar es tirar el dinero. Las restricciones ambientales y las directivas europeas no están ahí por capricho.
No temáis en Villafranca de Ebro, porque las gravas de esa isla:
- No incrementan la inundación.
- Necesitan unas 15 crecidas importantes para llegar a esa localidad.
Lo harán ya en el siglo XXII, cuando espero que haya bastante mayor sensibilidad y conocimiento fluvial y ambiental que en la actualidad. Ofrezco a estos concejales, y a otros, de cualquier partido político, un curso de geomorfología fluvial y transporte de sedimentos.
Podríamos desarrollar una iniciativa tan exitosa como la Escuela de Alcaldes que puso en práctica la Confederación Hidrográfica del Duero. Y les explicaría con detalle por qué no es cierto lo que comentan de los caudales, qué ocurre realmente con la ARA-A1, por qué dragar no soluciona nada sino que perjudica, qué alternativas existen, etc.
Alfredo Ollero, 6 de diciembre de 2020.
Si te interesa profundizar más en este tema, dejo los siguientes enlaces:
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